Lo prometido es deuda. Ya dije cuando hablé sobre ‘Isidoro’ en esta sección que de gatos animados yo era más de Garfield, y ya tocaba hacer un remember de este borde y vago devorador de lasañas. Jim Davis comenzó en 1978 a publicar estas crónicas de la vida de un gato, su dueño Jon y el adorablemente tonto perro Odie, que con el tiempo se convertiría en una de las tiras cómicas más famosas de la historia; de hecho tiene el premio Guiness de los Record como la más publicada del mundo.

Este minino naranja ha tenido adaptaciones en todos los medios. Tiene dos películas, una página web oficial repletísima de contenido adicional y spin offs de personajes secundarios, un número casi incontable de videojuegos, una obra de teatro y, por supuesto, varias series de televisión. Desde 1982 hasta 1991 se emitieron varios especiales protagonizados por Garfield además de un documental especial para celebrar el décimo aniversario del personaje. Para el 30 aniversario se preparó otra adaptación, una versión animada en CGI titulada ‘The Garfield Show’ y estrenada en Cartoon Network en 2009. Entre medias se encuentra la serie de la que hablaremos hoy, ‘Garfield and Friends’.

Una serie, dos protagonistas, un doblaje

‘Garfield y sus amigos’ se estrenó en 1988 y se mantuvo durante siete temporadas en la parrilla de CBS los sábados por la mañana. El diciembre de 1994 se emitió el último episodio original. Cada capítulo está compuesto por tres fragmentos, dos de ellos protagonizados por Garfield y otro que adaptaba una tira menos conocida de Jim Davis, U.S. Acres (‘La Granja de Orson’), cuyos protagonistas son animales de granja. Debido a unos recortes presupuestarios, CBS decidió cargarse su bloque de dibujos del sábado (que sustituiría por informativos) a pesar de que nunca hubo problema en el terreno de los datos de audiencia.

En España, ‘Garfield y sus amigos’ pudo verse en TVE 2 y en algunas televisiones autonómicas para después pasar a Boomerang y acabar en Boing, donde se ha seguido emitiendo de forma intermitente. Como era habitual a principios de los 90, la serie no se dobló en castellano sino que se emitió en aquel llamado español neutro en el que nos llegaban muchas películas y series de animación, en este caso procedente de Chile. Viendo los episodios ahora casi resulta difícil creer que en su día no nos resultase extraño o ajeno; es más, escuchar los dibus re-doblados al castellano sí que resulta extraño al oído.

Garfield y Orson

Al igual que en las tiras cómicas, los fragmentos de Garfield estaban co-protagonizados por él y su cinismo. La serie mantenía el sarcasmo y la ironía del personaje, que se ríe del Bonachon de Jon, idea planes retorcidos para tocar las narices a Odie y se mofa de éste por ser una de esas mascotas que obedecen sin rechistar a sus amos. Por supuesto, también andaba por ahí el cursi de Nermal, un gato que vive por las carantoñas de los humanos. Fue gracias (o por culpa de) la serie animada que empecé a sentir un gusto especial por el humor irreverente del gatete comilón, y por lo rápido que empezaron a llegar a las tiendas las tiras cómicas (que compraba con ansia) no creo que fuese la única.

Quizá sea también el motivo por el que tenía cierta tirria a Orson y el resto de los animalitos de la granja. A pesar de que los temas eran similares a los que se veían con Garfield, el humor era algo más tontorrón y facilón, al igual que los personajes - un gallo egocéntrico,un pato cobarde, el optimista cerdo y los pollos hermanos (je). Quizá por contraste o por ganas de que acabase ese fragmento para regresar a Garfield, ‘La granja de Orson’ se me antojaba más convencional y poco estimulante.

Qué mejor forma de despedir que con un par de episodios. Con sus detallitos meta, como nos gusta.

Ficha Técnica: 'Garfield y sus amigos'

Título Original: 'Garfield and Friends'

Género: Comedia, animación

Cadena original: CBS (1988-94)

Cadena en España: La 2, autonómicas, Boomerang, Boing

Disponibilidad en DVD : Entera, pero de difícil adquisición

En ¡Vaya Tele! | Nostalgia TV

Si tenemos un espíritu romántico, si nos gustan las historias melodramáticas con tintes trágicos y momentazos muy tremendos, tal vez es porque en nuestra infancia vimos series como 'Candy, Candy'. O tal vez es al revés, y ya siendo niños estábamos predestinados a enamorarnos de series que nos colmaran con ese alma tan intensa, emotiva y penetrante. En fin, tal vez el Nostalgia TV de hoy nos ayude a redescubrirnos.

Telenovela para niños

'Candy, Candy' es un anime de 1976, producido por Toei. Consta de 115 capítulos y está basado en el manga creado por la escritora Keiko Nagita, bajo el seudónimo de Kyōko Mizuki y la mangaka (historietista) Yumiko Fijii, que usó el nombre de Yumiko Igarashi. La serie de animación se convirtió en un éxito absoluto en Japón y a nivel internacional. Su historia, sus personajes y su espíritu melodramático tuvieron buena culpa de ello.

Una de las características de este tipo de animación, por la que conseguían triunfar entre los niños (y, por supuesto, entre los adultos) era su tono. Los menores, acostumbrados a historias sencillas y blancas con héroes divertidos, que vivían sucesos que se resolvían de una manera agradable, se quedaban pegados a su sillón con las historias que venían del Japón, en las que se vivían auténticos dramas.

Así, se trataba a los niños no como esos seres a los que se sólo se pueden destinar historias optimistas con un final feliz, sino como pequeñas personas que ya son capaces de discernir el bien del mal, el esfuerzo, el sacrificio, los malos sentimientos... que saben que el sufrimiento forma parte también de los productos audiovisuales.

Una detrás de otra

La historia de 'Candy, Candy' estaba llena de momentos traumáticos y demoledores para el alma de la protagonista pero, eso sí, bajo esos golpes tan dramáticos y exhibidos, había un río lento pero fuerte, sinuoso pero latente, que hacía que la protagonista "progresara" en una vida llena de calamidades. Todo comenzaba cuando Candy era un bebé y era abandonada en un orfanato, El Hogar de Pony, en una noche en la que nevaba.

Había que ver todos los sufrimientos por los que pasaba Candy, y cómo todos los aceptaba con una resignación un tanto malsana, pero lo cierto es que, finalmente, Candy conseguía ser adoptada por una de las familias más ricas del país. ¿Cómo? Demostrando su buen corazón, que conseguía enamorar a prácticamente cada personaje masculino que aparecía en pantalla.

Muchos no hemos podido olvidar algunos de los momentos de la serie, que nos dejaron tocados para siempre. La muerte de Anthony fue especialmente truculenta. Parece increíble que una serie destinada a niños tuviera una escena tan trágica, que afectaba tan profundamente a la protagonista (otra niña, también). Atreverse con esos giros era realmente arriesgado, y llevaron al anime al éxito más abrumador.

El amor imposible es otro de los grandes temas de la serie, de tal manera que Candy vive dos grandes historias que son terriblemente truncadas. Incluso el final del anime causó una gran conmoción y mucha polémica pues no se había visto cosa igual: los dos enamorados, que se reencontraban una y otra vez, a pesar de los pesares, no acababan juntos.

Personajes cliché

El éxito de 'Candy, Candy' estuvo también sustentado por unos personajes que si bien podían estar estereotipados y resultar previsibles, recogían toda la tradición y pasión de las novelas del XIX, no en vano, la serie comienza su historia en el año 1898, y vivían, en su todavía faceta de niños, decisiones y aventuras de adultos.

Candy, que era la bondadosa, noble y adorada protagonista, era una heroína de las que sufren y callan, que no quieren llamar la atención pero que resultan carismáticas sin ellas (al parecer) proponérselo. Los hombres/niños que la rodeaban, que la defendían y la protegían: Anthony, Alistair o Archi... son quienes la "descubren" al mundo. Su afecto hacia ella se mezcla con un enamoramiento que sucede casi como un hechizo al que los personajes parecen predestinados a caer.

Después, por supuesto, se tejía una inmensa maraña de antagonistas de los fastidiosos de verdad, que odiaban y envidiaban a Candy a partes iguales y que confabulaban de forma enfermiza contra ella, desatando tormentas e incluso provocando matrimonios. Pero siempre eran superados por los "buenos", como Albert, uno de los personajes más curiosos y que daría para hablar largo y tendido.

'Candy, Candy', tan desgarradora como cursi, melancólica, evocadora y, por supuesto, inolvidable.

Ficha Técnica: 'Candy, Candy'

Título Original: 'Kyandi Kyandi'

Género: Anime

Cadena original: TV Asahi (1976-1979)

Cadena en España: TVE

Disponibilidad en DVD : Sí

En ¡Vaya Tele! | Nostalgia TV

"Señoras y señores, así comienza El precio justo"

Decía la voz de Primitivo Rojas allá por 1988, año en el que 'El precio justo' versión española llegó a nuestra televisión con una delicada misión: sustituir el hueco (temporal) que dejaba 'Un, dos, tres...' en la noches de los lunes. Pero cumplió con creces, especialmente en audiencia. Al fin y al cabo, hablamos de la época dorada de los concursos en TVE: '3x4', 'Juegos sin fronteras', 'El tiempo es oro', 'Si lo sé no vengo'... Todos compartieron parrilla aquel año.

Pero 'El precio justo' se desmarcó en su época por varias razones: primero, por ostentar el récord del premio más alto otorgado en televisión (40 millones de pesetas), que mantendría hasta que se lo arrebatara '¿Quién quiere ser millonario?' (50 millones) con aquel concursante de los hotentotes. Pero también por generar cierta controversia y el rechazo inicial del consejo de RTVE a emitir en una televisión pública poco menos que un mercadillo de productos "sin hilo conductor". El branded content lo inventaron en este programa (bueno, los americanos).

"¡A jugar!"

Este grito de guerra y esa carambola que hacía Joaquín Prats con el brazo -micro y tarjeta en mano- forman parte de la cosmogonía televisiva de nuestra infancia. Cada lunes por la noche y durante cinco años, invitaban a espectadores y concursantes a jugar a adivinar el precio justo de los productos que se exponían. Aunque en realidad no era tan difícil: no tenían que clavarlo al céntimo (bueno, a la peseta), sólo aproximarse más que los demás, pero sin pasarse. Cada acierto regalaba al concursante, además del producto en cuestión, la posibilidad de participar en otros juegos y llevarse premios de toda índole, desde electrodomésticos, un catamarán o una cámara de vídeo "con todos los adelantos" hasta 100 kilos de azúcar (patrocinados, por supuesto).

Los seis concursantes que habían acertado en cada ronda podían optar al ansiado escaparate final, todo un derroche de lujo: viajes, embarcaciones (que nunca llegaban a su destino), coches full equipe... Al completo para aquel que se ajustara al precio con un margen de menos de 300.000 pesetas, o solo un regalo a elegir si lo superaban. Como en cualquier programa de la época, para concursar había que escribir a un apartado de correos. Autobuses fletados por una empresa externa a TVE llevaban a los aspirantes a concursantes a Madrid desde varios puntos de España. Pero eso no garantizaba nada.

En la etapa inicial del programa, había que superar una especie de casting de imagen: si podías dar bien en televisión y tu estilismo era correcto (bien de hombreras y cardado, supongo), llegabas hasta el plató. Este método tan democrático se cambió pronto por el sorteo ante notario (otro de los pilares de un concurso). Después sólo les quedaba cruzar los dedos para que su nombre estuviera entre los nueve elegidos, Joaquín les mandara a jugar y una azafata les impusiera una medalla cual atletas olímpicos.

Un formato polémico

Reconozcámoslo. Hemos consumido mucha caspa. Pero eso nos hace ver las cosas con perspectiva. Si las azafatas de los concursos deberían ya extinguirse, qué os voy a contar de Susi, Tina, Cloe y compañía y su función en el programa. Básicamente, se limitaba a sonreír mientras aspiraban una alfombra invisible, acariciaban una batidora o fingían que conducían una moto. No penséis que no eran importantes, de hecho eran imprescindibles. Si el producto apareciera solo en pantalla, sería directamente como ver un anuncio del Restform en La Teletienda. Otros aspectos insólitos: cuán sorprendentemente caras eran algunas cosas entonces: ¿cómo podía costar una cesta de picnic 117.000 pesetas? O que alguien prefiriera llevarse un coche antes que un billete para viajar al espacio en el futuro.

El Consejo de RTVE tenía razón cuando expresaba su malestar porque la entonces directora del ente, Pilar Miró, hubiera colado en la televisión financiada por todos programa que era más un escaparate para empresas y marcas con, según las palabras del propio consejo "un tono de charla de feria". Y es que cuando el formato se importó de USA (allí llevan emitiendo diferentes versiones desde 1956) hubo serias dudas de su incompatibilidad con la ley de publicidad. En algunas cuestiones el ente se mostraba estricto con la importancia de separar claramente la publicidad (por ejemplo, prohibiendo a los presentadores de informativos protagonizar un spot para asegurar su independencia informativa) pero se mostró bastante laxo cuando se trató de convertir dos horas de prime-time en un bucle publicitario sin que el rótulo de publicidad apareciera por ningún lado.

Polémicas aparte, acumuló audiencias millonarias -17 millones de media- a la par que repartió millones. Duró cinco años en antena e incluso experimentó un revival ya en euros entre 1999 y 2001 con Carlos Lozano y un breve escarceo en 2006 en Antena 3 con Juan Ymedio. E incluso se filtró hace sólo unos meses que Mediaset podría estar negociando la compra de los derechos con la productora para devolver el formato a la vida. Aunque de eso, nunca más se supo (casi mejor así).

Ficha Técnica: 'El precio justo'

Título Original: 'The price is right' (1956, NBC)

Género: Concurso

Cadena en España: TVE (1988-1993 y 1999-2001) Antena 3 (2006)

Disponibilidad : No

En ¡Vaya Tele! | Nostalgia TV

En la sección Nostalgia TV nos gusta recordar con vosotros aquellas viejas series y programas que tuvieron su época dorada en la televisión y que perduran en nuestra memoria como unos estupendos productos con los que aprendimos a amar la pequeña pantalla. En el caso de hoy, no se trata de hablar de recuerdos, sino de traer al presente a una serie que se ha convertido en un emblema audiovisual inolvidable. 'Starsky y Hutch' puso de moda un género que, en realidad, nunca ha dejado de estar en la palestra: el policíaco. Sus particulares protagonistas supieron llegar a un público deseoso de encontrarse con ciertos referentes televisivos a los que poder admirar y aplaudir. Se trataba de una de esas series que se siguen al dedillo, y con las que toda la familia se reunía frente al televisor, el mágico contador de historias.

Policías, amigos y residentes en California

La cadena ABC fue la encargada de poner en marcha esta producción de cuatro temporadas y 93 capítulos que se emitió entre 1975 y 1979. Estaba dirigida por Jack Starret, bajo el sobrenombre de Claude Ennis Starret Jr. La producción corrió a cargo del nunca lo suficientemente recordado Aaron Spelling, que fue todo un maestro en esto de hacer televisión y al que le debemos obras del nivel de 'Dinastía', 'Embrujadas' o 'Los Ángeles de Charlie'.

La serie era la típica propuesta procedimental que nos planteaba un caso que los policías debían investigar y resolver, pero fueron precisamente los factores que envolvían a esos policías, los que convencieron a la audiencia. Los dos compañeros eran amigos y su relación personal resultaba altamente atractiva. Parecían tenerlo todo: eran guapos, eran fuertes, eran respetados, eran "colegas guays" que despertaban la admiración de los demás. Se convirtieron en modelos a seguir y lograron miles de admiradores que, básicamente, soñaban con convertirse en ellos.

Los chicos del Torino

Los protagonistas de este conocido dúo eran David Starsky (Paul Michael Glaser), el moreno y rudo veterano del ejército, de bruscas maneras y sabiduría de la que se aprende en la calle; y el rubio Kenneth Hutchinson (David Soul), que venía de Minnesota y representaba un tipo de hombre más reflexivo e intelectual. Un signo distintivo de esta pareja de amigos era el coche que conducían, el popularísimo "tomate rayado". Se trataba de un Ford Grand Torino que venía a confirmar cómo molaban estos dos tipos tan atractivos.

De todas formas, ya sabéis que hay gente a la que le encanta mirar más allá y en la época, la amistad de estos dos levantó algunas ampollas. Hasta el momento, los tipos duros, eran eso, enormes fachadas infranqueables e inexpresivas. Que Starsky y Hutch fueran tan amigos, se llevasen tan bien e incluso tuvieran contacto físico, hizo pensar a algunos en una relación que iba más allá de la amistad, en fin...

Otro personaje recurrente que aparecía en la serie era el capitán Harold Dobey, interpretado por Bernie Hamilton. Su papel de hombre permanentemente enfadado era como el de un profesor que riñe a sus alumnos predilectos, traviesetes pero llenos de encanto. El otro personaje que consiguió encandilar a la audiencia, fue Huggy Bear, un pícaro de los bajos fondos que actuaba como contacto de los protagonistas. Su alocada personalidad, sus vestimentas y sus diálogos eran un delicia y un soplo de aire fresco para este tipo de series.

Problemas y más problemas

El discurrir de la serie tuvo algunos problemas como, por ejemplo, nunca lo adivinariais, que uno de los actores quiso abandonar la producción. Qué cosa más rara, ¿verdad? Pues sí, el rubio Hutch, que quería ser cantante aunque nunca logró el éxito en el mundo de la música como el que consiguió con el recordado personaje, se quiso bajar del carro después de la segunda temporada, pues no le gustaba, al parecer, ni su salario, ni la evolución del personaje. Aún así, el elenco se mantuvo fijo hasta el final.

Otro de los principales conflictos y, para muchos, gran responsable de la decadencia de la serie fue el giro en su tono general. La serie había sido acusada de demasiado violenta y este tema era una preocupación creciente en los contenidos televisivos de la época. Así que se decidió rebajar el listón y darle más presencia a los elementos amorosos, por ejemplo, un hecho que defraudó a la audiencia más purista.

La película

En 2004, se estrenó una película dirigida por Todd Phillips que recuperaba el espíritu y los personajes de 'Starsky y Hutch' pero dándole una orientación totalmente nueva, pues parodiaba abiertamente la producción, radicando en esa comicidad su principal virtud. Este, casi podríamos llamarlo género, caló hace unos años en la industria cinematográfica y pudimos ver más ejemplos con 'La tribu de los Brady' o 'Los Ángeles de Charlie'. Ben Stiller y Owen Wilson se pusieron en la piel de los míticos policías.

Ficha Técnica: 'Starsky y Hutch'

Título Original: 'Starsky & Hutch'

Género: Policíaco

Cadena original: ABC (1975-1979)

Cadena en España: TVE, FORTA

Disponibilidad en DVD : Sí

En ¡Vaya Tele! | Nostalgia TV

La década de 1970 fue una verdadera edad de oro para las series policiacas en Estados Unidos. En aquellos años vieron la luz clásicos de la televisión como 'Ironside', 'Kojak', 'Colombo' y hasta 'Los ángeles de Charlie', y junto con las sitcom familiares, eran el género televisivo más popular y exitoso. Todas seguían un esquema muy parecido, con un detective brillante que resolvía los casos más complicados. Aquí entraba también una variante igualmente clásica, la de la pareja de policías con personalidades contrapuestas, o que se encontraban en puntos diferentes de su carrera.

En ese último epígrafe es donde encajaba 'Las calles de San Francisco', cuyos dos protagonistas eran el muy veterano detective Mike Stone y el todavía novato Steve Keller. Lo curioso es que los dos actores elegidos para interpretarlos estaban en la misma situación en sus respectivas trayectorias profesionales. Stone era Karl Malden, respetadísimo actor que había ganado un Oscar al mejor actor secundario por 'Un tranvía llamado deseo' y que había trabajado con lo más granado de Hollywood. Por su parte, a Keller lo interpretaba un joven Michael Douglas que, hasta entonces, apenas había participado en alguna que otra tv movie.

Escenarios realistas

'Las calles de San Francisco' arrancó con un piloto de duración más de película, que adaptaba libremente un libro de Carolyn Weston, y que estaba escrito por Edward Hume, que años más tarde se encargaría del guión de 'El día después', una película sobre, precisamente, el día después de un holocausto nuclear. La serie giraba en torno a la relación entre Stone, viudo y con más de 20 años de experiencia en el cuerpo, y Keller, recién salido de la universidad, y para el que Stone terminaba siendo no sólo su mentor, sino casi todo un padre. Ambos investigaban diversos homicidios por San Francisco, pero lo destacable de la serie es que realmente se rodaba allí.

La ABC desplazó a toda la producción a San Francisco, y la serie sacaba provecho de ello pasando buena parte de los capítulos en la calle, aprovechando las famosas cuestas de la ciudad y la imagen del Golden Gate de fondo en algunas tomas. Eso le confería un realismo que la hacía destacar y la diferenciaba de otras series policiacas urbanas y ambientadas en Nueva York o Los Ángeles ('Hawaii Five-0', por otro lado, siempre iba a destacar más en ese aspecto). Por lo demás, 'Las calles de San Francisco' era muy de su época, contando con la ventaja de su pareja protagonista y con la curiosidad de que, entre sus actores invitados, apareció un tal Arnold Schwarzenegger.

El éxito de Douglas

La serie fue un éxito desde el principio, pasando a emitirse de los sábados a los jueves, la noche más competitiva de la televisión americana ya entonces. A Malden ya lo conocía todo el mundo, pero a Michael Douglas no, y él fue el principal beneficiado de la fama de la serie, pues le permitió escapar un poco de la sombra de su padre, Kirk. Ambos intérpretes estuvieron nominados en varias ocasiones a sendos Emmys, y la serie fue candidata también al mejor drama, pero nunca ganaron ninguno. Un capítulo de la ciarta temporada sí consiguió un premio Edgar, que reconocen a libros y obras audiovisuales de misterio.

Pero como decimos, Douglas fue el principal beneficiado por el éxito de 'Las calles de San Francisco'. Aguantó en ella cuatro temporadas, y se marchó al principio de la quinta, después de haber logrado un enorme éxito como productor de 'Alguien voló sobre el nido del cuco'. Douglas fue sustituido por Richard Hatch, pero las audiencias cayeron en picado y ABC canceló la serie al final de su quinta temporada. Hatch terminaría siendo Apolo en 'Battlestar Galactica' un año más tarde.

'Las calles de San Francisco' se ha intentado resucitar un par de veces. En 1992 se produjo una tv movie en la que sólo participó Karl Malden, y en 2008 saltó la noticia de que CBS quería producir un remake, pero el proyecto no llegí ni siquiera a producir un piloto.

Ficha Técnica: 'Las calles de San Francisco'

Título Original: 'The streets of San Francisco'

Género: Policíaco

Cadena original: ABC (1972-1977)

Cadena en España: TVE

Disponibilidad en DVD : En Estados Unidos, serie completa

En ¡Vaya Tele! | Nostalgia TV

Cada domingo, en nuestra sección de Nostalgia TV nos gusta recordar con vosotros aquellas series y programas que marcaron nuestra faceta de espectadores cuando todavía no éramos conscientes de que el veneno de la televisión corría ya por nuestras venas, para convertirnos en adictos a las mejores series por siempre jamás. Esta semana, el turno es para una producción de TVE que, tal vez, muchos han olvidado, 'Réquiem por Granada'. Dirigida por Vicente Escrivá, esta serie fue una coproducción entre España e Italia que se emitió en 1991. En realidad, para la época de la que hablamos, fue una gran propuesta que contó con un presupuesto espectacular (1.300 millones de pesetas) y su argumento y su magnífica puesta en escena encumbró a una TVE que se esmeraba en hacer productos de ficción de gran calidad.

El mito de Granada

La historia de España cuenta con increíbles episodios históricos que ya quisieran muchos otros países para poder llevar a la pequeña pantalla, convertidos en series, con sus giros, sus finales en alto y sus personajes emblemáticos. La conquista de Granada, el último reducto musulmán de Al-Ándalus, a mano de los cristianos, en 1492, es uno de esos estupendos pasajes que no deberíamos olvidar.

El aspecto más importante de la historia, lo que la convierte en una pieza audiovisual de incuestionable valor, es el hecho de que el punto de vista que toma es el del bando musulmán. La historia está protagonizada por los últimos emires de la ciudad y eso le dota de una melancolía y un sentimiento de pérdida doloroso y profundo. Los espectadores de por aquel entonces empatizaron totalmente con los miembros de un reino que se desmoronaba.

El fascinante argumento

Esta serie de ocho capítulos de unos cincuenta minutos de duración, se centra en la vida de Boabdil, interpretado por Manuel Bandera, el último rey de Granada, a quien la historia llamará Zogoibi, el desventurado. En una Granada que vive en una relativa paz con los reyes cristianos, pues los musulmanes han accedido a pagarles tributos, crece Boabdil, un niño interesado en la música, la filosofía, las artes... y que es aleccionado por su abuelo, el emir Ismai'l, para ser un continuador de sus políticas de paz.

Pero ni Muley Hacén, ni el Zagal, padre y tío de Boabdil, respectivamente, están dispuestos a seguir pagando por un vasallaje que consideran deshonroso. Representan a una parte de la sociedad granadina que desea ser libre y vivir una prosperidad en la península que resulta del todo irrecuperable. La guerra entre las huestes cristianas y las musulmanas se desata, llevando al final de todos conocido.

No sólo batallas y disputas tiene esta serie, sino que, por el contrario, cuenta con una poderosa trama amorosa que se convierte en uno de sus ingredientes más atractivos. 'Réquiem por Granada' hace especial hincapié en una historia que, por lo fabuloso, parece una leyenda inventada pero que, realmente, sucedió en realidad.

Hablamos de Isabel de Solís, la cristiana capturada por las tropas musulmanas que se convirtió, primero en cautiva, y después, en la esposa favorita de Muley Hacén. La historia de Zoraida, pues ese fue el nombre que escogió al convertirse al islam, está llena de detalles apasionados y la serie la rentabiliza de maravilla. Incluso añade un poco de su propia cosecha y asegura que Boabdil e Isabel fueron amantes antes de que el padre de Boabdil se enamorara completamente de ella.

Una producción de lujo

Como decimos, esta serie fue concebida como una gran producción en la que no se escatimaron en gastos para hacerla lo más espectacular posible. Los escenarios son así como de estar por casa: la Alhambra de Granada, la Mezquita de Córdoba, los Reales Alcázares de Sevilla... De hecho, incluso es fácil perder el hilo de lo que está pasando en una secuencia porque nos quedamos impresionados mirando unos decorados que la mano de la historia no ha podido esculpir con mayor belleza.

Lo mismo sucede con el vestuario de los actores, muy rico y variado, que representa de maravilla ese lujo decadente de quien trata de aferrarse a los recuerdos de tiempos mejores. Además, hay muchísima acción, con batallas y luchas a caballo en exteriores, con un despliegue de medios más que notable para la televisión de la época.

En fin, que si sois de los que adoráis las historias sobre la Granada del siglo XV, y os gustan las tramas de traiciones, lucha por el poder, muerte... no os podéis perder esta ficción. Traspasa la emotividad de unos personajes que, realmente, se jugaban su vida y su futuro en los sucesos que cuenta 'Réquiem por Granada'.

Ficha Técnica: 'Réquiem por Granada'

Título Original: 'Réquiem por Granada'

Género: Drama histórico

Cadena original: TVE (1991)

Cadena en España: TVE

Disponibilidad en DVD : Sí

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A veces me cuesta creer que hubo una época (oscura, lo sé) de mi vida en la que madrugaba los sábados y los domingos para ver ‘Rurouni Kenshin, El Guerrero Samurai’ en Canal+. Pero entonces vuelvo a ojear el manga, vuelvo a ver algún episodio u OVA de la serie y entiendo por qué. Porque es uno de los mejores manganimes que ha dado la titánica industria japonesa, porque es uno de los más influyentes y existosos y porque marcó un hito en los noventa.

Kenshin es una serie que pone de manifiesto un fenómeno muy peculiar. Personalmente lo considero el anime que me hizo entrar en el universo otaku; la serie me llevó a comprar los tomos y el manga me llevó a querer descubrir otros mangas. ¿Por qué? ¿Por qué Kenshin y no los chorrocientos episodios de ‘La Familia Crece’, todas las coletillas de ‘Bola de Dragón’, las interminables transformaciones de ‘Sailor Moon’ o el imperecedero opening de ‘Los Caballeros del Zodiaco'? Me aventuraría a decir que estos animes que vi a edades algo más tempranas los consideraba como parte de la infancia, como parte de esa lista de dibus que seguía diariamente (siempre fuimos seriéfilos de alguna manera), a pesar de que tenían un estilo claramente distinto al resto pero común entre sí.

Fue Kenshin quien me abrió el apetito de saber, leer y ver más. Es curioso porque ‘Rurouni Kenshin’ es un shonen con todas las letras, un manga dirigido al público masculino y joven con una estructura de villanos cada vez más fuertes que obligan a sus protagonistas a mejorar su técnica para seguir saliendo victoriosos. Vamos, el arquetipo de anime del que ahora huyo despavorida. Pero Kenshin tenía algo especial. Tenía una ternura y una emotividad muy presentes en la historia, y había periodos de la historia que casi encajaban más en el género del slice of life; de la cotidianidad.

Una serie histórica…

Kenshin solía ser Battosai el asesino, un implacable samurai que durante la Era Edo pone su katana al servicio de los Ishin Shishi, los patriotas de la restauración. Durante el Bakumatsu se convierte en un famoso y temido asesino, pero una vez llega la Era Meiji toma una determinación. El personaje real en el que está basado Kenshin fue eliminado por la propia monarquía por la que había peleado, ya que le consideraban demasiado peligroso y despiadado; aquí, y por motivos que poco a poco se van descubriendo en la serie, decide no volver a matar nunca más. Se agencia una espada de filo invertido y vaga por ahí cual ronin.

La historia arranca en el año 11 de la Era Meiji, cuando Kenshin llega a Tokio y conoce a Kaoru, una muchacha huérfana y muy cabezota que regenta un dojo en peligro. Como no podía ser de otra forma, Kenshin ayuda y ella le ofrece quedarse hasta que le apetezca. Nuestro pelirrojo y afeminado protagonista quiere llevar una vida tranquila, pero desgraciadamente su pasado y su fama le ponen a él y a sus nuevos amigos constantemente en peligro.

… y emotiva

El contexto histórico (1880 aprox.) fue probablemente uno de sus grandes atractivos. Las tradiciones, los samurai y sus técnicas locas de lucha, las ciudades y pueblos rurales que visitaban y la cultura tradicional nipona en general no sólo eran llamativas de cara al éxito internacional, sino que también fue un factor importante para su éxito en casa.

Además de la ambientación, podría entrar a destacar la calidad del dibujo y la animación, los personajes icónicos y carismáticos que protagonizaban la historia y/o aparecían constantemente en la historia o de su humor tontorrón pero tremendamente efectivo que lograba arrancar unas cuantas sonrisas en cada episodio. Sin embargo, el otro factor que convierte a ‘Rirouni Kenshin’ en uno de los más memorables y especiales manganimes de la historia (#grandilocuencia) es su capacidad para la emoción.

Prácticamente todos los personajes de la serie (siempre existen esos terciarios accesorios que no necesitan profundidad) tenían un trasfondo dramático que movía sus acciones. Kenshin era el primero con un equipaje muy pesado, pero Watsuki encontraba siempre un elemento diferencial y sentimental que nos enganchaba a los personajes, sus dilemas y su dolor, villanos incluidos.

Las versiones televisivas

Como decía, ‘Rurouni Kenshin’ fue un manga de Nobuhiro Watsuki publicado en Shonen Jump entre 1994 y 1999. Contó con 22 tomos en que posteriormente serían adaptados a un anime. Como es habitual en estos casos, la serie arrancó con el manga en marcha (1996) por lo que la historia pronto alcanzaría a la publicación, forzando que el estudio tomase una decisión. Afortunadamente, en el caso de Kenshin no decidieron hacer relleno como tal, sino que a partir del episodio 63 la serie tomó su propio rumbo y continuó con su propia historia hasta el final en el episodio 95.

En 1999, un año después de que finalizase la emisión del anime, el estudio DEEN produjo un OVA (episodios directas a vídeo) titulado ‘Tsuiokuhen’ (‘Recuerdos’ en España) que se centraba en los fragmentos del manga que relataban el pasado de Kenshin como Battosai y el origen de su cicatriz en forma de cruz. Este OVA contaba con diseño elegante y adulto y un tono oscuro y trágico;es recordado por la mayoría como lo mejor que se ha hecho en animación sobre el personaje.

Tres años después se produciría otro OVA. ‘Seisohen’ adaptaba aquellos tomos finales del manga que quedaron sin contar y que concentra en poco tiempo la historia de Kenshin con otro de los grandes villanos de la historia, Enishi. Además de esto, la serie ha tenido una reciente adaptación a imagen real en una épica e impresionante trilogía (imprescindible para los que os guste Kenshin y/o los samuráis) y una película de animación de 1997.

Lo más reciente del personaje –obviando la re-edición re-dibujada del manga para que Watsuki siga viviendo de su único éxito- fue un remake del anime que contaba la saga de Kyoto desde otro punto de vista, el de Misao. Así vendían las dos partes con las que contaba, pero lo cierto es que ‘Rurouni Kensin: Kyoto Shin-Hen’ (2011) no aportaba demasiado y tenía una animación tan mediocre que pasó totalmente desapercibida.

En cualquier caso se entiende que sigan intentando sacar tajada de ‘Rurouni Kenshin’. Ha sido un anime indiscutiblemente influyente, exitoso internacionalmente y que sigue estando en los corazoncitos de aquellos que la vivimos en su momento, y como tal comprendo que quieran hacer partícipe (y absorber) a las nuevas generaciones.

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Si os digo "se va el chaval, se va por el barranquillo", ¿se activa en vuestra mente algún recuerdo lejano de la infancia televisiva? Entonces sois de mi quinta y disfrutasteis con el sufrimiento ajeno (y los doblajes graciosos) en aparatosas caídas, embestidas taurinas y traspiés varios que los espectadores mandaban, sin atisbo de vergüenza, al concurso 'Vídeos de primera'.

Imaginad. TVE, 1990. La televisión acababa de abrirse a nuevos canales y, con ellos, a una nueva era: la era de la libertad de elección; aunque algunos tuvimos que esperar algo más para que la revolución llegara a nuestras Comunidades Autónomas y vecinales, a la espera de la resintonización. No sabíamos lo que era Internet y nuestra única fuente de diversión audiovisual era la tele (o el videoclub), emitieran lo que emitieran. Después del salto podréis disfrutar de su cabecera, con su anuncio de patrocinio retro y su sonido de cabezales. Pura delicia.

El YouTube de los 90

El 18 de septiembre se estrenaba, en esta era pre-digital y de las cintas VHS, el programa-concurso de zapping de elaboración domestica 'Vídeos de primera', presentado por el futuro showman televisivo Alfonso Arús. No sólo fue un concurso (uno de tantos) que pasaron por nuestras vidas. Fue el YouTube de la era pre-YouTube y en aquel momento cosas como caídas por barrancos, trajes de novia que se autocombustionan, chinos que se quedan atrapados en una media y folklóricas que lo clavan -literal- en el tablado aún nos hacían gracia. A estas alturas, después de diez años de red social estamos anestesiados: sólo un vídeo de gatitos o un meme de Joffrey en la boda púrpura puede llegar a hacernos levantar medio labio en gesto de sonrisa mientras tecleamos LOL o XD.

Era un concurso abierto a los telespectadores: se instaba a que mandaran las cintas VHS de sus bodas, festejos, campeonatos de kárate, cumpleaños o excursiones a la montaña con el clásico río al que alguien se caía. Los que pasaban la criba de los visionadores se emitían y sólo por esto ya se embolsaban algo de dinero. Lo que más sorprendía era comprobar el cuajo de algunos padres dejando a sus hijos estamparse/resbalarse/golpearse mientras pensaban en los suculentos premios. Una costumbre made in usa, de dónde se importó el formato.

Pero ojo: que hablamos de un millón de pesetas al mejor vídeo de la semana, dos millones y medio más otro medio en material audiovisual y cinco millones al mejor del trimestre. Unas cifras nada desdeñables por grabar a tu suegra cayéndose de culo o ese megafail que arruinó la comunión del chiquillo. Con el tiempo se perdió cierta frescura y algunas situaciones ya no parecían tan, digamos, "espontáneas".

Los inicios de un showman televisivo

Como ocurre con Austin Powers y Florentino Fernánez o con 'Humor Amarillo' (el original), las voces eran la clave del éxito. Chillonas para niños, o con acento de Patxi, o de gitano o de Jose María García, según cuadrara por temática y situación, junto con sus comentarios jocosos eran la chispa necesaria para evitar que el programa se autodestruyera. Vista una caída, vistas todas. Pero ocurre como en los chistes: a veces no es el contenido, es la forma (y si no no se explica que en algún momento nos hiciera gracia Chiquito de la Calzada). Y el guión de Jorge Salvador, claro.

El periodista y showman empezaba así a dar muestras de su gran vis cómica para la televisión (como en la radio con 'Arús con leche') y ese camaleonismo que le haría grande en cada uno de los personajes que interpretó en 'Força Barça' (TVE Catalunya) o en aquella sátira llamada 'Al Ataque' donde descubrimos todo un universo de personajes freaks.

Por él abandonó 'Vídeos de primera' dejándolo primero en manos de Juan Carlos Martín (que fue también guionista) con Mariano 1'85 y Natalie Seseña entre 1993 y 1994, del cómico Bermúdez acompañado de la actriz Penélope Velasco en 1996, de Asunción Embuena (ex-presentadora de 'El Semáforo') en el cargo de presentadora estival, del cuñado, Javier Cárdenas (1997) y, por último, de Alfonso Caparrós (el de 'Furor') durante el agónico último año de vida del programa. No cabe duda de que Arús hizo suyo el formato y nunca volvió a ser lo mismo (como cuando Pepe Navarro presentó 'Gran Hermano' en la edición menos vista de la historia). Después resucitó con Paz Padilla en Antena 3. Bueno, la idea, porque se llamó 'Vídeos, vídeos, vídeos'. Brillante.

Para Arús, tras presentar las cintas de VHS vendrían 'El Chou' (1994) con Buenafuente, el retorno a TV3 ('Força Barça' y 'Ja hi som'), el fútbol ('El Rondo de Estudio Estadio') y 'Arucitys', que presenta actualmente en el canal catalán 8tv y en el que dice lo que le da la gana sobre televisión en su sección Teletúlia, metiendo especial caña a TVE (acabarían mal). Pero oye, para algo es su productora, Aruba Productions, la que manda.

Ficha Técnica: 'Vídeos de primera'

Título Original: ' America's Funniest Home Videos'

Género: Concurso

Cadena en España: TVE (1990-1998)

Disponibilidad : No

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Las galas de variedades eran un clásico de la programación en España, sobre todo en TVE. Semanalmente, llevaban a los hogares una selección de actuaciones musicales y humorísticas que servían para iniciar en ocasiones el fin de semana, y que entraban en aquella tradición de los concursos más o menos espectaculares y, en general, el entretenimiento sin muchas pretensiones que pudiera ver toda la familia. Aparte de los programas de José Luis Moreno ('Noche de fiesta' y sus derivados), y de lo rancios que podían ser estos espacios, vamos a recordar uno que viene al caso por el reciente cumpleaños de su presentadora, Concha Velasco.

Era 'Viva el espectáculo', una gala musical que la actriz presentó durante 26 programas entre 1990 y 1991. Lo emitía La 1 los viernes por la noche, en un horario que después heredaría la tercera etapa del 'Un, dos, tres', la de Jordi Estadella, y su concepto no tenía nada de especial; durante un par de horas, pasaban por el escenario del Florida Park de Madrid artistas nacionales e internacionales de todo tipo, y Concha Velasco aprovechaba también para entrevistar a algunos de los personajes famosos que se sentaban entre el público, y que solían estar allí para promocionar sus nuevos proyectos.

Una gala de Nochevieja

El responsable de 'Viva el espectáculo' era Fernando Navarrete, que lleva en TVE desde 1967 como realizador de programas de lo más diverso, y que a finales de los 80 se había encargado de varias galas de Nochevieja que, precisamente, había presentado Concha Velasco (y que tenían el título de 'Viva 86', por ejemplo). Aquellos programas especiales tenían una cosa en común, y es que, en general, se grababan en una sala de fiestas de Madrid, en lugar de en un plató. Esa idea básica se trasladó a 'Viva el espectáculo', que no se emitía en directo, pero donde se podía ver perfectamente al público cenando mientras se desarrollaba el programa.

Navarrete ha tenido después una carrera en la Corporación bastente peculiar, porque llegó a trabajar en 'La 2 Noticias', a ser el realizador de los debates de 2008 entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy y actualmente forma parte del consejo de administración de RTVE. 'Viva el espectáculo' no era un programa rompedor ni revolucionario, sino uno muy entroncado en la tradición de estas galas de variedades de Televisión Española. Concha Velasco, como presentadora, tenía algo más de protagonismo, y po su escenario lo mismo pasaban Sabrina, Rocía Jurado y Juan Pardo que Banananarama, Cher o Raffaella Carrá, que en 1992 tendría su propio programa de variedades en La 1, '¡Hola Raffaella!'

El regreso de Concha Velasco

Concha Velasco inició con 'Viva el espectáculo' una etapa en la que volvía a televisión como presentadora, un trabajo que, como ella misma reconocía muchas veces, le servía para pagar las deudas de Paco Marsó, su ex marido (ya fallecido) y para financiar las producciones teatrales que más le interesaban. Cuando el programa terminó, en 1991, la fichó Telecinco para presentar, como es habitual en ellos, prácticamente de todo, incluido 'Queridos padres', versión para toda la familia de 'Su media naranja'. La actriz nunca ha dejado la tele del todo, pues terminó regresando a TVE para presentar, por ejemplo, 'Cine de barrio', sucediendo a Carmen Sevilla.

'Viva el espectáculo' (del que puede verse un programa dedicado a la canción del verano en la web de TVE) es un ejemplo de un tipo de galas que ya no se hacen en televisión. Es un género que se ha quedado atrás en favor de reality shows que son mucho más baratos de producir, y aunque podían ser programas bastante casposos, también eran un hueco para la música en televisión que tampoco existe ya. De todos modos, si por algo se recuerda aquel espacio es por ser la vuelta a la pequeña pantalla de Concha Velasco, en una faceta de presentadora que en aquellos años oscureció un poco la suya de actriz.

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Como hacemos cada domingo, es hora de que echemos un vistazo atrás en el tiempo y nos remontemos a épocas televisivas más antiguas. Cuando éramos niños, los Reyes Magos (o algún otro señor cuyo nombre desconocíamos por entonces) nos trajeron las cadenas privadas. Qué regalo más estupendo para los futuros seriéfilos en que nos convertiríamos. Algunas de las maravillas que descubrimos fueron esos anime que nos presentaban dibujos animados totalmente distintos a los que estábamos acostumbrados. Uno de ellos fue 'Supergol'.

El falso spin-off

'Supergol' es el nombre con el que conocimos en España a la serie japonesa 'Ganbare, Kickers!' que, como podéis imaginar, primero fue un manga y luego se transformó en serie de televisión. La historia había sido creada por Noriaki Nagai y fue adaptada para la pequeña pantalla por el Studio Pierrot entre 1986 y 1987.

Contó con un total de 26 capítulos más un episodio especial. Sin embargo, en Japón no se emitieron todos los capítulos y, tal y como ha pasado con tantas series, 'Supergol' tiene una curiosa historia sobre su final. Mientras en su tierra natal, el equipo protagonista conseguía la victoria; para los espectadores europeos se nos reservaba un final en el que los chicos que tanto habíamos apoyado no lograban vencer.

Otra curiosidad respecto a la serie fue su "falsa promesa" de ser un spin-off de 'Campeones'. Si algo marcó a 'Supergol' fue la alargada sombra que la serie de Oliver Atom proyectó sobre ella. Cuando comenzó a emitirse en Italia, el doblaje incluyó una frase de diálogo que no aparecía en el original y que decía que Rafael venía de jugar con el equipo de Benji, así, parecía que la continuidad del relato se garantizaba y el traspaso de simpatía por parte de los seguidores de 'Campeones', también.

Las comparaciones son odiosas

Como decimos, 'Supergol' siempre tuvo que vivir bajo las eternas comparaciones con esa serie que batió récords y que todavía hoy recordamos con tanta nostalgia. De hecho, cuando Telecinco comenzó a emitirla, muchos la consideraron como la sucesora natural de 'Campeones'. Pero las series no eran iguales, aunque tuvieran muchos puntos en común.

En las dos, por ejemplo, tenemos un jugador excepcional que llega a un equipo de fútbol en el que no se da pie con bola (perdón por la obviedad del juego de palabras). Rafael Masten es un chico que se traslada a una nueva ciudad con sus padres y su hermana. Le encanta el fútbol y, rápidamente, quiere entrar a jugar con el equipo de la ciudad. Sólo hay un problema:

Sus compañeros de equipo son totalmente desastrosos. Sólo Buddy (portero y capitán) parece dispuesto a seguir peleando. Poco a poco, Rafael y Buddy no sólo se convertirán en los mejores amigos, sino que conseguirán que su equipo, los Kickers, desarrolle un gran juego y se transforme en uno de los grupos más temidos de la competición.

Más amor y diversión

Por supuesto, otra característica que 'Supergol' compartía con 'Campeones' eran esas secuencias futbolísticas en las que el balón vivía jugadas imposibles y el campo parecía estirarse como un chicle. La épica de estas series daba mucho protagonismo a las jugadas y al desarrollo de cada uno de los encuentros.

Pero otros muchos han señalado diferencias fundamentales entre las dos ficciones. Por ejemplo, que en 'Supergol', se le daba más importancia a la peripecia personal que a los partidos en sí. Había una amalgama de personajes que contribuía a hacer las historias más entretenidas e interesantes, no solamente volcadas en saber el resultado final de un encuentro.

Además, 'Supergol' era una serie mucho más humorística que 'Campeones', había tramas divertidas, incluso enloquecidas, que ponían a los personajes en conflictos distintos, alejados del fútbol, algo que un espectador podía agradecer. También se le daba mucha más importancia a los personajes femeninos (que en 'Campeones' cumplían un tristísimo papel, residual e impersonal). Las historias amorosas que vivían los protagonistas, los giros, sorpresas y momentos álgidos daban otro color a un serie que tenía muchos elementos para agradar.

Ficha Técnica: 'Supergol'

Título Original: 'Ganbare! Kickers'

Género: Anime

Cadena original: Family Gekijo (1986-1987)

Cadena en España: Telecinco

Disponibilidad en DVD : Sí

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Estrenamos año y, con él, la oportunidad de reescribir el guión, y pelear por esas metas que la promesa de un tiempo nuevo nos hace ver tangibles. En lo que a televisión (y también cine) se refiere, yo me he propuesto ver todo eso que ya tendría que haber visto, en lugar de rendirme con tanta facilidad al efectismo de lo nuevo y lo que acapara la conversación en redes y blogs. Rendir más culto a los clásicos y salir de vez en cuando de la burbuja del audiovisual más hipster. No perderme la última de El Hobbit, pero también ver (ya me vale) Ciudadano Kane.

Hace unos meses hicimos una recopilación de las mejores series animadas de la historia. Y aunque era imposible no dejarse seducir por el derroche de color e imaginación de 'Hora de Aventuras' o la grosería de los diálogos de 'South Park', los clásicos como 'El Show de la Pantera' demostraron su vigencia, pese a que la animación de hoy en día se ha alejado tanto de ellos. Pero precisamente en su simplismo residía su grandeza.

Un personaje de cine

Well here he is, The Pink Panther, The Pink Panther, everybody loves a panther that’s pink. He really is a groovy cat.
And he’s a gentleman, a scholar, he’s an-acrobat...

Es elegante y sinuosa, dada su naturaleza felina. Es egocéntrico y positivamente rosa. Es macho (el tema de la intro no deja lugar a la duda). Y es lo que hoy llamaríamos un producto (o personaje) viral. Nació para acompañar al mítico tema de Henry Mancini de los créditos de La Pantera Rosa (1963), la comedia protagonizada por Peter Sellers. La animación que Friz Freleng (padre de famosas criaturas de animación como Porky o creó para Blake Edwards tenía potencial: tanto que de los estudios de DePatie y Freleng salieron un total de 124 cortos animados que, en un principio, se pensaron para el cine. Sus historias rosas triunfaron en los Oscar de 1964, haciéndose con la estatuilla al mejor corto animado por el que sería el piloto de la serie, The Pink Phink.

Su popularidad le proporcionó un lugar de honor en la televisión, convirtiéndose en un personaje casi eterno, constantemente revisionado y remasterizado, con cincuenta años de vida sobre sus hombros (rosas), desde sus orígenes -nada humildes- en la meca del cine, hasta su última aventura ya como personaje de Cartoon Network. Empezó en 1969 en NBC y durante once años fue saltando de un spin off a otro, sin dejar de ampliar su cosmogonía.

Fue protagonista indiscutible primero en 'The Pink Panther Show' (que duró dos temporadas), en la que desquiciaba a su antítesis blanca, el hombrecillo de bigote -una autocaricatura, dicen del propio Friz Freleng- y compartía espacio con el Inspector Clouseau. En estos años hizo algunos nuevos amigos, como el oso hormiguero y la hormiga que se incorporaron a 'The New Pink Panther Show' en 1971. E incluso años después llegó a pantera madura y acabó teniendo hijos, en 'The Pink Panther and Sons'. En 1980 se emitía en las cadenas sindicadas bajo el nuevo nombre de 'The All New Pink Panther Show'. Y en 1982 acabó teniendo voz.

No había una línea temática. Ni siquiera un patrón. Sólo su obsesión por el rosa y ese punto cómico que le daba a cualquier situación, cotidiana o absurda -o incluso psicodélica- ya fuera un grifo que gotea y no le deja dormir o una trama digna de Hitchcock. Tenía la habilidad de salir indemne de cualquier problema mientras que el hombre de blanco sufría el constante incordio de la pantera, todo sobre esos fondos impresionistas y música de jazz.

Curiosidades rosas

El universo de la Pantera Rosa parece no tener fin. De ser una mera caricatura, un producto creado para un momento concreto y como un personaje plano, que no tenía más trama ni participación que aquella, a contar con esa larga trayectoria vital que le ha convertido en icono de la cultura popular. Pero no sólo se crearon historias para aquel dibujo de Freleng.

Para su estreno en televisión se creó incluso un coche de estilo futurista, el Panthermobile, una forma excéntrica y cara de promocionar la serie. Después se convertiría en joya de coleccionismo, junto a otros vehículos míticos de la tele (como el Batmovil de la serie de los 60 o, Kitt o el coche de La Familia Monster), aunque en este caso la pantera no lo conducía, sino el niño rubiales de la intro (¿tendría edad legal para hacerlo?) a ritmo de Doug Goodwin.

Ficha Técnica: 'El show de la pantera rosa'

Título Original: ' The Pink Panther Show'

Género: Animación

Cadena original: NBC (1969-1980)

Cadena en España: TVE

Disponibilidad : Sí

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Es domingo, a punto de hacerse de noche. Lunes is coming y ya de por sí el ánimo está un poco bajo. Y a veces esta sección os hace sentir viejunos, lo sabemos. Pero también que os devuelve recuerdos perdidos, programas y series que creíais haber olvidado o que incluso creíais haber soñado. A mi me pasó con 'Chocky', de la que sólo tenía una vaga imagen: un niño, un extraterrestre en forma de holograma... Nada a lo que Google no pudiera dar respuesta, si sabes cómo buscar.

Y ayer me algo parecido con 'Chooof!'. Me hubiera gustado hablar de Tricicle y su 'Tres estrellas', una comedia por la que obtuvieron un gran reconocimiento pero que en nuestro país sólo se vio en TV3. Pero 'Chooof!', una co-producción del canal autonómico catalán y TVE consiguió hacer un poco más populares (si cabe) en la televisión nacional a este trío de artistas, de mimos-clown como prefieren ser conocidos.

Tres náufragos para tres metros de isla

Sólo necesitaron este reducido y simple escenario para desarrollar una comedia que tenía mucho más de teatro que de televisión. Al fin y al cabo, son actores con una gran trayectoria sobre las tablas, aunque hayan probado en todos los medios. La serie es, de alguna manera, una revisión de L'illa, uno de los sketches de su primer espectáculo teatral, Manicòmic (1982). Aunque aquella isla no ocupaba mucho más que una toalla y la palmera era tan pequeña que se turnaban para sujetarla, haciendo aún más disparatada la situación. Aunque aquello tenía otra explicación.

En 'Chooof!' (1994) el origen de la historia era otro. Un crucero de lujo se hunde al estilo Titanic y tres hombres sobreviven en una pequeñísima isla. Sus harapaos -los restos de sus trajes de fiesta-, las largas barbas y su nivel de desquicie nos dicen que llevan mucho tiempo obligados a convivir en esos escasos metros cuadrados, sin más entretenimiento que lo que diera de sí su imaginación (que era mucho) o esperar que la marea arrastre algún objeto perdido... o a algún inesperado visitante. Situaciones absurdas, comedia pura y mucho teatro.

Y es que todo el mérito de 'Choof!', como en cualquier obra de teatro, recae en los actores y en un buen guión. Si gustaba, pese a lo novedoso del formato para ser televisión (un anticipo de comedias como 'Camera Café'), era por el trabajo actoral de Joan Gracia, Paco Mir y Carles Sans. En 'Tres Estrelles' contaban con otras bazas (extras, localizaciones, la oportunidad de desarrollar multitud de tramas); pero en 'Choof!' todo se reduce al mínimo, no hay diálogos, al menos no al uso: sólo alguna onomatopeya, como ese Chooof! recurrente, cada vez que algo caía al agua. Lo que sí había era un gran trabajo de lenguaje gestual, algo en lo que El Tricicle son expertos. Sin embargo, no tuvo el mismo éxito que en TV3.

El sketch que les marcó

Aunque 'Chooof!' fuera su primera serie conocida a nivel nacional, no eran precisamente unos desconocidos. Medio mundo les había visto actuar en la Ceremonia de Clausura de los Juegos Olímpicos de Barcelona'92 y, mucho antes, les vimos debutando en TVE con su particular interpretación del hit de Julio Iglesias "Soy un truhán, soy un señor" en una actuación de 'Un, dos, tres... responda otra vez'. Es, sin duda, su sketch más aplaudido y recordado. El grupo lo ideó y lo llevó a escena como homenaje al célebre Jango como clowns -en parte- que son.

Era 1983 y el principio de una larga carrera, tanto en teatro (diez espectáculos hasta la fecha, amén de otros especiales), televisión (la compañía varias comedias para Telecinco tras un acuerdo con la cadena, pero no encontraron lugar en su audiencia), en el mundo editorial o en el de la publicidad (protagonizaron varios spots), e incluso en el cine (Palace, 1995). En su canal de YouTube siguen muy activos y suben sketches cada semana.

Ficha Técnica: 'Chooof!'

Título Original: 'Xooof!'

Género: Comedia

Cadena en España: TV3, La 2

Disponibilidad en DVD : Sí

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A veces, los títulos en español de algunas series pueden llevar a confusión acerca de lo que estamos hablando. Estos guardianes de la galaxia que vamos a recordar hoy no son los de Marvel (que ya sabéis van a tener su propia serie de animación), sino los Galaxy Rangers de su título original, una serie de mediados de los 80 que, al menos en España, llegó de una manera bastante curiosa a las casas de unos cuantos niños. Hagamos una prueba, de hecho: levantad la mano los que visteis esta serie gracias a que la encontrásteis en el videoclub. Así la vi yo, por ejemplo.

Pero vayamos al principio. Esta 'The adventures of the Galaxy Rangers' fue una de las primeras series de estilo más o menos anime producidas, escritas y dobladas en Estados Unidos, pero cuya animación se hacía en un estudio japonés, TMS Entertainment, que también trabajó en 'Batman, la serie animada'. Su creador era Robert Mandell, veterano guionista y productor, sobre todo de animación, responsable de la adaptación televisiva de la película 'Ace Ventura' y de la versión estadounidense de 'Thunderbirds', la serie stop-motion de Gerry Anderson, aunque estuvo involucrado en la primera temporada de 'Expediente X'.

'Galaxy Rangers' de sindicación

La serie se produjo directamente para la sindicación, una maniobra que permitió también la creación de 'Xena, la princesa guerrera' o de 'Star Trek, la nueva generación', y que ya casi no se utiliza (la última serie desarrollada así fue 'La leyenda del buscador'). Esa peculiar manera de producción hizo que tuviera una única temporada, pero de 65 episodios, entre 1986 y 1989, y que arrancaba en el año 2086, con la llegada de dos alienígenas a la Tierra que, como agradecimiento a la asistencia que recibían allí, ofrecen a los humanos la tecnología necesaria para desarrollar naves espaciales que puedan viajar por el hiperespacio.

Eso permite a los humanos explorar la galaxia y fundar colonias en otros planetas, y el tráfico entre todos esos planetas lleva a que surjan también actividades delictivaas variadas. Así que, para luchar contra ellas, aparecen los Rangers, cada uno de ellos con un implante cerebral que les otorgaba un poder especial. Así teníamos a Zachary Fox, con un brazo biónico, a Nico, con habilidades psíquicas, a Doc, que era un genio científico, y a Ganso, un supersoldado creado con ingeniería genética que podía transformarse físicamente en quien quisiera.

'Las aventuras de los Guardianes de la Galaxia' era una space opera muy clásica, con aventuras en planetas lejanos, extraterrestres peculiares y un malvado imperio, el de la Corona, que quiere dominarlo todo, pero lo mezclaba con un tono de western que quedaba claro ya directamente en los caballos robóticos de los protagonistas y en su vestuario. Los Rangers trabajaban para la organización BETA, que se dedicaba desde la Tierra a la exploración de otros mundos.

¿Por qué era diferente?

Es curioso, como decíamos antes, el modo en el que bastantes niños terminaron viendo esta serie en España. Se emitió en algunos canales autonómicos cuando éstos empezaron, como Canal 9, pero es probable que llegara a más gente gracias a las ediciones en VHS de bastantes de sus episodios, ediciones que acababan en los videoclubs. No era el mejor modo de seguirla porque no estaba completa, pero eso era otro tema diferente. Hasta en eso fue un título que se salía de lo que era un poco la norma en aquella época.

Estos Galaxy Rangers no eran traslaciones a dibujos animados de juguetes, como pasaba con 'Transformers' o hasta 'He-Man', y algunas tramas eran poquito más oscuras de lo habitual, como el pasado de Ganso o las tácticas esclavistas de la Reina de la Corona. Además, la colaboración con el estudio TMS le dio a la serie animaciones por ordenador en 3D que resultaban bastante novedosas para la época. No obstante, 'Las aventuras de los Guardianes de la Galaxia' no pasó de esos iniciales 65 episodios de media hora, pero ha adquirido cierto aura de título de culto con el paso del tiempo.

Ficha Técnica: 'Las aventuras de los Guardianes de la Galaxia'

Título Original: 'The adventures of the Galaxy Rangers'

Género: Animación, ciencia-ficción

Cadena en España: Autonómicas

Disponibilidad en DVD : En EE.UU., completa

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Qué agradables son las mañanas de domingo, compartidas con un café con leche y churros o con un ibuprofeno y un vasito de agua. Las horas de ocio nos llevan a navegar por la red en busca de contenidos que nos entretengan. ¿Nuestra propuesta? Repasar viejos éxitos televisivos, que marcaron época y a los que puede que muchos no recuerden, como la serie de la que hablaremos hoy: 'Proceso a Mariana Pineda'.

TVE y su pasión por la historia ficcionada

Durante años, el referente televisivo único fue la tele pública. La televisión se concebía de una forma muy distinta. Las audiencias no es que no fueran importantes, es que no existía siquiera el arraigo de ese concepto, pues no había competencia. Algunos pensarán que esto limitaba los contenidos pero, precisamente, para muchos otros, está demostrado que, por ejemplo, la década de los 80 fue una época dorada en la televisión en la que verdaderamente se apostaba por la divulgación.

Son míticas las series que TVE grabó a lo largo de aquellos años, que daban visibilidad a un ejército de buenos profesionales, que trabajaban en cine o teatro y que dignificaban el audiovisual con productos pensados y meditados, cuidados con mimo, con guiones e historias que trascendieran del simple entretenimiento. Muchas series históricas, muchas adaptaciones literarias y, finalmente, grandes ficciones que recordar.

La historia de Mariana Pineda

En 1984, TVE dio un paso más para lograr que 30 años después nos acordemos de sus series. Ese año se emitió 'Proceso a Mariana Pineda', una producción dirigida por Rafael Moreno Alba y con guion suyo y de Carmen de Icaza y Emilio Romero, que recupera una figura histórica como fue la de Mariana Pineda (1804-1831). Esta mujer, de origen nobiliario y viuda de un militar liberal, fue una de las abanderadas de la lucha contra el absolutismo de Fernando VII. Acusada de conspiración, fue condenada y ejecutada a garrote vil.

La serie consta de cinco capítulos en los que vemos la sucesión de hechos que llevan a Mariana a caer en manos de la justicia. La historia nos remite a Granada, una de las ciudades más activas en cuanto a la causa liberal. El alcalde del crimen, Pedrosa, busca a los responsables de encabezar el movimiento. Sus miras giran a Mariana cuando se descubre una bandera que está siendo bordada en su casa con las consignas de Libertad, Igualdad y Ley. A partir de ese momento, detiene a Mariana e intenta que confiese los nombres de sus compañeros. A pesar de las presiones, Mariana no traiciona a los suyos.

Esto es ficción

Por supuesto, no podemos perder de vista que esto es una serie, en la que la ficción pasa a veces por encima de los datos históricos. La protagonista absoluta, Mariana, interpretada por una Pepa Flores a la que ya no era tan fácil ver en televisión, está completamente idealizada. Valiente, generosa, inteligente, astuta... todo son cualidades positivas hacia una heroína a la que se presenta como tal, sin matices ni sombras.

También se juega con una teoría no confirmada que afirma que Pedrosa estaba perdidamente enamorado de Mariana, por lo que todo su proceso tuvo implicaciones personales que van más allá de la política del país. En la serie vemos muchos de estos momentos, y la lucha interior de Pedrosa cuando comprende que él mismo es quien está llevando a la muerte a la mujer que ama.

La serie supuso un gran despliegue técnico y de producción, con rodajes en exteriores y espacios históricos y con un vestuario y una puesta en escena imponente. Al éxito de la propuesta cabe sumar el gran reparto de actores que la nutren. Nombres como Germán Cobos, Juanjo Puigcorbé, Carlos Larrañaga, Rafael Alonso, Tony Isbert, Manuel Galiana o Valentín Paredes.

Ficha Técnica: 'Proceso a Mariana Pineda'

Título Original: 'Proceso a Mariana Pineda'

Género: Drama histórico

Cadena original: TVE (1984)

Disponibilidad en DVD : Sí

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No os quiero asustar pero hace 14 años que se emitió este uno de los mejores dramas televisivos de la historia. Es una de las más apoteósicas radiografías de guerra que se han hecho jamás y su influencia sigue estando presente en las producciones históricas de hoy en día. La perspectiva que da el tiempo es peligrosa, ya que el paso de los años puede hacer estragos en algunos títulos; no dudaba que esto no ocurriría con ‘Hermanos de Sangre’, pero recientemente la he vuelto a disfrutar y de paso la he confirmado como una de las eternas grandes.

Steven Spielberg y Tom Hanks se adentraron en este proyecto para HBO después de colaborar juntos en 1998 en ‘Salvad al Soldado Ryan’. Después han seguido demostrando ese interés por el conflicto que reflejan en ‘Band of Brothers’ con otros tantos documentales y ficciones. Spielberg produjo aquel dúo de películas de Clint Easwood en 2006 y dedicó algunos de sus primeros trabajos de jovenzuelo a historias inspiradas por anécdotas de guerra de su padre.

Hace un par de años HBO anunció que estaba preparando la tercera miniserie de esta pareja; se llamaría ‘Masters of the Air’ y se centraría en los combates aéreos de la IIGM a través de los ojos de la Eighth Air Force. A pesar de que hace unas semanas se reavivaron las noticias sobre este proyecto con rumores de un posible rodaje en Inglaterra, no se sabe mucho al respecto.

Pero volvamos a la Easy Company. Tomando las experiencias expuestas en el homónimo libro de Stephen E. Ambrose, ‘Hermanos de Sangre’ seguía el paso por la II Guerra Mundial de una compañía de paracaidistas de la división aerotransportada del ejército de los Estados Unidos. El despliegue presupuestario la convirtió en la miniserie más cara hasta el momento, con un gasto total aproximado de 140 millones de dólares, cifra que después superaría ‘The Pacific’ nueve años después.

La riqueza de visiones

Dick Winters real y ficticio (Damian Lewis)

Como toda ficción, ‘Hermanos de Sangre’ no estaba exenta de licencias históricas y dramatizaciones, pero lo compensaba con dos grandes virtudes. Una es la visión rica y variada que ofrece de la guerra y sus diferentes aspectos. La instrucción, la camaradería, el papel de los altos mandos, el miedo, la asistencia sanitaria, los prisioneros de guerra, las motivaciones del soldado, etc. Cada episodio estaba centrado en un sentimiento, un valor o una tarea inherente a un conflicto bélico. Digamos que La Guerra es el personaje principal y los vínculos que se crean en tiempos difíciles y lo que implica ser parte de algo más grande que los individuos son los personajes secundarios.

Esa es la característica que más la separa de ‘The Pacific’, cuyo relato se centra principalmente en tres personajes, a través de los cuales dibuja el conflicto. Se me antoja una decisión inteligente por parte de sus artífices, ya que esta visión más personal ayudaba a diferenciarse y no se quedase en un ‘Band of Brothers 2’. Volviendo a los paracaidistas, esa radiografía rica y variada se apuntalaba con un elenco muy solvente que, lejos de apoyarse en caras reconocibles, apostó por el talento y por un abanico de carismas variado e identificable. Con el tiempo, su reparto ha acabado convirtiéndose en cantera con nombres ahora distinguibles como Damian Lewis, Simon Pegg, Michael Fassbender, James McAvoy o Tom Hardy.

La otra gran virtud eran esos minutos iniciales dedicados a dar voz a algunos de los veteranos que formaron parte de la verdadera Easy Company, testimonios que complementaban el tono realista de la serie y que ayudaban a anclar las imágenes -las tragedias, las crueldades y las injusticias- a la realidad. Quizá yo sea algo más aprensiva de lo normal, pero las lágrimas han recorrido mi rostro con mucha frecuencia en ambos visionados, y no puedo evitar pensar que gran parte de la culpa la tenía el valor de los relatos en primera persona de esos veteranos.

Factura, ritmo, crudeza

Por supuesto, ‘Band of Brothers’ es mucho más que eso. El nivel de producción del conjunto sigue siendo extraordinario casi quince años después de su emisión; un despliegue titánico de detalles, extras, planos generales que muestran una guerra, barro, nieve, bosques y ciudades en ruinas. Tampoco escatimaba en crudeza, y aunque se podrían señalar momentos trágicos en cada episodio, es inevitable recordar ese devastador Why we fight?, ese episodio que concentra muchas de las reflexiones sobre el ser humano que ha ido exponiendo los ocho episodios anteriores, algo que se culmina con el final y la liberación de Berlín.

Quizá ‘Hermanos de Sangre’ no entra dentro de esa nostalgia televisiva que apela a la infancia o la adolescencia; a otros tiempos. Es otra especie de nostalgia, una que tiene más que ver con el inicio de la ficción sofisticada que tanto disfrutamos ahora. Antes de volver a ver los episodios de ‘Hermanos de Sangre’ me preguntaba si al terminar pensaría que estrenándose hoy sería el mismo éxito, si mantendría su vigencia. Teniendo en cuenta la cantidad de ficción (y de buena ficción) que se hace últimamente –y lo exigentes, meticulosos y curados de espanto que nos estamos volviendo como espectadores-, una no tan evidente respuesta afirmativa tendría mucho. Pero sí. Es innegable e indudable: arrasaría.

Ficha Técnica: 'Hermanos de Sangre'

Título Original: 'Band of Brothers'

Género: Drama

Cadena original: HBO (2001)

Cadena en España: Canal+, Antena 3

Disponibilidad en DVD : Completa

Los años 90 fueron la edad dorada de la ficción juvenil para pre-adolescentes: desde el inolvidable culebrón de instituto de ricos ('Sensación de Vivir') hasta las series más simplonas que, pese a ser terriblemente malas, tenían la capacidad de engancharnos (eso, o es que éramos, sin más, adictos a la tele) como 'Las gemelas de Sweet Valley' o 'California Dreams' y otras que a priori eran entretenidas pero que llevan muy mal el paso del tiempo, como la que hoy nos ocupa: 'Mi doble identidad'.

Un jovencísimo Jerry O'Conell era el protagonista de esta serie canadiense (no sería la primera) que llegó un par de años después de su estreno a nuestro país a las tardes de La Primera. Era esa época en la que no había canales temáticos, ni falta que hacían: los que había nos tenían en cuenta y nunca faltaron contenidos infantiles y juveniles para los niños de los años 80 y 90 cada tarde, o los fines de semana.

De superhéroe juvenil...

'Mi doble identidad' es la historia de Andrew Clements, un pre-adolescente como otro cualquiera y su a todas luces inexplicable amistad con su vecino, el Dr. Jeffcoat, Dr. J para los amigos (Derek Mcgrath); como el Sr. Miyagi y Danielsan. El Dr. J. cumple con todos los tópicos de "científico loco": es estrambótico, despistado y oculta en su garaje un laboratorio de ciencias en el que trabaja aspirando a hacer grandes aportaciones a la ciencia en favor de la humanidad, como el rayo de energía para hacer crecer las verduras. A priori, no parece gran cosa. Pero el resultado sobre los humanos resulta ser muy distinto.

Cuando Andrew es expuesto por accidente al rayo obtiene súperpoderes: súperfuerza, súpervelocidad, invulnerabilidad e, incluso, la capacidad de volar. No como Superman, eso sí; lo hace gracias a unos sprays, patentados por el Dr. J. Andrew no puede ser más feliz: es un freak de Marvel y de los cómics en general (de ese tipo de personas que los que guardan en bolsas) que nunca pensó que podría llegar a ser como uno de sus ídolos. Desde ese momento Andrew se convierte en Ultraman y -consciente de que "un gran poder conlleva una gran responsabilidad"- dedica su vida y sus poderes a combatir el mal mientras ha de ocultar al mundo sus grandes habilidades (su identidad secreta).

... A guaperas

El planteamiento de la serie experimentó un gran cambio cuando lo hizo su protagonista, que pasó de niño ingenuo a adolescente ligón en un verano, después de que las hormonas del crecimiento hicieran su trabajo. Entonces decidieron sacar partido a su aspecto físico y abrazar tramas más mundanas: las clásicas historias de insti y citas. La cabecera de la serie también se hizo eco de este cambio.

A Andrew se le sube a la cabeza lo de ser superhéroe y guapo. Aunque nunca olvida su responsabilidad en la lucha contra el mal y se sigue sometiendo a los locos experimentos del Dr. J. la serie dejó de ser un regalo para los fans de los cómics cuando Andrew se olvidó de esta tontería de Ultraman y empezó a preocuparse más por las chicas, perdiendo así la historia gran parte de su esencia y de su interés para ese público al que engancharon con la promesa de una serie de aventuras y ciencia-ficción en la que salvar al mundo fuera realmente lo más importante.

Ficha Técnica: 'Mi doble identidad'

Título Original: ' My secret identity'

Género: Aventuras, cienca-ficción

Cadena original: CTV (Canadá, 1988-1991)

Cadena en España: TVE

Disponibilidad en DVD: No

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Casi se ha convertido en una broma recurrente que, todas las temporadas, la CBS lance otro spin-off más de uno de sus títulos más exitosos, 'NCIS'. De momento, tenemos dos, uno en Los Ángeles y otro en Nueva Orleans, pero lo más divertido de todo es que su propia serie madre ya nació como un spin-off, en este caso de 'JAG, alerta roja', una serie de abogados militares que su creador, el productor Donald P. Bellisario, describió en su momento como una mezcla entre 'Top Gun' y 'Algunos hombres buenos', que había sido un enorme éxito en 1992 con Tom Cruise y Demi Moore como abogados de la Marina investigando la muerte de un marine en Guantánamo (sí, la película estaba basada en una obra de teatro de Aaron Sorkin).

Es muy curioso, de hecho, cómo Bellisario, que había sido marine, justificaba la creación de 'JAG' en 1995, explicando que "programas dramáticos, de acción y aventuras casi han desaparecido de antena. Yo no hago sitcoms, no hago dramas urbanos neuróticos. Creé 'JAG' porque es el tipo de televisión que me gusta ver". Y era el tipo de serie que NBC quería añadir a su parrilla. Ya tenía 'Ley y orden' como drama entre legal y policíaco, y 'JAG' era una serie de abogados que, sin embargo, tenía la ambientación militar. Bellisario, además, había creado algunos de los mayores éxitos de los 80, como 'Magnum' o 'Quantum Leap', por lo que era normal que la cadena del pavo quisiera hacer negocios con él.

'JAG' y su inspiración en la realidad

Como decimos, el éxito de 'Algunos hombres buenos' fue instrumental en el nacimiento de 'JAG', pero Bellisario se inspiró también en la aprobación, en 1993, de que pudiera haber mujeres como pilotos de cazas a bordo de portaaviones. Desarrolló primero su idea como el guión de una película de misterio, pero al documentarse sobre los integrantes del cuerpo de abogados del ejército, descubrió que éstos podían actuar como fiscales, abogados defensores e investigadores al mismo tiempo, y dependiendo del caso, así que optó por transformar su idea en una serie de televisión. En ella, el principal protagonista era el capitán Harmon 'Harm' Rabb, abogado militar del JAG en Virginia, cerca de Washington, que investiga diferentes casos en los que se ven involucrados soldados, generalmente de la Marina.

Su compañera era la teniente coronel Samantha 'Mac' McKenzie, que entró en la serie a sustituir a la compañera de Harm en el piloto. Esta pareja protagonista, interpretada por David James Elliot y Catherine Bell, era el centro de la serie (con su inevitable tensión sexual no resuelta), aunque a su alrededor tenían también importancia su jefe y Bud Roberts, que los asistía en los casos y que aportaba el toque cómico con su fandom de 'Star Trek' y su creencia en lo paranormal. Casi todos los casos que Harm y Mac investigaban estaban basados en sucesos reales, y 'JAG' utilizaba en muchas ocasiones portaaviones reales para su rodaje.

Un éxito en CBS

'JAG' se mantuvo en antena durante diez temporadas, convertida en todo un éxito y lanzando a David James Elliot como una estrella muy local, que precipitó el final de la serie porque quería dedicarse a otros proyectos, pero lo curioso de todo esto es que triunfó después de que su cadena inicial, NBC, la cancelara al final de su primera temporada. Terminó su tanda inicial de episodios como el 79º programa en audiencia, y NBC decidió que no le resultaba rentable seguir con ella. CBS, sin embargo, sí la quería, y la reestrenó en la midseason de la siguiente temporada, en enero de 1997. Aguantó hasta 2005 dando vida a 'NCIS' y, en sus mejores momentos, superando los 14 millones de espectadores.

La naturaleza autoconclusiva de sus capítulos, que tenían entre sus marcas distintivas el empleo del horario militar, facilitaba el seguimiento por parte de los espectadores, y su celebración de los códigos del honor y el deber del ejército la convirtió en un éxito muy a la medida del público medio estadounidense. De todos modos, también fue capaz de trasladar ese éxito fuera de sus fronteras, llegando a emitirse en más de 90 países en su momento más álgido. Su tono se mantiene ahora en 'NCIS', que está protagonizada por los agentes que investigan inicialmente los casos que después llevaban a juicio los abogados del JAG.

Ficha Técnica: 'JAG, alerta roja'

Título Original: 'JAG'

Género: Drama legal

Cadena original: NBC (1995-96), CBS (1997-2005)

Cadena en España: Antena 3

Disponibilidad en DVD : En España, sólo la primera temporada

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Como cada domingo, nos ponemos las zapatillas de la nostalgia, el chándal de los recuerdos y las gafas de la morriña para adentrarnos en una nueva serie de las que marcaron época (y no nos tomamos el café nostálgico no sea que su caducidad siente mal a nuestra flora intestinal). Nos gusta repasar con vosotros las series que hicieron historia en la televisión y que nos dejaron un hondo recuerdo. ¿Preparados para recordar 'El pájaro espino'?

El poder de la novela romántica

Esta miniserie forma ya parte de nuestro imaginario, de tal forma que, aunque no la hayamos visto, sabemos perfectamente cómo usarla como referente en nuestro lenguaje cotidiano. No son muchas las producciones que consiguen este hito, pero la historia creada por Colleen McCullough, la escritora australiana, sí nos dejó un poso que todavía hoy perdura.

'The Thorn Birds' es una novela de 1977 que se enmarca en el género más romántico y de drama que nos podamos imaginar, con una prosa versada en el amor que le convirtió en un bestseller con todas las letras. La particularidad de la historia, los originales (para la época) protagonistas de este amor imposible consiguieron llamar la atención de un público que siempre busca una vuelta de tuerca más para lo que, en realidad, es una clásica historia de amor.

El éxito de la serie pareció dar la razón a los que fijan sus ojos en exitosas novelas comerciales para adaptarlas a la pequeña pantalla. Si bien las novelas históricas y los thrillers son un buen material, el poder de la novela rosa no tiene parangón y así 'El pájaro espino' se convirtió en el sueño dorado de millones de fans.

Amor prohibido, nunca falla

En 1983, el productor David L. Wolper llevó la historia a la pequeña pantalla. En nuestro país, se estrenó dos años después, causando la misma convulsión que en su aterrizaje en la tele estadounidense. La fuerza del argumento radica en la identidad de los protagonistas: por un lado, una joven bella y llena de virtudes, Meggy Cleary, interpretada por Rachel Ward; y, por otro, un sacerdote católico que lucha contra sus instintos, un papel que daría a Richard Chamberlain el reconocimiento mundial.

La trama nos llega con muchos jugosos alicientes, como el hecho de que se trate de un drama de época que se prolonga en el tiempo. Nos cuenta la historia de la finca Drogheda, en Nueva Gales del Sur (Australia). El apasionado amor entre los jóvenes protagonistas se veía truncado por la carrera profesional del muchacho, el Padre Ralph de Bricassart, que, a pesar de la locura sentimental que sufría por Meggy, prefería renunciar al amor y seguir con su escalada en la Iglesia, que le llevaba a conseguir un alto puesto en el Vaticano, a pesar de que nunca pudo olvidar a su amada.

Esta variante de "amor prohibido" ha tenido una gran repercusión en la manera de hacer ficción. Sólo en nuestro país, en los últimos años, hemos vivido dos intensas historias de amor cuyos mimbres nos recordaban a 'El pájaro espino'. Uno de ellos fue en la serie de TVE 'La señora', en la que Adriana Ugarte y Rodolfo Sancho eran la pareja protagonista. La otra fue la de María y Gonzalo en 'El secreto de Puente Viejo'. En ambas, el amor vencía a los convencionalismos sociales. En cambio, 'El pájaro espino' optaba por una resolución infeliz para los amantes pero, desde luego, mucho más realista.

La historia detrás de la historia

Quizá este hecho se deba, entre otras cosas, a lo declarado por la autora de la novela, que contó que su novela se basaba en las vivencias de su propia madre. El poético título de la obra hace referencia a una leyenda australiana según la cual existe un ave que basa su existencia en la búsqueda de un matorral lleno de espinas. Cuando la encuentra, él mismo se lanza contra la espina más afilada y, mientras muere, canta una dulcísima melodía.

La repercusión social de esta miniserie fue tal que en 1996 se estrenó la película 'El pájaro espino. Los años perdidos', dirigida por Kevin James Dobson. Este filme volvía a contar con Chamberlain, pero sustituía a la protagonista por la actriz Amanda Donohoe. La historia nos situaba en 1942, cuando Ralph volvía a Australia y su antigua pasión por Meggy renacía.

Ficha Técnica: 'El pájaro espino'

Título Original: 'The Thorn Birds'

Género: Drama romántico

Cadena original: ABC (1983)

Cadena en España: TVE (1985)

Disponibilidad en DVD : Sí

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El Nostalgia TV de hoy está dedicado a un icono de nuestra cultura. La figura de Popeye está en nuestra memoria desde que podemos recordar y hemos visto su rostro en todo tipo de productos de merchandising, orgullosos de portar a su dios pop. Nos vamos a dar un paseo por los lugares en los que se creó este personaje aficionado a la espinaca, por tan buenos momentos como nos ha hecho pasar.

Creando mitos

'Popeye, el marino' es una serie de dibujos animados cuyo protagonista es el particular Popeye. Pero, para cuando quiso llegar a la televisión, Popeye ya tenía un largo recorrido en otros medios. En realidad, el personaje nació de la mano de Elzie Crisler Segar a modo de tira cómica. Su primera aparición fue en The New York Evening Journal, en 1929.

Popeye y las espinacas. Una de las relaciones gastronómicas más importantes de la televisión. En un intento de revitalizar el consumo de este vegetal, debido a la gran cantidad de hierro que supuestamente tenía, se pensó en un personaje animado que se mostrara fuerte y saludable por comerla sin parar. La venta de espinacas subió como la espuma, los pueblos en los que la empresa de la espinaca era la más potente, idolatraron a Popeye por su buen hacer...

...tanto que incluso la fama de Popeye consigue superar un error. En realidad, la espinaca no tiene tanto hierro como se pensaba. Todo se debió a una equivocación de imprenta al publicar el estudio. Aunque el fallo fue descubierto, esta falsa creencia llega aún hasta nuestros días. La imagen del marinero que devora espinacas y adquiere una fuerza sobrehumana es demasiado potente.

Imposible que no hubiera una serie de televisión

La fama de Popeye le catapultó hacia los cortos de animación. Se hicieron producciones en vídeo que se convirtieron en los favoritos de los años 30. Pronto, el siguiente paso fue la televisión. La serie de 'Popeye' comenzó a gestarse en 1960. Había un gran número de empresas que participaron en el proyecto, como Jack Kinney Studios o Famous Studios. Su desarrollo fue de 220 capítulos que se emitieron entre 1960 y 1962.

En 1978, Popeye tuvo una nueva oportunidad en la tele, de la mano de CBS. La serie se llamaba 'The All-New Popeye' y estaba producida por Hanna-Barbera. Adaptaba muchas tiras de los cómics, eso sí, asumiendo las restricciones que el reglamento sobre violencia en dibujos animados imponía. En 1981, la serie pasó a llamarse 'The Popeye and Olive Show' y en 1983, fue retirada. Poco tiempo después, en 1987, debutaría 'Popeye and Son'. Faltaba la mítica voz de Jack Mercer, el actor que tantos años dio vida a Popeye, que había muerto un año atrás. La serie sólo tuvo una temporada. En 2004 se produjo un especial en 3D para televisión que conmemoraba el 75 aniversario del personaje.

Personajes icónicos

Popeye es de esas figuras que traspasa todo tipo de épocas y se convierte en una referencia cultural incontestable. Su nombre se podría traducir por Ojó Saltón (pop-eye) haciendo una clara alusión a su físico. Tiene unos fuertes antebrazos tatuados, viste con uniforme y siempre lleva su pipa de maíz. Su personalidad, socarrona y con un humor muy particular, es otros de sus encantos. Cuando necesita enfrentarse a un peligro, se toma un bote de espinacas (es capaz de consumirlo de las formas más originales).

Otros personajes importantes para la historia son Olivia, la eterna novia de Popeye, larguirucha, con unos pies enormes y admiradora de todas las hazañas del héroe; Brutus, el antagonista; Cocoliso, el hijo adoptivo de Popeye; o Wimpy, uno de sus mejores amigos. Los diseños de los personajes, con su peculiar "feísmo", también son muy apreciados por los fans y por la historia del diseño contemporáneo.

Podríamos no dejar de contar

Podríamos seguir hablando sobre 'Popeye, el marino' durante eones y contar cada esmerado detalle de un personaje que pronto cumplirá los 100 años. Sus adaptaciones para cine, radio o videojuego son incontables, así como todo el merchandising referido a todo su querido universo, que le coloca en esa línea de personajes que se han convertido en históricos.

Hay muchos detalles interesantes sobre su figura. Algunos hablan de Popeye como del precursor de los personajes de superhéroes. Al igual que algunos de ellos, consume una comida mágica que le otorga poderes. Esa superfuerza que viene de la espinaca representa un misterio para otros, que han especulado sobre qué es realmente la sustancia que consume el mítico marinero.

Ficha Técnica: 'Popeye, el marino'

Título Original: 'Popeye, the sailor'

Género: Dibujos animados

Cadena original: ABC (1960-1962), CBS (1978-1983)

Cadena en España: TVE

Disponibilidad en DVD : Sí

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Quienes sigáis 'Better call Saul' igual os disteis cuenta, en el cuarto capítulo, que Jimmy McGill utiliza una vieja serie de televisión para ver cómo tiene que comportarse para atraer clientes en una residencia de ancianos. Esa serie era 'Matlock', un título de abogados (o de un abogado, más bien) de finales de los 80, en la línea de 'Perry Mason' y que destacó en su momento por su protagonista, Andy Griffith.

Griffith, que falleció en 2012, es todo un clásico de la televisión estadounidense gracias a 'The Andy Griffith Show', una serie en la que él era el sheriff de un pueblo idílico en el que todos se conocían y nadie cerraba la puerta de su casa por la noche. Aquel título de los 60 fue un enorme éxito y lanzó al estrellato a su protagonista, un actor que había empezado haciendo comedia y que se había dado a conocer inicialmente en 'Un rostro en la multitud', de Elia Kazan.

Los casos de 'Matlock'

'Matlock', creada por Dean Hargrove, tenía una premisa y una fórmula muy sencilla. Ben Matlock era un abogado defensor de Atlanta, con una hija, que casi siempre defendía casos de asesinato y que en el juicio se proponía lanzar una duda razonable sobre la posible culpabilidad de su cliente, de tal modo que el jurado lo absolviera. Por supuesto, eso se traducía en que él y su investigador privado siempre acababan descubriendo al verdadero asesino y exponiéndolo cuando subía a testificar.

Como ocurría con 'Perry Mason' o 'Se ha escrito un crimen', todos los episodios seguían el mismo esquema, y el culpable terminaba invariablemente confesando cuando se enfrentaba a las preguntas de un Matlock que ya sabía que era él (o ella). La serie estaba hecha a la medida de Andy Griffith, que imprimía al abogado un toque entrañable y humorístico que venía de sus inicios como cómico, y que tuvo buena parte de la culpa de su éxito.

'Matlock' estuvo en antena nueve temporadas, entre 1986 y 1995, dividiendo su emisión entre NBC y ABC, en sus tres últimas temporadas. El traje gris claro de su protagonista, el toque de humor que aportaban sus diferentes investigadores privados, y la posibilidad de que los espectadores fueran siguiendo, e intentando resolver, el caso con él fueron sus armas para aguantar tanto tiempo en antena. Y para estar todavía en la memoria de toda una generación de espectadores, y de guionistas de televisión.

En el recuerdo

Es curioso que 'Matlock' sea todavía recordada de tal modo, que se la acabe referenciando en los sitios más insospechados. Siempre se la asocia a un público ya bastante mayor (no en vano es el personaje favorito del abuelo de 'Los Simpson'), y acaba incluida en el mismo saco que otras series de casos de los 80 y principios de los 90, como la propia 'Se ha escrito un crimen', 'Colombo', 'Jake y el gordo', también creada por Hargrove, o 'Diagnóstico asesinato', spin off de la anterior y en la que Ben Matlock llegó a aparecer.

Era una serie muy hija de su tiempo y del tipo de programación que triunfaba entonces en las networks estadounidenses. Aprovechaba el tirón de una estrella ya veterana, como el propio Griffith, Angela Lansbury o Dick Van Dyke, para construir a su alrededor una serie detectivesca para toda la familia. Todavía se intentan hacer series así (caso de 'The mysteries of Laura', aunque sea un remake), pero es bastante raro que funcionen del mismo modo.

Ficha Técnica: 'Matlock'

Título Original: 'Matlock'

Género: Drama legal

Cadena original: NBC (1986-92), ABC (1992-95)

Cadena en España: La 1

Disponibilidad en DVD : En EE.UU., completa

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