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'La hora chanante', Nostalgia TV

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Lahorachanante

Sé que tenéis interiorizado a Joaquín Reyes como un personaje televisivo muy reciente. Pero muchachada... hace ya trece años del estreno en Paramount Comedy -la mayoría lo descubrimos por el boca a boca y buscando en Internet- de esa rareza llamada 'La hora chanante'. A unos nos enganchó para siempre. Con el resto no lograron empatizar. Y no hay segundas oportunidades: se es o no se es chanante. Es un humor minoritario.

Contener toda su cosmogonía en un post es imposible. Sólo podemos recopilar lo mejor que dio de sí el programa de Paramount Comedy en en sus 51 capítulos para intentar captar la esencia de su "humor dadaísta": en sus gags, personajes, testimoooooonios, la expresiones manchegas y todas esas situaciones que los fans hemos adoptado en nuestras vidas. Ahora ya no sabemos pedirle un favor a nuestro amigo informático sin acordarnos de Reyes comiendo paella y Ernesto Sevilla disfrazado de pollo, "homenajeando" a Tarantino.

El Origen

Facultad de Bellas Artes, Cuenca. Joaquín Reyes, Ernesto Sevilla, Carlos Areces y Raúl Cimas se conocen estudiando la carrera. Hacen el pataliebre, se licencian y siguen con sus vidas. Pero Joaquín Reyes era (es) un humorista nato. Empezó con los monólogos y pronto llegó el encargo desde Paramount Comedy: un programa de sketches. Con total libertad para hacer lo que quisieran. 'La Hora Chanante' nunca habría existido en un canal generalista. De hecho, llegó a La 2 cinco años después y sólo cuando ya habían conquistado a más público.

Reyes y los suyos han hecho muchas bizarradas que no tienen explicación. Pero su programa también es un retrato costumbrista. Trata de hablar de tópicos, de verdades compartidas, pero siempre desde la perspectiva más ridícula. Es explorar y explotar lo divertido de cualquier situación o personaje. Y añadirle el punto de humor absurdo.

Para contarnos que "el profesor enrollado es el que al final te la mete doblada" -una gran verdad- crearon El Bedel, un thriller con influencias murcianas. Para reflejar la idiosincrasia de la gente de pueblo -como ellos- le encasquetaron una boina a Ernesto Sevilla y le convirtieron en El Gañaaaaaaán. Y a Julián López en el típico "chico que aunque es de pueblo tiene más cultura y es guay".

Lo más chanante de 'La hora chanante'

En los Testimonios se han confesado personajes de toda índole, pasados por el tamiz de la parodia made in Reyes: una caricatura con acento manchego, pero también ofreciendo un retrato (en parte) real. El punto fuerte de Reyes es cómo saca a esos personajes de contexto y los lleva a su terreno. Es cierto que Björk es difícil de tratar. O que Stephen King reconoció que para escribir Tomó "todo lo que pueda imaginarse". Y si son ellos mismos los que te lo cuentan utilizando expresiones como "tarifé con Lars Von Trier" o "me ponía ciegaco", el resultado es puro surrealismo.

El resto es cosecha propia y nunca sabes por dónde van a salir. Los que le acusan de que "eso no es imitar", no tienen en cuenta las increíbles caracterizaciones con las que le han transformado literalmente en gente tan distinta como Karl Lagarfeld, Anatoli Karpov, Bill Cosby o Sara Montiel. Pero también tiene mucho que ver el talento de Reyes y hasta qué nivel llega a entregarse al mamarrachismo.

Los sketchs variaban -también en tono y nivel de surrealismo- pero había** otras secciones fijas,** además de los testimonios. Todo se concentraba en 40 minutos como máximo de capítulo (y además sólo estrenaban uno al mes). Pero dieron para crear todo un universo de personajes: Boris Karloff, el actor reciclado de los "doblajes dadaístas" de "Retrospecter" en los que las pelis daban un giro inesperado, Super Ñoño, Chimo Bayo en modo coach, aconsejando a la juventud, El Payaso, El Gañán, Vicentín y un largo etcétera.

Y muchos de ellos imaginados, dibujados, doblados y en algunos casos hasta interpretados por Joaquín Reyes, el alma máter del programa. Aunque los demás ya demostraron entonces su talento y prueba de ello es que todos han triunfado en la actuación, ya sea en el teatro, en el cine o en la televisión.

El programa terminó en 2006 tal y como lo conocíamos. Después se le llamó 'Muchachada Nui', se cambiaron los Testimonios por los Celebrities ("¡Ahí va, qué chorrazo!") y Restrospecter por Mundo Viejuno. Pero seguía siendo ese mismo absurdo gracioso, inspirado en el la escuela clásica (Tip y Coll, Gila) sólo que a su manera. Y, por primera vez, en una televisión generalista (TVE) y ante muchos más espectadores. Los en su vida habían oído expresiones como regomello, tollina o tunante, más atónitos que los que sólo necesitamos ver la cara de Joaquín Reyes para reírnos. Es así. O le amas o le odias. Como diría Mr T:

"En la vida existe el bien y existe el mal, porque la vida son contrarios: la noche, el día, el blanco, el negro, el melón, la sandía, el queso fresco, el queso curao, la naranja washigtona, la pera de conferencia..."

Ficha Técnica: 'La Hora Chanante'

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  • Título Original: 'La Hora Chanante'
  • Género: Humor
  • Cadena original: Paramount Comedy (2002-06)
  • Disponibilidad en DVD : Sí
  • En ¡Vaya Tele! | Nostalgia TV


    'Highlander', Nostalgia TV

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    Highlander

    Trasladar algunos éxitos cinematográficos a la televisión no es una novedad. Entre 1992 y 1998, se produjo directamente para sindicación en Estados Unidos 'Highlander', una serie que adaptaba a la pequeña pantalla la saga de películas 'Los inmortales', iniciada en 1986. Por si alguno no las recordáis, contaban la historia de Connor McLeod, un tipo normal y corriente que descubre que pertenece a una raza de seres inmortales que viven ocultos entre la población y que luchan entre ellos hasta que sólo queda uno.

    El lema de la película, "Sólo puede quedar uno", es lo que más ha quedado de ella, eso y que las luchas siempre eran con espadas, que Sean Connery llevaba unas pintas bastante indescriptibles como el maestro de Connor en toda la historia, y que la única manera de matar a un inmortal era decapitándolo, y absorbiendo sus poderes. 'Los inmortales' lanzó a Christopher Lambert al estrellato y tuvo otras tres continuaciones en cine, una versión animada y una serie de televisión cuyo protagonista, Duncan, centró las últimas dos entregas de la saga.

    De qué iba 'Highlander'

    Duncan McLeod, como Connor, era un escocés de las Highlands que era inmortal, y tenía que enfrentarse a otros seres que pretendían acabar con él. La serie buscaba cierta continuidad con las películas arrancando también en la época contemporánea del programa, con Duncan y su novia llevando una vida normal. Él quiere dejar atrás el Juego, la persecución continua entre todos los Inmortales por ir eliminándose uno a uno, pero el malvado Slan Quince y el propio Connor lo arrastran de nuevo a la rueda.

    'Highlander' mostraba, así, cómo Duncan va luchando con todos los Inmortales que intentan matarlo, y cómo su condición afecta a su relación con el gente a su alrededor. Algunos capítulos se centraban también en momentos de su vida pasada, permitiendo que la serie pudiera saltar entre el siglo XVII y el XX, las aventuras de capa y espada y las peleas en entornos industriales de su época.

    Lo que se buscaba era acción y aventura, ampliando el mundo de las películas (de las que sólo había dos cuando se estrenó la serie), y añadiendo alrededor de Duncan no sólo a su novia, sino a un ladrón que entra a robar en su tienda una noche, y descubre a Duncan peleando contra Slan, y al narrador de los títulos de crédito, un observador que lo ayuda aunque los de su grupo no deberían involucrarse en el Juego de los Inmortales.

    Aunque 'Highlander' tenía otro protagonista, la idea original era que contara nuevas aventuras de Connor McLeod. Sin embargo Christopher Lambert no estaba interesado en hacer televisión. Por esa misma razón, el piloto de la serie, que al principio iba a ser la tercera entrega de la saga, acabó convertido en un capítulo de duración normal.

    Un éxito internacional

    'Highlander' es un caso de co-producción internacional desarrollada directamente para la sindicación en Estados Unidos, como 'La femme Nikita' o 'Xena, la princesa guerrera', que acabó teniendo un gran éxito. La desarrolló inicialmente la productora francesa Gaumont, aliada con una productora canadiense, para aprovechar el tirón de las películas, pero su idea era contar con Lambert como protagonista.

    Duncan

    Cuando esa opción quedó descartada, se eligió a Adrian Paul, un actor británico prácticamente desconocido para el que 'Highlander' fue su proyecto de mayor envergadura. De hecho, las series temporadas que la serie estuvo en antena le permitieron participar en las dos últimas películas de la saga, la última en 2007. Su estilismo, muy noventero, era una de las cosas más reconocibles de la serie, con largos abrigos sin forma, su coleta y su katana.

    'Highlander' eran aventuras sin mayores pretensiones, con un aspecto visual en el que se notaba que no había grandes presupuestos, pero se quería contar una mitología muy vasta como la de los Inmortales y sus luchas. También se buscaba que la serie remitiera a las películas, ya fuera por el nombre de su protagonista, o por la aparición en el piloto del propio Duncan, o utilizando en los títulos de crédito 'Princes of the Universe', una de las canciones que Queen compuso para 'Los inmortales'.

    Curiosamente, este universo se resiste también a morir. Como decíamos, hubo también una serie de dibujos animados, 'Highlander: Search for vengeance', y ha habido igualmente libros y cómics sobre las aventuras de los McLeod. Es un mundo bastante amplio para ese remake que está preparándose.

    En ¡Vaya Tele! | Nostalgia TV

    'La casa de los líos', Nostalgia TV

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    Casa Lios

    Estrenamos 2016 y encaramos la última parte de las Navidades. Ya se pasó la lotería, Papá Noel, las comidas indigestísimas y las uvas atropelladas, aunque, para los más valientes, todavía quedan los Reyes Magos y el roscón. Bueno, tal vez podamos relajarnos un poco recordando antiguos programas de televisión, como siempre nos permite hacer nuestro Nostalgia TV.

    Las series de los 90

    En 1990, llegaron las privadas a la parrilla nacional y se revolucionó por completo la televisión. De repente, empezaron a florecer un montón de series patrias que el público recibía con inusitada alegría. En ese panorama, se gestaron un puñado de producciones que hacían del humor blanco su bandera y que recuperaban cierta tradición del teatro filmado con escenarios en casas unifamiliares por las que entraban y salían los personajes en cuestión.

    De esta forma, se gestó una de las series más exitosas de esa época para Antena 3. 'La casa de los líos' se vio durante seis temporadas entre 1996 y el año 2000. Sus más de cien capítulos la coronan como una de las preferidas del momento. Producida por Cartel, sobre el argumento de Germán Álvarez Blanco, contó con la producción de Eduardo Campoy.

    Una serie para Arturo

    Arturo Fernández fue un actor enórmemente popular en el cine español de los 60 y los 70. Su papel, de galán, seductor, hombre atractivo por antonomasia, le valió muchísimas interpretaciones. Además, tenía un estilo socarrón que le servía para apuntar otras facetas en sus personajes. Precisamente, fue este talento divertido y canalla lo que le valió para triunfar en dos series de televisión: 'Truhanes' y 'La casa de los líos'.

    En ésta última, Arturo Fernández era la estrella indiscutible sobre la que giraban todas las tramas y argumentos de la serie. Arturo, un caradura de los que siempre saben caer de pie, y sin despeinarse, se mudaba a casa de su hermana Pilar. Por allí, también estaban sus cuatro sobrinas, sus dos resobrinos y un sinfín de acompañantes.

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    Como decimos, Fernández era el protagonista absoluto y los demás personajes se articulaban en torno a él. En una concatenación muy sencilla de aliados y enemigos, teníamos las relaciones totalmente positivas con su hermana o sus sobrinas y otras mucho más disputadas (pero siempre desde un tono descargado y cordial) con la criada de la casa: Toñi, que a todas horas cocinaba croquetas como si no hubiera un mañana; o con quienes se disputaban el amor de sus sobrinas.

    Sencilla y desenfadada

    Si 'La casa de los líos' triunfó es porque planteaba una comedia familiar (algo de lo que seguramente se abusó en la época y que ha desembocado en cierto rechazo en la actualidad por este tipo de productos) en la que los roles estaban muy claros. Las tramas eran rocambolescas y divertidas, con un claro gusto por esa picaresca que nos funciona tan bien. La faceta caradura del protagonista nos presentaba, a su modo, a uno de esos antagonistas que tanto adoramos ahora: atractivo, galante... pero tremendamente egoísta e interesado.

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    Además, circulaban una serie de personajes que hacían las veces de acompañantes cómicos de Arturo Fernández. Muchos descubrimos a Alfonso Lara por primera vez en esta serie, un remedo de heavy al que Fernández llamaba "marginal". Y es que las frases que salían de la boca del actor se convirtieron en otro de los éxitos de la producción. Sus "chatín" se repartían a diestro y siniestro, haciendo de esta palabra uno de esos comodines que nunca fallan.

    Y, por supuesto, no podemos olvidar la presencia de algunos actores que daban solera al producto. Teníamos a la estupenda Lola Herrera en el papel de la hermana de Arturo. Su talento no estaba especialmente explotado en esta producción, eso sí. No sucedía lo mismo con la maravillosísima Florinda Chico, a quien esta serie tuvo el acierto de dar a conocer a toda una generación de espectadores. Los enfrentamientos entre Arturo y ella (en el papel de Toñi) eran de lo mejor de la serie.

    En ¡Vaya Tele! | Nostalgia TV

    'Me llamo Earl', Nostalgia TV

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    Mellamoearl

    Hace poco más de diez años se estrenaba en la NBC 'Me llamo Earl', una original comedia con Jason Lee (al que conocíamos sobre todo como actor fetiche de Kevin Smith) interpretando su primer papel protagonista en una serie de televisión. Aún la podéis ver en NEOX, pero por mucho que la repongan, nunca conseguiréis ver el final: la cancelaron después de cuatro temporadas, sin darle un cierre, por sus malos datos de audiencia y lo inasumible del presupuesto.

    Pero sí le vimos enmendar muchas de sus malas acciones y tacharlas de su lista a lo largo de 96 episodios. Esa lista con la que Earl Hickey iba a convertirse en mejor persona. Pero, ¿quién es Earl? O, mejor dicho ¿quién era Earl antes de vivir su gran revelación?

    Earl y el karma

    "¿Han pensado alguna vez en ese tío que sólo comete malas acciones y se pregunta por qué su vida es una mierda? Pues así soy yo: cada vez que me pasa algo bueno está a punto de pasarme algo malo. El karma: así me dí cuenta de que debía cambiar".

    Earl es un delincuente de poca monta, de los de atracar licorerías y hacer el mal por el mal. Parece que su vida va a dar un giro inesperado cuando gana 100.000 dólares en la lotería. Pero a cambio, le atropellan y pierde el boleto. Es entonces cuando oye hablar por primera vez del Karma, y por fin lo entiende todo. Desde ese momento deja su vida en manos del karma (aunque en realidad los budistas hablan de recibir compensaciones en la siguiente reencarnación) para cambiarla: si esto es un castigo del universo, Earl lo ha entendido.

    Así que redacta una lista con 259 tipos de ofensas, gestos egoístas, delitos y, en general, actos muy reprobables. Como la nº 84: fingí mi propia muerte para evitar romper con una chica. O la nº 86: le robé el coche a una mujer con una sola pierna. O, en fin, literalmente, quitarle un caramelo a un niño (muy cruel). Pero entonces no le importaba nada.

    Y se dispone a reparar el daño o compensarlo como buenamente pueda. A veces no es fácil: ¿cómo le devuelves a una madre los dos años que no vio a su hijo porque estaba en la cárcel por un delito que tú habías cometido? Pues ayudándola a dejar de fumar, para prolongar su vida al menos dos años más. ¿Y cómo reparas el daño de tus años de abusón? Ayudándoles a superar los traumas que tú mismo le dejaste.

    Earl y los demás

    Pero la lista está viva. Porque Earl experimenta un largo viaje hacia su catarsis, su redención, la cancelación de sus deudas con el karma. y conforme va deshaciendo los entuertos, la vida le va recompensando. Si vuelve a torcer su camino, la vida le da un aviso. En cuanto cumple con el primer propósito de la lista, el boleto aparece de la nada. Earl se rinde ante la evidencia y se deja gobernar por el karma; de este tipo impresentable e indeseable que vemos en los flashbacks cometiendo todos los pecados de su lista, a ese tío bonachón, con propósitos en la vida y una paciencia infinita.

    Mynameisearl

    Tienes que tenerla cuando tienes a una ex-mujer (Jaime Pressly) que te reclama la pensión de tus dos hijos ilegítimos (uno negro, por si había dudas) y además es una choni con una vena muy violenta, o un hermano que tiende a "perderse en reflexiones muy largas sobre cuestiones muy básicas". Randy (Ethan Supleey) y Catalina (Nadine Velazquez), la asistente del motel en el que viven serán fundamentales para que Earl pueda tachar cosas de su lista y aportan unos divertidísimos personajes que casi hacen sombra al de Lee. A veces ellos también son parte de ella. Y muchos de los que forman parte de ella se quedan en su vida.

    La serie está plagada de momentos surrealistas, de humor absurdo y extremo (y también negro), de gags recurrentes y de situaciones inesperadas. Pero sin duda el plantel de personajes disfuncionales que van pasando por la vida de Earl (y la lista) es la chispa de la serie. Una fuente inagotable de momentos divertidos. Nos quedamos sin ver cómo resolvía hasta el último de sus propósitos y qué tenía reservado el karma para él. Pero poco importa: en esta historia, más que en ninguna otra, lo importante es el camino.

    En ¡Vaya Tele! | Nostalgia TV

    'Esta noche cruzamos el Mississippi', Nostalgia TV

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    Mississippi

    En nuestro Nostalgia TV tenemos ya una buena colección de programas y series que, en su momento, nos hicieron soñar, reír, llorar, temblar... que nos provocaron todo tipo de sentimientos y reacciones. Pero hay uno, del que todavía no hemos hablado, que podemos considerar entre las leyendas de la historia de nuestra tele: 'Esta noche cruzamos el Mississippi'.

    Un late para España

    Fue el mismo Pepe Navarro, el alma mater del espacio, el que pujó con las cadenas privadas de televisión para conseguir que este late se pusiera en marcha. El presentador, con amplia experiencia en la pequeña pantalla, quería intentarlo con lo que triunfaba en el modelo americano: un late night en el que todo tipo de temas tuvieran cabida y pudieran ser tratados con un tono que fuera en consonancia con su horario.

    Así, en 1995, Telecinco le dio la oportunidad de lanzar un formato que resultaba muy novedoso en nuestro país (anteriormente, sólo habíamos tenido el programa de El Gran Wyoming en Telemadrid) y que suponía un magazine nocturno en el que se podía hablar de todo: amor, humor, famosos, crónica negra, política, quiromancia, sucesos, deportes, música.... El espacio fue un éxito de audiencia y se prolongó en el tiempo hasta que fue dado de baja en 1997, y rápidamente sustituido por el que se convertiría en otro clásico: 'Crónicas marcianas'.

    Pepe Navarro

    La productora de Pepe Navarro, Cedipe, fue quien se encargó de llevar a cabo este viejo sueño del presentador. Su objetivo, imitar el estilo de Letterman y otros, se notó rápidamente. En el decorado el programa teníamos un skyline nocturno que nos introducía en ese tono urbano y misterioso en el que todo era posible.

    Pepe Navarro aparecía con su eterna taza de café (que no sabíamos qué contenía), con un micrófono que recordaba a otros tiempos y con su característica forma de presentar y lanzar los contenidos. Desde el principio de su carrera, había sido de esos conductores con un estilo personal y muy propio, que elevó mucho más al frente de este programa.

    El éxito de los colaboradores

    Desde luego, el éxito del 'Mississippi', como muchos pasaron a llamarle abreviando su nombre, no puede entenderse sin esa nómina de colaboradores de los que Navarro supo rodearse para dar ritmo y dinamismo al programa. Uno de los primeros en saltar a la palestra fue Pepelu, al que dio vida el actor Carlos Iglesias. Se suponía que era el hijo secreto de Navarro y siempre aprovechaba la mínima ocasión para criticarlo.

    Inolvidable resulta el debut de un cómico que, años después, sigue en activo. Hablamos de Florentino Fernández, que saltó directamente al estrellato con sus dos personajes: Crispín Klander y Lucas Grijander (por el que el mismísimo Chiquito de la Calzada denunció al humorista, como seguramente recordéis).

    Otros colaboradores del programa fueron Doña Reme, interpretada por Maribel Ripoll, a la que ahora vemos en 'El secreto de Puente Viejo', una mujer remilgada que siempre se escandalizaba cuando se hablaba de sexo; o Santiago Urrialde, quien hacía los reportajes en la calle, imitando a un Rambo muy patrio que popularizó la frase "No siento las piernas".

    Pero, sin duda, los colaboradores más recordados y polémicos fueron aquellos que no interpretaban a ningún personaje (salvando las distancias, ya sabéis a lo que me refiero). La aparición de La Veneno, una prostituta transexual que hablaba sin pelos en la lengua, causó furor entre el público; al igual que el escritor Álvaro Baeza, quien se hizo muy popular por tocar temas políticos y sociales muy espinosos.

    Las polémicas

    La palabra polémica estuvo siempre ligada al 'Mississippi', hasta el punto de que eso mismo pudo ser lo que terminó con él. Las temáticas más escándalosas se sucedían en un programa en el que todo valía. El sexo era un ingrediente frecuente, pero también las drogas, la delincuencia, el lado oscuro de la fama...

    Muchos consideran que el declive del programa llegó cuando el tema del asesinato de las niñas de Alcásser pasó a ser una constante del espacio. En un momento dado, incluso se vinculó a políticos con una presunta trama de snuff movies. Se dieron nombres pero no se aportaron pruebas. Y las consecuencias no tardaron en llegar: denuncias por parte de los damnificados. "Esta noche cruzamos el Mississippi" se ahogó en sus propias aguas, pero sentó las bases de muchos programas que vendrían después.

    En ¡Vaya Tele! | Nostalgia TV

    'Roma', Nostalgia TV

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    Roma Hbo

    El 28 de agosto de 2005, HBO estrenaba una de las series más ambiciosas de su historia: 'Roma', una reconstrucción de la Roma clásica que aspiraba a mostrar cómo eran realmente sus habitantes, cómo era su vida cotidiana, qué había detrás de las enormes columnas y las estatuas de mármol blanco que han llegado hasta nuestros días. ¿La respuesta? Sangre, sexo y un estallido de colores.

    Si añadimos a eso intrigas por el poder y conspiraciones variadas no sólo tenemos lo que era 'Roma', sino que parece que estamos ante un resumen muy simplificado de 'Juego de tronos'. Porque las dos temporadas del paso de la República romana al imperio de Octavio Augusto fueron para HBO el precedente más claro de lo que haría después con los dragones y las guerras por el Trono de Hierro.

    De qué iba 'Roma'

    La serie seguía a dos legionarios, Tito Pullo y Lucio Voreno, que regresan a Roma tras haber combatido con Julio César en la campaña de las Galias. Voreno es un romano de principios tradicionales y un hombre de familia cuya esposa, Niobe, cada vez se siente más frustrada en casa. Pullo, por su lado, no tiene ninguna atadura y se dedica a vivir la vida sin ninguna preocupación. Los roles de ambos personajes, y sus convicciones, van evolucionando conforme entran en contacto con las familias que se disputan el poder en la ciudad.

    En la primera temporada, 'Roma', contaba la guerra civil entre Julio César y Pompeyo y el ascenso y caída del primero como dictador, poniendo las primeras piedras de lo que luego será el Imperio. El principio de ese periodo se mostraba en la segunda temporada, en la que se veía a Octavio Augusto convirtiéndose en el primer emperador. Esos procesos históricos se veían al mismo tiempo que teníamos vistazos a las costumbres cotidianas de los romanos, con sus esclavos, sus cultos religiosos y muchas menos inhibiciones que en la sociedad actual.

    Las maniobras políticas no sólo se veían en la búsqueda de apoyos contra César en el Senado si no, muy especialmente, en las estrategias pergeñadas por Atia, sobrina de Julio César y madre de Augusto, y Servilia, madre de Bruto y amante de César. Las manipulaciones de Atia para conseguir que su hijo suceda a César y la venganza puesta en marcha por Servilia dejaban algunos de los mejores momentos de la primera temporada y eran la puerta de entrada de los espectadores hacia el día a día de las familias nobles romanas.

    Lo que aprendió 'Juego de tronos'

    'Roma' fue muy bien recibida en su momento. Después de 'Deadwood', que desmitificaba el western, la serie creada por Bruno Heller se dedicaba a quitar el polvo a la historia de la Roma clásica, presentando a sus personajes como personas tridimensionales y a la ciudad, como un lugar vivo, sucio y con bastantes problemas. Las tentaciones de Voreno por ascender en la escala social, y la progresiva toma de conciencia de Pullo, otorgaron a la serie un corazón ético y moral que el resto de personajes no tenían, o mostraban menos a menudo.

    Rome

    Para HBO, 'Roma' fue un desafío de producción demasiado elevado para 2005. El propio Bruno Heller explicaba, años más tarde, que "'Roma' fue la primera que HBO rodó fuera del país, con un gran presupuesto, y que era de época. Muchos de los directores y productores son los mismos (de 'Juego de tronos'). 'Tronos' es una serie brillante, brillantemente ejecutada. Una de las razones por las que continuará es que hay una serie de libros que garantizan a los jefes que hay una estructura. Uno de los retos, desde el punto de vista de HBO, era que 'Roma' tenía una estructura grande y ambiciosa, pero la íbamos inventando sobre la marcha, en lugar de tener esos libros maravillosos".

    HBO aprendió de los errores que cometió con 'Roma' cuando empezó a desarrollar 'Juego de tronos'

    La serie se rodaba en los estudios italianos de Cinecittà, donde se construyeron enormes decorados que reconstruían las calles de la Roma clásica, y se considera que la producción fue de las más caras en la historia de la televisión. Las dificultades de esa producción en Italia, mientras los ejecutivos estaban en Estados Unidos, forzaron, por ejemplo, que la segunda temporada tardara dos años en verse y que, al final, HBO cancelara 'Roma' antes de que esa segunda temporada se emitiera porque los costes del rodaje en Cinecittà eran demasiado elevados.

    La experiencia de 'Roma' permitió a la cadena aprender de sus errores y, cuando llegó el momento de poner en pie 'Juego de tronos', con su rodaje repartido en varios países europeos y un reparto muy amplio, sabía como organizar la producción para que fuera más efectiva.

    El legado de 'Roma'

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    En España, 'Roma' fue una de las puntas de lanza en el nacimiento de Cuatro, que la emitió en sus primeras semanas de su vida como una de sus grandes apuestas y una muestra, en aquel momento, de su confianza en la ficción extranjera (derivada también de la imposibilidad inicial de emitir cine).

    La serie recibió buenas críticas, que se volvieron más tibias en una segunda temporada que intentó condensar en sus capítulos finales la historia que Heller tenía prevista para los siguientes años. Y sorprendió inicialmente su decidida apuesta por la violencia y el sexo muy explícitos, sobre todo en los primeros episodios, en los que quería mostrar al espectador que no iban a ver un peplum de sobremesa.

    'Roma' desmitificaba la historia de la Roma clásica centrándose en la psicología de sus personajes

    Como ocurrió después con 'Juego de tronos', 'Roma' tiró de un amplio reparto de actores británicos que, después, se hicieron muy conocidos, como Ciarán Hinds (César), Polly Walker (Atia), Lindsay Duncan (Servilia), Kevin McKidd (Moreno), Ray Stevenson (Pullo), Indira Varma (Niobe) o Tobias Menzies (Bruto). Además, lo que quedó de su set (parte se destruyó en un incendio) fue utilizado posteriormente por 'Doctor Who' para rodar un capítulo de su cuarta temporada, 'The fires of Pompeya'.

    'Roma' estableció un nuevo estándar para las series históricas, con sus detallistas reconstrucciones de los escenarios y su mirada más centrada en el retrato psicológico de sus personajes, sus motivaciones y su evolución a lo largo de los diferentes episodios. Y fue para HBO un gran aprendizaje a la hora de lanzarse a una producción todavía más grande y ambiciosa como 'Juego de tronos'.

    En ¡Vaya Tele! | Nostalgia TV

    'Lleno, por favor', Nostalgia TV

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    Llenoporfavor

    Un domingo más y haciendo un esfuerzo sobrehumano por encontrar algo de lo que aún no hayamos hablado en esta sección, viajamos a nuestro pasado televisivo. A veces con cariñosa nostalgia; otras, como hoy, con cierta vergüenza ajena y sentimiento de culpabilidad por atesorar recuerdos como el de la serie de la que os vengo a hablar: 'Lleno, por favor'. Una vieja gloria de esa etapa tan productiva de la ficción de Antena 3 que no miró pelo: las aventuras de dos albañiles, o de cuatro canguros o de una genia de la lámpara personificada en Paz Padilla.

    Nos conformábamos con muy poco. Por aquel entonces sólo veíamos lo que echaban por la tele. Y aunque ya existían las privadas y había más oferta que años atrás, éstas estaban aún en pañales en lo que a la calidad se refiere. También la ficción nacional y el gusto aún no educado de los espectadores. Salvo excepciones como Los ladrones van a la oficina o Farmacia de guardia, en los 90 Antena 3 llenó de morralla en su parrilla.

    Veni, vidi, venci

    "Esta es la historia de un nostálgico que no creía más que en Dios, en Franco y en Don Santiago Bernabéu".

    'Lleno, por favor' se estrenó en octubre de 1993 y se despidió tras una única temporada y 13 episodios. Y no desapareció por un problema de audiencia. De hecho, alcanzó cifras que más quisieran muchas hoy en día: más de cinco millones de espectadores en su estreno, cerrando la temporada pasando de los siete millones y con un más que digno 42,1% de share. Tal vez es que las tramas de una gasolinera regentada por un franquista, madridista y ultracatólico no dieran más de sí. Objetivamente, al público le gustó porque las cifras no engañan. Pero sabemos de sobra que la relación entre audiencia y éxito no siempre es coherente.

    Aún con todo, es admirable el jugo que le sacó a aquel escenario tan simplista el creador de la serie, Vicente Escrivá. Por aquella gasolinera de autopista que parecía estar en mitad de la nada, si no fuera por el pueblo que hacía de atrezzo al fondo (en la ficción, Sotoalto, en la realidad, Meco, ambos pertenecientes a AlcaláMadrid) pasaron hippies, una familia desalmada que abandonó al abuelo e incluso el Papa. Y un coro de secundarios entre los que destacaban Santiago Ramos, taxista y hermano díscolo de Pepe o el caricaturesco Santiago Urrialde.

    Las tramas exploraban el costumbrismo más rancio. Don Pepe (el desaparecido Alfredo Landa) era un hombre de valores arcaicos. Un hombre de misa diaria, incapaz de aceptar el progreso -conduce un sidecar-, de firmes principios y fuerte carácter, aunque noble (no olvidemos al huérfano que adoptó). Un carácter que, para poder aprovechar el juego que da siempre lo del choque generacional, contrastaba con el de su hija Trini (Lydia Bosch) y su forma de vestir o la elección de su novio -un camionero, lo cual tiene lógica- o los de El Gasofa (Miguel Molina), un empleado un tanto macarra.

    ¿Por qué triunfó una serie así?

    Básicamente, porque estábamos en 1993 y, como comentaba al principio, el listón estaba más bien bajo y teníamos menos con lo que comparar. Además tiraron de una fórmula que en los 90 funcionó: la de contar con actores de cine y teatro formados en la vieja escuela; Arturo Fernández en 'La casa de los líos', Andrés Pajares en 'Ay Señor, Señor' o Lina Morgan en 'Hostal Royal Manzanares' son sólo algunos ejemplos. En ésta hicieron lo propio recurriendo a estandartes del cine español como Landa o su mujer en la ficción, Beatriz Carvajal (Doña Filo), con los que se aseguraban el favor del público más adulto y, al fin y al cabo, el que decidía que veíamos los demás.

    Para mantener el enganche del espectador mantuvieron la tensión sexual no resuelta entre Trini y Satur (Jesús Cisneros), su pagafantas particular durante toda la temporada: él siempre ha estado enamorado de ella, pero le pierde su bondad. Por otra parte, el principal "atractivo" era ver a Landa en ese personaje de antihéroe (pero no de los que molan) y su capacidad para gritar cada vez más alto. O esperar que pronunciara su catchphrase: "Yo sólo creo en Dios, en Franco y en Don Santiago Bernabéu".

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    'Operación Triunfo', Nostalgia TV

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    Operaciontriunfo

    Pocos programas de entretenimiento ha habido tan exitosos en la televisión española como 'Operación Triunfo'. La respuesta nacional a 'Popstars' o 'American Idol' irrumpió como un vendaval en TVE en 2001, poniendo patas arriba las audiencias e introduciendo en España el concepto del talent show. El año anterior, Telecinco había logrado un fenómeno impresionante con el estreno de 'Gran Hermano', y nadie quería quedarse sin su propio reality show.

    Concursos de cantantes, de todos modos, siempre ha habido en la televisión española. Desde aquellos certámenes radiofónicos de mediados del siglo XX, en televisión era habitual encontrar programas en los que aspirantes a cantantes podían mostrar su talento, con la confianza de que algún productor musical se fijaría en ellos. Sin embargo, 'Operación Triunfo' iba un paso más allá al introducir el lado de telerrealidad de la academia en la que convivían todos los participantes.

    'Operación Triunfo', el fenómeno

    La productora Gestmusic fue la encargada de poner en pie 'Operación Triunfo', que se estrenó en el otoño de 2001. El funcionamiento del programa era bastante sencillo. 16 participantes pasaban a vivir en la academia del espacio, donde cada semana preparaban varias canciones que debían defender en la gala televisada. Ahí, había siempre cuatro concursantes que el jurado conisderaba que habían sido los peores. Un era salvado por los profesores de la academia y otro, por sus compañeros, y la audiencia decidía después, entre los dos restantes, cuál de ellos abandonaba el programa.

    Como en todo buen reality show, el casting era muy importante para que coenctara de aquella manera con el público. Las inseguridades de Rosa López (y su vozarrón), el potencial de estrella de David Bisbal, David Bustamante Chenoa, Manu Tenorio, Gisela... Los participantes en aquella primera edición de 'Operación Triunfo' se convirtieron de la noche a la mañana en famosos de un nivel, que no habrían podido conseguir dedicándose sólo a la música. El premio de las tres primeras ediciones, que emitió TVE, era representar a España en el Festival de Eurovisión, pero para cuando llegaba ese momento, 'Operación Triunfo' ya había superado con creces todas las expectativas.

    Los consejos de Ángel Llácer y Nina en la academia, las críticas durante las galas de Pilar Tabares (que luego asumiría Risto Mejide con el cambio de cadena), los discos que salían todas las semanas con las versiones que se habían cantado en cada gala (y que copaban los primeros puestos de las listas de ventas), los resúmenes por las tardes de lo que había dado de sí la academia esa semana... 'Operación Triunfo' retomó el enorme éxito de 'Gran Hermano' y le añadió una dimensión un poco más amable; sus concursantes no sólo se dedicaban a pasar el rato encerrados en casa, sino que demostraban tener talento para la música.

    Un éxito entre cadenas

    En La 1, 'Operación triunfo' superó habitualmente en su primera edición el 35% de share, y en las siguientes dos temporadas, el éxito no se frenó, incluso aunque el fenómeno generado alrededor de la actuacion eurovisiva de Rosa no volvió a repetirse. No era extraño que Telecinco se hiciera con el programa en la cuarta edición, en 2005, colocando al frente a Jesús Vázquez y manteniéndolo en antena hasta 2011, con una pequeña interrupción en 2009.

    En Telecinco, el público siguió apoyando 'Operación Triunfo' de manera masiva. La primera temporada emitida en esa cadena superó el 37% de share de media, pero las restantes fueron perdiendo espectadores poco a poco, hasta el 18,7% de cuota de pantalla de la séptima temporada. El formato estaba agotándose. La puntilla definitiva fue la edición de 2011, con Pilar Rubio como presentadora, que fue un cúmulo de errores que llevó a la cadena a acortar la duración de la temporada y a echar el cierre definitivo a la academia.

    El legado de 'Operación Triunfo'

    Los 15 años que han pasado desde el estreno del programa permiten poner un poco en perspectiva lo que el fenómeno de 'Operación triunfo' aportó a la televisión española. Programas similares han aparecido unos cuantos. Algunos pasaron sin pena ni gloria, como 'Estudio de actores', y otros retocaron lo justo el formato para triunfar, aunque fuera brevemente, como 'Fama, ¡a bailar!'. la tormenta perfecta de la novedad, de un casting muy acertado y de un público que estaba listo para acoger un espacio así no pudo repetirse al mismo nivel, así que no es raro que los concursantes de la primera edición aún sean muy conocidos.

    El lado de reality le granjeó críticas en su momento, aunque era un lado mucho más amable que el de 'Gran Hermano', y también hubo cierta polémica por su dominio de las listas de ventas de discos. El éxito se trasladó hasta a un documental, 'OT. La película', dirigido por Paco Plaza y Jaume Balagueró, que mostraba los entresijos de la gira que dieron los concursantes al terminar la primera temporada del programa. Acabó siendo un fenómeno muy generacional.

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    '¡Hola Raffaella!', Nostalgia TV

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    Los domingos son los días perfectos para dar rienda suelta a los recuerdos. En nuestro Nostalgia TV nos gusta atesorar momentos vividos con entusiasmo en torno a esa caja que emite luces y colores, sonidos deslumbrantes que nos hacen sentirnos dentro de su mágico juego. ¿Queréis acompañarnos por este viaje al pasado?

    Hola TVE

    Estamos en 1992 y TVE busca un programa espectáculo que pueda emitir por la noche. 'Un, dos, tres...' ha cerrado temporada y sus decorados se encuentran vacíos. Así, se dio la oportunidad a un formato que había triunfado en Italia y cuyo modelo se trasladó a nuestro país de la mano de Sergio Japino. El 8 de mayo se estrena '¡Hola Raffaella!', un espacio que esperaba contar con diez emisiones y cuyo éxito hizo que se prolongara más y más, hasta 1994.

    '¡Hola Raffaella' era un clásico show de variedades en el que teníamos ingredientes de sobra conocidos para el receptor de la época. Se trataba de un programa en directo, con unas gradas bien rebosantes de público entregado, por el que desfilaban famosos de toda índole que participaban de la actividad del programa con muy buen humor. Teníamos música, magia, humor... y un fabulosa presentadora.

    El mérito de la Carra

    De repente, descubrimos que la cantante de 'Hay que venir al sur' no sólo era una maga de fuerza incontestable en un escenario, que nos hacía sacudir las caderas al ritmo de sus frenéticas melodías. También era una conductora poderosa, que sabía transmitir su carisma con cada uno de sus invitados.

    Holaraffaela

    Y todo ello, gracias a una cualidad que nunca puede faltar a quien quiera tener la responsabilidad de estar frente a las cámaras. Su cercanía con el espectador nos empujó a adorarla en esta nueva faceta en la que la veíamos como alguien natural, amable, espontáneo, cariñoso... con esta cosa de los presentadores de la tele a los que nos gustaría poder considerar nuestros amigos.

    Si fuera

    '¡Hola Raffaella!' era un espacio con famosos, con entrevistas, con música, humor... todos los géneros que pueden deleitar al público. Pero, seguramente, si por algo se hizo inmensamente poular fue por aquel concurso en el que los espectadores debían adivinar un personaje famoso a través de peculiares pistas.

    ¿Qué sería si fuera un color, un paisaje, una comida, una película...? La creatividad se ponía de parte de los más osados y permitía que nuestra imaginación volara de la mano de unas comparaciones que, en ocasiones, eran bastante locas y, casi siempre, conseguían despertar nuestra risa. El peso de esas preguntas corría a cargo de los invitados que participaban en uno de esos concursos a los que el espectador juega desde casa.

    Colaboradores

    Como en un late night de los triunfan en la parrilla, '¡Hola Raffaella' no sólo se sostenía en la figura de su presentadora, sino que contaba con una buena recua de colaboradores que hacían de las secciones algo mucho más ameno y variado. Todos recordamos a la divertida (y en aquel entonces, provocativa) Loles León, que mostraba su vis cómica sin tapujos.

    Otro de los fijos era Marianico el Corto, por aquel entonces, uno de los humoristas más habituales de galas y saraos catódicos, que siempre se las apañaba para contar chistes que hacían troncharse al público. Por último, no podemos dejar de mencionar a otro fijo de esta producción, el hipnotizador Tony Kamo, que nos dejaba con la boca abierta en una etapa televisiva en la que la inocencia como espectadores siempre jugaba a favor.

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    'La hormiga Ferdy', Nostalgia TV

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    Ferdy

    La nostalgia es un sentimiento muy de domingo: en cuanto llega este día ya estamos sintiendo morriña por el finde que se va. Por eso en ¡Vaya Tele! dedicamos este día a rememorar nuestros recuerdos televisivos; algunos, escondidos en algún recóndito lugar de nuestra memoria. Ni siquiera somos conscientes de que están ahí, porque nunca volvemos a pensar en ellos.

    Pero basta una canción para reavivarlos. Sí, puede que muchos no sepáis quién es 'La hormiga Ferdy' porque ni siquiera habíais nacido, criaturas. Pero los de la Generación Bola de Cristal -va por nosotros- canturreábamos cada sábado, después del telediario, esta melodía...

    Un personaje casi centenario

    "Ferdy es valiente, Ferdy, inteligente, tiene gran valor, (Ferdy es valienteee)

    Es el más querido, Ferdy, por sus amigos, él es el mejor (el mejooooor)"

    El daño ya está hecho: no os la podréis quitar de la cabeza en una semana. Muchos habréis descubierto que os la sabíais, palabra por palabra. Pero vuestro recuerdo del "simpático" personaje va a cambiar, os lo aseguro. Los que no sabéis nada de Ferdy os estaréis imaginando la típica serie blanca y ñoña. La historia de unos insectos que son amigos, viven el el bosque y se ayudan los unos a los otros. Básicamente ese sería el storyline.

    Pero Ferdy era mucho más subversivo que todo eso, como veréis. Antes, repasemos la historia del personaje, que no nació como serie animada, sino como protagonista de una viñeta en una revista checa en 1927. Se llamaba Ferda y sus historias eran para adultos. En 1933, con la guerra como tema principal de sus metáforas gráficas, Ferda pasó a publicarse en un periódico. En 1936 su creador, el ilustrador Ondřej Sekora, lo adaptó al público infantil en una serie de libros.

    Y entonces le llegó la fama: película con marionetas, historias narradas para gramófono... Y, con casi 60 años, su propio show en televisión o una representación musical en la Ópera de Praga. Fueron los alemanes y no los checos los que en 1984 adaptaron el personaje a serie infantil de 26 capítulos y la llamaron Ferdinand ('Die grosse Abenteuer des kleinen Ferdinand'). A España llegó como 'La hormiga Ferdy' cinco años después para sustituir a un mítico: 'Isidoro'. Por supuesto, en TVE, porque aparte de algunas autonómicas, no había otra cosa: primero en la 1 y, en 1990, en La2.

    ¿De qué iba Ferdy?

    Ferdy es una hormiga macho, "alegre y servicial". Vive en el bosque, junto a otros insectos perfectamente organizados en una microsociedad, que contaba, incluso, con su propia policía. Su medio perro medio mariquita Fisgón, su mejor amigo, el escarabajo Torpón, su caballo-saltamontes o la araña Arámbula eran otros de los protagonistas. Ferdy y el resto -o al menos esa era la intención al convertirla en serie infantil- nos enseñaban los típicos buenos valores: respeto, amistad, solidaridad...

    Pero habría que añadir algunos matices a este argumento. Sí, era la historia de unos bichos y su día a día en el bosque. Sí, transmitía buenos valores. Pero también tenía un lado Thug Life que jamás entendí cuando era pequeña; momentos en los que Ferdy se ponía macarra. Cierto que ayudaba a sus amigos y con su servicio de reparación de electrodomésticos, que, en contra de toda lo que la economía nos ha enseñado sobre oferta y demanda tenía éxito, prestaba un servicio a esta pequeña sociedad (porque nunca se le vio cobrar por ello).

    Hasta aquí todo bien. Pero cuando la supervivencia estaba en juego, o a veces por muchísimo menos, Ferdy recurría a métodos poco ortodoxos. Por eso es tan irónico que el ABC recogiera así la noticia de su estreno: "Este tipo de dibujos parece responder a los deseos de la Comisión de Control Parlamentario de RTVE, que se ha mostrado partidaria de evitar los mensajes violentos e insolidarios en los programas infantiles". Juzguen ustedes mismos. Esto es lo que hace Ferdy con tipejos como Óscar, el caracol, que roncan demasiado fuerte.

    Ferdy Bomba Tengo una idea: metámosle esta bomba en su concha para que salga corriendo y se largue de aquí

    Al bueno de 'Bob Esponja', por muchísimo menos que esto le acusaron de exaltación del terrorismo. Imaginaos si esos que se chivaron de Bob vieran esta escena o el uso y abuso de tabaco, alcohol y benzodiacepina (sedantes varios) de la araña Arámbula (todo por los ronquidos).

    Ferdy Drogas El botiquín de Arámbula la araña

    Sin embargo, Ferdy y sus amigos no eran los malos. Las malas eran las libélulas. Que, por cierto, además trabajaban como aviones (Libélulas Líneas Aéras) que comunicaban el aeropuerto con distintas zonas de este micromundo. Tampoco eran la única amenaza: repito, no iba de unos amiguitos que vivían en paz y en armonía; a veces se querían comer los unos a los otros, como es natural. "A todos nos llega nuestra hora", reconocen en un episodio. Rodeado de insectos más grandes que tú y otros enemigos, eso puede ser en cualquier momento.

    Menos mal que de vez en cuando Ferdy lanzaba un mensaje pacifista como "no podemos permitir que se ahogue" después de enredarle las alas a una libélula y tirarla a una charca. Pero cuando se trataba de sobrevivir, Ferdy no siempre mostraba piedad: reduce a su némesis, el oso hormiguero, atando su lengua a un tronco (sí, al parecer lo de enredar era su marca personal).

    Pese a que nos la venden como un personaje alegre viviendo mil aventuras también tenía muchos momentos depresivos. Ferdy estaba enamorado de Gwendolin, una mariquita rubia, egoísta y presumida que le humillaba constantemente dejándole claro que estaba fuera de su liga mientras él se desvivía por ella. Y lo asumía con resignación, como un deber: "Las cosas que tiene uno que hacer por complacer a una dama".

    A nivel de calidad artística, no es muy diferente del resto de dibujos de la época. Por temática y "escenarios", es fácil relacionarlos con otros como 'La abeja Maya' o 'Belfy y Lillibit'. Eso sí, el doblaje es bastante lamentable y la mayoría de las veces ni siquiera mueven la boca cuando hablan. Bendita inocencia la nuestra, que nos parecía todo bien.

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    'Batman', Nostalgia TV

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    Batmanyrobin

    Batman es, ahora mismo, sinónimo de la oscuridad en los superhéroes, de justicieros torturados que asumen la labor de limpiar su ciudad de criminales porque lo consideran su deber, pero es un deber que pesa enormemente sobre sus cabezas. El hombre murciélago ha podido volverse un caballero oscuro muy serio, pero en sus primeras encarnaciones televisivas estaba más cerca del 'The Flash' de The CW que de 'Batman v Superman'.

    En 1966, ABC estrenaba 'Batman', una serie que, inicialmente, había sido pensada para ser un serial de aventuras juveniles del sábado por la mañana, como 'Adventures of Superman', con George Reeves, en CBS, pero que ABC prefirió pasar al prime time y darle un tono similar al de las series de espías que estaban de moda en la época. Ahí está la clave de este 'Batman'; no se tomaba a sí mismo demasiado en serio.

    'Batman', todo por la diversión

    No es que fuera 'Superagente 86', pero este 'Batman' retenía las constantes no sólo de los cómics de la época, sino que era mucho más una comedia que un drama. Estuvo nominada, de hecho, al Emmy a mejor comedia en 1966. La sobreimpresión de las onomatopeyas cada vez que Batman y Robin se liaban a puñetazos con algún villano, la narración en off y su "a la misma Bat-hora en el mismo Bat-canal"... Cincuenta años después, todo nos parece muy kistch y risible, pero entonces nadie pensaba que estaba haciendo una versión de 'Hamlet' con mallas.

    Su sintonía ya indicaba que era una serie para toda la familia y muy orientada a los niños, con mensajes a veces sobre la importancia de ponerse el cinturón de seguridad, por ejemplo, y también intentaba enganchar al público con cliffhangers constantes. Que solían consistir en alguno de los héroes a merced del villano de turno, en una situación que parecía completamente desesperada.

    'Batman' apostaba por la diversión para toda la familia, sin tomarse nunca a sí misma demasiado en serio

    'Batman' seguía casi siempre un esquema muy establecido para sus episodios, de media hora. Un villano aparecía en Gotham y sobrepasaba la capacidad de la policía, que utilizaba un teléfono rojo para pedir ayuda a Batman. Ahí veíamos como Bruce Wayne y Dick Grayson bajaban a la Batcueva por unas barras como las de los bomberos, se metían en el Batmóvil y se iban a investigar el caso y, al final, se peleaban con el malo y lo derrotaban. Todo regado por brillantes colores, música optimista y una colección de actores bastante notable.

    Quien se hizo más famoso de todos fue Adam West, totalmente encasillado como ese Bruce Wayne/Batman un poco camp y caracartón, pero geneeraciones de niños pasaron a idolatrar también a Julie Newmar como Catwoman, a Burt Ward como Robin, Frank Gorshin como Enigma, César Romero como el Joker o actores bien conocidos por los aficionados al cine como Burgess Meredith (Pingüino) o los tres que se rotaron para dar vida a Mr. Freeze: George Sanders, Otto Preminger y Eli Wallach. Además, durante la tercera temporada, 'Batman' tuvo a auna actriz negra dando vida a Catwoman, Eartha Kitt, algo poco habitual en la época.

    Un éxito duradero

    Batman66

    'Batman' fue un gran éxito desde el principio. Durante sus dos primeras temporadas, ABC la emitía dos días por semana (en parte, porque eran los únicos huecos libres en su parrilla), lo que favorecía que todos sus episodios fueran dobles (de ahí sus cliffhangers finales). Incluso llegó a tener versión en cine entre la primera y la segunda temporada, una película que, en realidad, se había concebido para que se estrenara antes y, de algún modo, sirviera para familiarizar a la audiencia con la serie. También se pensó como promoción de 'Batman' fuera de Estados Unidos.

    Aquellas dos primeras temporadas, con su tono de los seriales cinematográficos de los 40, no sólo convirtieron la serie en un fenómeno popular, sino que fueron sus puntos más altos. Curiosamente, las audiencias decayeron enormemente en la tercera temporada, y ni la introducción de Batgirl ayudó a parar ese declive. Los episodios de aquella temporada pasaron a ser autoconclusivos y a emitirse sólo un día a la semana, y también fueron volviéndose cada vez más absurdos y alocados, y con mayores referencias a lo que estaba de moda a finales de los 60.

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    'Batman' acabaría cancelada al final de aquel año. La NBC hizo un intento por rescatarla, sólo para descubrir que los platós de rodaje habían sido desmantelados, así que las aventuras del hombre murciélago en televisión se quedaron ahí. Al menos, en acción real, porque en dibujos animados volverían por todo lo alto con 'Batman, la serie animada'.

    La serie de 1966 puede verse ahora como demasiado naif, sobre todo teniendo en cuenta la relevancia que se le da a que las historias de superhéroes sean oscuras e intensas, pero su legado se mantiene, aunque sea en forma de memes de Batman y Robin huyendo a la carrera de todo tipo de amenazas. La clave de lo que hacía a 'Batman' ser como era la daba la propia película de 1966, al empezar con este rótulo en pantalla:

    "A ellos, a los amantes de la aventura, amantes del escapismo puro, del entretenimiento sin adulterar, amantes de lo ridículo y lo raro, a los amantes de la diversión en todas partes... Esta película está dedicada respetuosamente a ellos".

    Como curiosidad, el doblaje español de la serie tenía una nota destacable: la voz de Batman la ponía Constantino Romero.

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    'Hércules: sus viajes legendarios', Nostalgia TV

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    Herc Main

    Nuestro Nostalgia TV nos sirve para recordar todas esas series con las que hemos crecido y que nos han educado en la pasión seriéfila. Y hemos visto de todo: drama, romance, terror, thriller... Hasta una serie que coge como punto de partida los mitos griegos y romanos y los reconvierte en capítulos muy parecidos a los de 'El equipo A'. ¿No os lo podéis imaginar? Así era 'Hércules: sus viajes legendarios'.

    El origen

    Todos sabemos quién es Sam Raimi, el responsable de 'Posesión infernal' y de grandes contenidos audiovisuales como las sagas de 'Spiderman'. En televisión, por supuesto, también ha hecho sus pinitos. Y no hablamos de la maravillosa 'Spartacus', sino de una gran oportunidad que se presentó a principios de los 90, cuando pudo crear cinco telefilmes con la figura de Hércules como protagonista.

    Junto a su socio Robert Tapert, Universal les encargó cinco historias para las que contaron con el actor Kevin Sorbo (quien repetiría en la serie) y que, según cuenta la leyenda detrás de la serie, fue escogido por su físico, por recordar a los productores ejecutivos a Joe Montana, el jugador de fútbol americano que se convirtió en un héroe para su país.

    El éxito de los telefilmes generó el siguiente paso: una serie de televisión que contó con 6 temporadas y 111 capítulos, que se estrenó en 1995 y que, en nuestro país, pudimos ver en TVE a partir de 1997, en una emisión de esas machaconas en las que la repetición de episodios es un bucle en el que es mejor no preguntar por la continuidad y otras sutilezas.

    ¿Mitología romana?

    Iolaus 2

    Si nos ponemos a definir una serie como 'Hércules', las palabras más sencillas que nos vienen a la mente son: "es la adaptación de las aventuras del personaje de la mitología romana". Pues, en fin, esto es tan verdad como mentira y si habéis visto la serie seguro que sabéis a qué me refiero. Hércules es uno de los personajes más importantes de la tradición clásica, pues es un semidiós, dotado de una gran fuerza y otras virtudes, sí.

    Pero de ahí, a decir que esta serie nos contaba la mitología clásica hay un trecho muy largo y con muchas curvas. Para empezar, se mezclaban la tradición romana y griega a placer, uniendo nombres de personajes que pertenecen a cosmogonías diferentes. Salían todos los dioses, los héroes, las leyendas... y podíamos ver en ellos un reconocimiento de la historiografía, pero las aventuras y los personajes aparecían sin ton ni son, y sin respetar sus orígenes.

    Entendámonos, esta serie no quería ilustrarnos sobre la religión clásica, sino aprovechar unos básicos conocimientos generales y un potencial dramático y de acción enormes para llevarnos a aventuras de 40 minutos con las que disfrutar plenamente sin plantearnos ninguna cuestión histórica. A esta parte tan lúdica contribuían todos los efectos especiales y los monstruos de serie B que nos acompañaban, un deleite para los seguidores más kitsch.

    Aventuras y personajes

    Hercules

    Así, las tramas de cada episodio nos contaban la llegada de Hércules y su compañero Iolaus a un poblado en el que una cuestión sobrenatural (pero tratada desde la normalidad del que vive con ello) complicaba la vida de los habitantes. También había una trama "horizontal" que nos hablaba de las venganzas que Hera, la esposa de Zeus, iniciaba contra Hércules por ser éste hijo del dios con la humana Alcmene.

    En fin, los personajes tampoco eran ninguna maravilla narrativa así con recovecos, matices, luces y sombras. Teníamos a Hércules que, básicamente, era perfecto, y a su escudero Iolaus que era un poco menos perfecto pero que junto a Hércules aprendía lo poco que le hacía falta para crecer. Después, había un sinfín de secundarios que, con el paso de los capítulos, volvían a aparecer y que protagonizaban muchas escenas cómicas y divertidas, generaban nuevos conflictos y daban vidilla a una serie en la que no faltaba ni un ingrediente.

    'Hércules, sus viajes legendarios' no es la mejor serie de la historia, ni lo pretendía. No respetaba las épocas ni las referencias históricas, contaba con personajes planos, cuadriculados, con malos muy atroces y monstruos de toda índole. Y aún así, consiguió ganarse un hueco en nuestros corazones. Y es que muchas veces, la pasión y vitalidad que despierta una ficción puede más que todos los elementos de engranaje que queramos incluir.

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    'Rex, un policía diferente', Nostalgia TV

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    RexUnPoliciaDiferente

    Igual que hay días que están hechos para pasarlos frente a la televisión, con el cerebro en punto muerto, hay series hechas para esos días. Probablemente no fuerais muchos los que siguierais 'Rex, un policía diferente' como auténticos fans, sin perderos un capítulo. Pero todos hemos caído en ella alguna vez, víctimas del zapping y del aburrimiento dominical. Antena 3 y después Telecinco cubrieron con ella muchas tardes de fin de semana.

    Porque 'Rex' era facilona y no sólo por su naturaleza procedimental. También narrativamente. Los momentos cómicos de Rex en los que demostraba sus habilidades y vacilaba a toda la oficina o todos esos gags perpetuando el estereotipo del policía devorador de donuts aligeraban la carga dramática y le daban ese punto de humor llano. Pero el drama estuvo presente desde el mismo momento de la presentación del "personaje".

    Rex y sus amigos (y enemigos)

    A poco que os gusten los perros sentiréis empatía por 'Rex' desde el minuto uno de la serie. En el episodio piloto estrenado en 1994 en la televisión alemana, ya nos roba el corazón cuando le vemos llorar junto al cuerpo abatido de su compañero durante una persecución policial.

    Así nace la amistad/camaradería laboral entre Rex y su nuevo compañero, a partir de ese momento protagonista durante tres temporadas, Richard Moser (Tobias Moretti), que se vuelca en salvar al perro, hundido en una depresión: se niega a comer ni a beber. Pero, como ya habréis adivinado, al final es Rex quien salva a Moser, que también está pasando lo suyo emocionalmente porque como buen personaje de serie policíaca, está divorciado, se alimenta de comida basura y su vida sentimental es un caos.

    Es una bonita relación simbiótica la que tienen can y policía: trabajan juntos, viven juntos y el perro se dedica a gastar bromas a todo el mundo o a cortarle el rollo a Richard cuando liga. Pero desde el cariño. Hasta que esta amistad se trunca en la cuarta temporada y Rex se ve forzado a cambiar de compañero. Otra vez.

    Y diréis: ¿cómo consiguen salvarle de nuevo, con lo mal que lo pasó la primera vez? Porque Alexander Brandtner (Gedeon Burkhard), su nuevo compañero, había perdido a su perro en una operación. Los caminos de la vida son inescrutables. En la octava temporada Rex estrena nuevo socio/entrenador, pero sin trauma de por medio. Aunque en realidad hace tiempo que ni siquiera es Rex. Su hijo tomó el relevo en la serie. Pero nosotros, claro, ni nos enteramos. También fue el prota de la secuela, 'Rex: el regreso' y de la tv-movie, Baby-Rex.

    Otros perros televisivos

    No es el único perro al que la televisión ha convertido en estrella. El elegante collie llamado Lassie también era la auténtica protagonista en la serie a la que daba nombre. Se estrenó en 1954 (la original), pero en casi 20 años en el aire en los que pasó del blanco y negro al color, suponemos que también hubo otras Lassies.

    Otros quizás no fueran tan inteligentes ni tuvieran un papel tan destacado; ni siquiera eran perros de verdad... pero fueron las mascotas de toda una generación, como Sprocket ('Fraggel Rock') o Don Pelanas ('Dabadabadá'). A nivel regional, os diré que teníamos una más: Babalà, el perro de 'A la Babalà', después 'Babalà Club', el magazine infantil de Canal 9 presentado (al principio) por María Abradelo, nuestra particular Leticia sabater.

    El que estaba tan bien entrenado como Rex era Cook, a.k.a. Valentín en 'Aquí no hay quien viva', Camilo en 'La que se avecina' y Pancho, en su propia película o en los anuncios de Lotería Nacional. Qué triste casualidad que ahora que hablo de él descubro en esta noticia de El Mundo que murió esta misma semana.

    Pero para no quedarnos con este mal rollo, os dejo con un recuerdo mucho más feliz: la bizarra relación de Jake y Stella en 'Modern Family'. Por cierto... ¿alguien se había dado cuenta de que la sustituyeron por otra en la cuarta temporada? Afortunadamente Briggite (así se llama) no ha muerto, sino que ha cambiado de representante.

    En ¡Vaya Tele! | Nostalgia TV

    'Avatar, la leyenda de Aang', Nostalgia TV

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    Avatar

    A principios de la década de 2000, la cadena Nickelodeon buscaba una serie de aventuras y magia que aunara de algún modo las sagas de Harry Potter y 'El Señor de los Anillos', pero orientada a un público más infantil. La idea que Bryan Konietzko y Michael DiMartino presentaron iba un poco más allá de lo que la cadena buscaba, y daría pie a una de las series de animación de más éxito de los últimos tiempos.

    'Avatar. La leyenda de Aang' ('Avatar. The last airbender') llevaba a los espectadores a un mundo cuidadosamente construido en el que algunas personas desarrollaban la capacidad de manejar alguno de los cuatro elementos fundamentales, el agua, la tierra, el fuego y el aire. Esos maestros se agrupaban en naciones de cada elemento y, en cada generación, nacía uno que tenía la capacidad de controlar los cuatro. Esa persona era el avatar, y su misión era mantener el equilibro en el mundo.

    Las aventuras infantiles de 'Avatar'

    'Avatar. La leyenda de Aang' se estrenó en Nickelodeon en 2005 y fue un gran éxito desde el primer momento. Arrancaba mostrando ese mundo en guerra por el ansia expansionista de la Nación del Fuego, y con el avatar desaparecido. Éste es un joven maestro del aire llamado Aang, que se pasa años congelado en un iceberg hasta que lo rescatan dos miembros de la Tribu del Agua, Katara y Sokka. Acompañado por ellos, Aang emprende un viaje para dominar los otros tres elementos y, así, enfrentarse finalmente a Ozai, el Señor del Fuego.

    'Avatar' tiene tres temporadas, o "libros", en las que vemos no sólo los viajes de los tres protagonistas, sino la persecución de Aang a cargo de Zuko, hijo del Señor del Fuego, expulsado de su tierra, que cree que podrá regresar triunfalmente si es capaz de apresar al avatar. La serie establece cierto paralelismo entre las peripecias vitales de Zuko y Aang, que tienen que averiguar qué tipo de personas quieren ser, y están llamados a ser, antes de poder asumir sus destinos. Y lo hace de una manera muy entretenida y ligera.

    O ligera al principio, porque algo que 'Avatar' hace con mucha destreza es ir añadiendo algunos toques un poco más serios y un poco más adultos, como si dijéramos, conforme avanzan sus temporadas. Al fin y al cabo, la Nación del Fuego exterminó a todos los maestros del aire para intentar acabar con el avatar, y cada vez que Aang hace pleno uso de sus poderes se convierte en un ente tan fuerte, que hasta puede dar un poco de miedo.

    Pero esos tonos están debajo de aventuras en las que se aprecia que Aang, Katara y Sokka son todavía unos niños. La idea inicial de Konietzko y DiMartino de que la "magia" de su mundo fuera mucho más tangible, que fuera una habilidad que se tiene que aprender a utilizar como si fuera un arte marcial, y lo envolvieron todo en claras influencias de la filosofía oriental y de la animación japonesa. La sombra de las películas del Studio Ghibli (especialmente, 'La princesa Mononoke') se nota claramente en 'Avatar'.

    Películas y secuelas

    Korra

    Como decíamos, 'Avatar. La leyenda de Aang' fue un enorme éxito para Nickelodeon entre 2005 y 2008, y hasta llegó a ganar un premio Peabody. Así que no era extraño que Hollywood quisiera aprovecharlo transformando la serie en una película de acción real. 'Airbender: El último guerrero', de M. Night Shyamalan, no fue, sin embargo, del gusto de prácticamente nadie. Fue acusada de whitewashing al buscar actores caucásicos para papeles que, en la serie, eran personajes inuit u orientales, y la historia dejaba de lado el mensaje de tolerancia y equilibro de la serie en favor de aventuras de acción y efectos especiales.

    La influencia de los animes y de Hayao Miyazaki se nota mucho en 'Avatar. La leyenda de Aang'

    Pero aunque la película resultara un fracaso, Nickelodeon quería seguir viviendo un poco más en el mundo de 'Avatar' y, en 2012, Konietzko y DiMartino estrenaron una secuela de la serie, 'La leyenda de Korra', cuya protagonista era la siguiente en la línea de los avatares, una adolescente un poco mayor que Aang y que vivía en un mundo un poco más urbano. La serie profundizaba más en el mundo presentado en 2005 y, al elevar la edad de sus protagonistas, se permitía lanzarlos a unas aventuras un poco más serias.

    Los dos títulos, 'Avatar. La leyenda de Aang' y 'La leyenda de Korra', conforman uno de los universos de aventuras infantiles-juveniles mejor construidos de los últimos tiempos, llenos de personajes memorables y con una animación de primer nivel, sobre todo en la segunda serie. Además, las dos han continuado en cómics y videojuegos, y sus fans despliegan en internet un gran talento para las ilustraciones y, por supuesto, los fanfics.

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    'Agujetas de color de rosa', Nostalgia TV

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    Agujetas Logo

    Los que hayáis visto esta telenovela, o simplemente un anuncio de la misma, puede que sufráis ese misterioso hechizo que tienen las canciones pegadizas y quizá, cuando habéis leído el título del artículo de hoy no habéis podido evitar cantar: "Agujetas de color de rosa y un sombrero grande y feo...". Esta canción nos marcó y también la telenovela de la que vamos a hablar: 'Agujetas de color de rosa'.

    Telenovela infantil

    La telenovela es el género por excelencia de una parte de la televisión hispanoamericana. No, no es cierto, porque los ingleses han tenido, tienen y tendrán culebrones, los americanos también y nosotros, cuando hemos podido rentabilizar una serie de taitantos capítulos lo hemos hecho de mil amores. Pero sí es cierto que en países como Venezuela, México o Colombia han hecho un arte de esta palabra.

    Se trata de series familiares, con secretos oscuros y sórdidos, paternidades no reveladas, buenos que sufren mucho y malos a los que su ira no deja ni respirar. Y hay de muchos tipos. También para niños, jóvenes y adolescentes. En los últimos años, nos hemos rendido a fenómenos como 'Rebelde Way', 'Patito feo' o 'Violetta', pero si hay una telenovela que marcara las sobremesas de muchos de nosotros, ésa fue 'Agujetas de color de rosa' que se emitió en 1994 por TVE.

    Patinaje artístico, el invitado sorpresa

    La trama en sí misma no tiene mucho de particular y, seguramente, os recuerde a muchas historias de este tipo. Nuestros protagonistas son la familia Armendares que nada más arrancar la serie sufren un zasca de los buenos: el padre de familia muere y la buena situación económica en la que viven se desvanece. Y todo por culpa de la madre del padre muerto, o sea, de la abuela, que los odia a todos, nuera y nietos, y al abogado que supuestamente debe defender los intereses de los Armendares pero que juega sucio posicionándose a favor de la abuela.

    Y luego hay dos niveles de tramas: las adolescentes y las adultas, aunque su desarrollo suele ir unido y pasar por las mismas paradas: todo se comportan igual y se dejan llevar por el amor y todo lo que éste puede traer de bueno. Hay celos, envidias y demás. Sólo una cosa puede diferenciar los dos mundos: los adolescentes conservan intactos sus sueños y eso les hace avanzar y ser personajes proactivos.

    Protas

    Pero 'Agujetas de color de rosa' tenía una cosa especial. Su protagonista quería ser patinadora sobre hielo y este deporte, de hecho, fue uno de los grandes alicientes para ver la serie, pues nos permitía disfrutar de otras tramas derivadas de la competición, el éxito, los accidentes y las piruetas que brillaban bajo la luz de los focos.

    Personajes recordados

    La protagonista de la historia era Paola, a la que daba vida la actriz Natalia Esperón, quien llevaba esas agujetas (qué risa cuando descubrimos que querían decir "cordones") y quien parecía tenerlo todo para triunfar. Se enamoraba de un apuesto muchacho: Martín Dávila, en la piel del que se ponía un actor con el sonoro nombre de Flavio César.

    Otro de los puntos fuertes de la serie era, de hecho, la carrera artística de su prota masculino. Martín quería ser músico, cantante, y su ambición, junto a la de Paola, nos daban momentos tiernos y alegres. No todo el mundo era bueno, claro está, aunque recordemos que al ser una telenovela juvenil, no había acciones demasiado horribles (si no os parece que provocar un accidente del que tu mejor amiga queda en silla de ruedas es algo bastante tremendo) y todos los malos, antes o después recibían su castigo.

    No podemos olvidar la participación de la estupendísima Angélica María, toda una de las grandes damas de la telenovela mexicana, que daba vida a esa matriarca Armendares que lo daba todo por sacar a sus hijos adelante.

    La canción

    Casi más famosa que la propia telenovela fue la sintonía que acompañaba a la serie y de la que no podemos dejar de hablar. Se trata de una versión que cantó el grupo Curvas peligrosas pero que se remonta a un tema en inglés de 1959: 'Pink Shoelaces', que interpretaba Dodie Stevens. La banda sonora original de la serie estuvo protagonizada por éste y otros temas que cantaban los actores y algunas celebridades juveniles de la época y fue todo un éxito de ventas.

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    'Gente joven', Nostalgia TV

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    Gentejoven_Nostalgiatv

    Nuestra sección de los domingos viaja hoy a un tiempo muy muy lejano: la televisión de las dos cadenas. Y más aún, al inicio de la transición. 'Gente joven' se estrenaba en un momento convulso de nuestra historia: el mismo año que moría Franco. Empezó un domingo, pero iba variando de día de emisión durante los trece años que estuvo en antena, desde 1975 hasta 1987.

    Así que si pensabais que 'OT' o 'Tú sí que vales' habían inventado algo, estáis muy equivocados. Desde que existe la televisión, existen los talents: 'Salto a la fama' (1963) fue el primero. Pero vendrían muchos después. 'OT' volvió a poner el género de moda, y la fórmula iba variando, mientras se buscaban nuevas formas de explotarla: cantar, bailar, cocinar...

    Un programa para los jóvenes

    Gentejoven_Bailes

    Los jóvenes talentos. Porque los jóvenes espectadores no tendrían mucho interés en ver cantar a María del Monte o ver bailar jotas. Otra cosa es que no tuvieran más donde elegir. 'Gente joven' fue un escaparate para muchísimos artistas; un laboratorio de nuevos talentos. Unos cantaban, otros bailaban. Y en cada disciplina también había categorías: canción ligera (que no era en absoluta ligera), canción española, baile flamenco, regional... Hasta una competición de tunas. La categoría variedades equivalía a una versión sintetizada de 'El Semáforo', otro programa con el que TVE que encontró la forma de darle una nueva lectura a una vieja idea.

    Comparte la mecánica habitual de los talents de hoy en día: el jurado (menos circense), la competición hasta la final y el ganador al que después le llueven los contratos discográficos. La única diferencia es que eso no eran parte del premio. Los que valían, acababan triunfando. Y la prueba es que OT sólo dio un par de hitazos. De 'Gente joven' han salido muchos artistas que después han tenido largas carreras musicales.

    La esencia es la misma, eso sí: espectáculo, competición y sueños. Sólo que entonces todo era mucho más auténtico: hasta esa cabecera con sabor funky (que fue variando con el paso de los años, como el decorado, los presentadores o los rótulos) se tocaba y cantaba -por El Trío La la la- in situ. Y los artistas contaban con una orquesta para dar mucho más lustre a su actuación.

    Cantera de talentos

    Por el plató de 'Gente joven' en Prado del Rey (a veces también itinerante) pasaron artistas que llegarían a ser muy famosos, pero que entonces eran completos desconocidos. El programa se puede atribuir el mérito de haber contribuido a la formación de Mecano. Al concurso se presentó Jose María Cano con su guitarra y una versión de un tema de Aute; Ana Torroja hacía los coros y Nacho Cano aún no había descubierto los teclados y se limitaba a acompañar con una segunda guitarra. Pero después de presentarse en sociedad, formaron uno de los grupos con más trayectoria del pop español.

    La lista es larga, tanto entre los participantes como los artistas invitados, que acababan de empezar su carrera y allí se hicieron más populares: Francisco, la bailaora Sara Baras, María del Monte o Isabel Pantoja en la categoría de canción española o el que luego sería el único cantante español de la formación Il Divo. Otros que no han sido tan populares pese a tener una gran trayectoria artística -original, eso sí- como Curro Savoy: el único hombre capaz de silbar con reverb. Y hacia dentro. Hizo del silbido su profesión, trabajando en multitud de películas como silbador (tal cual) y silbaba como nadie la mítica banda sonora de El bueno, el feo y el malo.

    Además del propio logro de permanecer trece años en antena, consiguió una media de ocho millones de espectadores, aunque es cierto que no había más competencia que el segundo canal. Pero algunas semanas llegó a números más altos que el 'Un, dos, tres' y otros buques insignia de la cadena, como 'Informe semanal'. Por no hablar de haber sido el principal inspirador de otros que repitieron éxito y que fueron, en su momento, fenómenos de audiencia y de popularidad: todos sufrimos aquella Navidad con el villancico de los triunfitos y Rosa, esa anónima pollera, se convirtió en Rosa I de España y VII de Eurovisión.

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    'Don Quijote de la Mancha', Nostalgia TV

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    Quijote

    Este año se conmemora el IV centenario de la muerte de uno de nuestros autores más importantes, influyentes y universales. Miguel de Cervantes poco podía imaginar que cuando escribió 'Don Quijote de la Mancha' dejaría para la posteridad una obra que ha marcado un antes y un después para la historia de la literatura. Y que la televisión no ha dudado en inmortalizar.

    Una producción con historia

    Llevar la obra de Cervantes a todo tipo de público siempre ha sido una aspiración par los responsables de los estamentos de cultura de nuestro país. Las adaptaciones para cine o televisión se han producido y, estamos seguros, se seguirán produciendo. Pero, en 1979, se vivió un momento clave para este mundo, pues se estrenó una versión catódica de 'Don Quijote de la Mancha' de dibujos animados pensada para niños.

    En 1978 se ideó este impresionante proyecto. El objetivo era crear una obra de divulgación que permitiera que los más pequeños pudieran acercarse a una de las obras más fundamentales de nuestra tradición gracias a la simpática trasposición en figuras animadas. Así, la empresa Cruz Delgado-José Romagosa empezó a preparar un formato para el que se contaron con asesores en literatura como Guillermo Díaz-Paja y Manuel Criado.

    Los detalles de producción nos hablan del mimo y cuidado con que se trabajó esta serie. Hubo cien dibujantes para plasmar la obra cervantina pero también todo lo que de visual tenía que ofrecer la imagen. No servía cualquier cosa. Ángel S. Chicharro fue el encargado de viajar hasta los lugares que habitó Quijote para aprender sobre las características de la zona y captar cada detalle del paisaje, que luego serían trasladados con fidelidad al papel.

    Las dificultades de una adaptación

    Rodilla

    La producción contó con 39 capítulos que adaptaban el trabajo de Cervantes no sólo a las características del target: el público infantil; sino que también tenían en cuenta la época: la evolución de la televisión española era muy fuerte tras la transición a la democracia y se necesitaba un lenguaje que fuera capaz de conectar con los tiempos actuales y que brindara dinamismo y agilidad al producto televisivo.

    Pero, de igual manera, se habían de mantener las referencias lingüísticas, sociales... que no hicieran perder la riqueza que Cervantes quiso dar a su obra, un gran ejemplo de la vida de su tiempo. Equilibrar ambos mundos se logró también gracias a lo grandioso que tiene el libro, como las aventuras figuradas en la mente alucinada de nuestro protagonista, que son una maravilla creativa, llenas de imaginación y de buen humor, también fundamental para conectar con el público.

    El reparto de actores que pusieron las voces a esta mítica serie es de ésos que hacen afición, con Fernando Fernán-Gómez como Alonso Quijano y nuestro Chanquete (Antonio Ferrandis), como el fiel escudero Sancho Panza. Y la intervención de grandes actores de la época, del teatro y el cine, con un gran recorrido que les hacía sentir la importancia de esa adaptación, aunque fuera para niños.

    Luces y sombras

    Sancho

    'Don Quijote de la Mancha' se vio en 1979 y, después, en varias reposiciones que lo acercaron a los niños de la época. Para nosotros, era estupendo poder ver una serie concebida para ser entretenida y divertida pero a la que le veíamos ya esos deseos de divulgación, de enseñarnos una parte fundamental de la tradición literaria.

    En general, la crítica aplaudió la adaptación y valoró el esfuerzo creativo de una serie que fue exportada a 130 países de Europa, América y Asia. Un gran éxito fue también, sin duda, su banda sonora, que seguro muchos tenéis aún en vuestra cabeza, porque es de ésas pegadizas de verdad. Fue interpretada por la Orquesta Sinfónica de RTVE y popularizada por una versión comercial que cantó el grupo infantil Botones.

    La producción también vivió sus problemas. Debido al gran volumen de trabajo que la obra necesitaba, los plazos de entrega en el proceso de producción empezaron a no cumplirse. Por lo que se tuvo que contratar a más personal que encareció los costes finales. En fin, para los espectadores, lo importante es el recuerdo de esta obra y el homenaje a todos los que pensaban que hacer animación para televisión podía tener un instrumento tan bello como la obra del Quijote.

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    'Operación Triunfo', Nostalgia TV

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    Operaciontriunfo

    Pocos programas de entretenimiento ha habido tan exitosos en la televisión española como 'Operación Triunfo'. La respuesta nacional a 'Popstars' o 'American Idol' irrumpió como un vendaval en TVE en 2001, poniendo patas arriba las audiencias e introduciendo en España el concepto del talent show. El año anterior, Telecinco había logrado un fenómeno impresionante con el estreno de 'Gran Hermano', y nadie quería quedarse sin su propio reality show.

    Concursos de cantantes, de todos modos, siempre ha habido en la televisión española. Desde aquellos certámenes radiofónicos de mediados del siglo XX, en televisión era habitual encontrar programas en los que aspirantes a cantantes podían mostrar su talento, con la confianza de que algún productor musical se fijaría en ellos. Sin embargo, 'Operación Triunfo' iba un paso más allá al introducir el lado de telerrealidad de la academia en la que convivían todos los participantes.

    'Operación Triunfo', el fenómeno

    La productora Gestmusic fue la encargada de poner en pie 'Operación Triunfo', que se estrenó en el otoño de 2001. El funcionamiento del programa era bastante sencillo. 16 participantes pasaban a vivir en la academia del espacio, donde cada semana preparaban varias canciones que debían defender en la gala televisada. Ahí, había siempre cuatro concursantes que el jurado conisderaba que habían sido los peores. Un era salvado por los profesores de la academia y otro, por sus compañeros, y la audiencia decidía después, entre los dos restantes, cuál de ellos abandonaba el programa.

    Como en todo buen reality show, el casting era muy importante para que coenctara de aquella manera con el público. Las inseguridades de Rosa López (y su vozarrón), el potencial de estrella de David Bisbal, David Bustamante Chenoa, Manu Tenorio, Gisela... Los participantes en aquella primera edición de 'Operación Triunfo' se convirtieron de la noche a la mañana en famosos de un nivel, que no habrían podido conseguir dedicándose sólo a la música. El premio de las tres primeras ediciones, que emitió TVE, era representar a España en el Festival de Eurovisión, pero para cuando llegaba ese momento, 'Operación Triunfo' ya había superado con creces todas las expectativas.

    Los consejos de Ángel Llácer y Nina en la academia, las críticas durante las galas de Pilar Tabares (que luego asumiría Risto Mejide con el cambio de cadena), los discos que salían todas las semanas con las versiones que se habían cantado en cada gala (y que copaban los primeros puestos de las listas de ventas), los resúmenes por las tardes de lo que había dado de sí la academia esa semana... 'Operación Triunfo' retomó el enorme éxito de 'Gran Hermano' y le añadió una dimensión un poco más amable; sus concursantes no sólo se dedicaban a pasar el rato encerrados en casa, sino que demostraban tener talento para la música.

    Un éxito entre cadenas

    En La 1, 'Operación triunfo' superó habitualmente en su primera edición el 35% de share, y en las siguientes dos temporadas, el éxito no se frenó, incluso aunque el fenómeno generado alrededor de la actuacion eurovisiva de Rosa no volvió a repetirse. No era extraño que Telecinco se hiciera con el programa en la cuarta edición, en 2005, colocando al frente a Jesús Vázquez y manteniéndolo en antena hasta 2011, con una pequeña interrupción en 2009.

    En Telecinco, el público siguió apoyando 'Operación Triunfo' de manera masiva. La primera temporada emitida en esa cadena superó el 37% de share de media, pero las restantes fueron perdiendo espectadores poco a poco, hasta el 18,7% de cuota de pantalla de la séptima temporada. El formato estaba agotándose. La puntilla definitiva fue la edición de 2011, con Pilar Rubio como presentadora, que fue un cúmulo de errores que llevó a la cadena a acortar la duración de la temporada y a echar el cierre definitivo a la academia.

    El legado de 'Operación Triunfo'

    Los 15 años que han pasado desde el estreno del programa permiten poner un poco en perspectiva lo que el fenómeno de 'Operación triunfo' aportó a la televisión española. Programas similares han aparecido unos cuantos. Algunos pasaron sin pena ni gloria, como 'Estudio de actores', y otros retocaron lo justo el formato para triunfar, aunque fuera brevemente, como 'Fama, ¡a bailar!'. la tormenta perfecta de la novedad, de un casting muy acertado y de un público que estaba listo para acoger un espacio así no pudo repetirse al mismo nivel, así que no es raro que los concursantes de la primera edición aún sean muy conocidos.

    El lado de reality le granjeó críticas en su momento, aunque era un lado mucho más amable que el de 'Gran Hermano', y también hubo cierta polémica por su dominio de las listas de ventas de discos. El éxito se trasladó hasta a un documental, 'OT. La película', dirigido por Paco Plaza y Jaume Balagueró, que mostraba los entresijos de la gira que dieron los concursantes al terminar la primera temporada del programa. Acabó siendo un fenómeno muy generacional.

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    '¡Hola Raffaella!', Nostalgia TV

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    Holaraffaelam04

    Los domingos son los días perfectos para dar rienda suelta a los recuerdos. En nuestro Nostalgia TV nos gusta atesorar momentos vividos con entusiasmo en torno a esa caja que emite luces y colores, sonidos deslumbrantes que nos hacen sentirnos dentro de su mágico juego. ¿Queréis acompañarnos por este viaje al pasado?

    Hola TVE

    Estamos en 1992 y TVE busca un programa espectáculo que pueda emitir por la noche. 'Un, dos, tres...' ha cerrado temporada y sus decorados se encuentran vacíos. Así, se dio la oportunidad a un formato que había triunfado en Italia y cuyo modelo se trasladó a nuestro país de la mano de Sergio Japino. El 8 de mayo se estrena '¡Hola Raffaella!', un espacio que esperaba contar con diez emisiones y cuyo éxito hizo que se prolongara más y más, hasta 1994.

    '¡Hola Raffaella' era un clásico show de variedades en el que teníamos ingredientes de sobra conocidos para el receptor de la época. Se trataba de un programa en directo, con unas gradas bien rebosantes de público entregado, por el que desfilaban famosos de toda índole que participaban de la actividad del programa con muy buen humor. Teníamos música, magia, humor... y un fabulosa presentadora.

    El mérito de la Carra

    De repente, descubrimos que la cantante de 'Hay que venir al sur' no sólo era una maga de fuerza incontestable en un escenario, que nos hacía sacudir las caderas al ritmo de sus frenéticas melodías. También era una conductora poderosa, que sabía transmitir su carisma con cada uno de sus invitados.

    Holaraffaela

    Y todo ello, gracias a una cualidad que nunca puede faltar a quien quiera tener la responsabilidad de estar frente a las cámaras. Su cercanía con el espectador nos empujó a adorarla en esta nueva faceta en la que la veíamos como alguien natural, amable, espontáneo, cariñoso... con esta cosa de los presentadores de la tele a los que nos gustaría poder considerar nuestros amigos.

    Si fuera

    '¡Hola Raffaella!' era un espacio con famosos, con entrevistas, con música, humor... todos los géneros que pueden deleitar al público. Pero, seguramente, si por algo se hizo inmensamente poular fue por aquel concurso en el que los espectadores debían adivinar un personaje famoso a través de peculiares pistas.

    ¿Qué sería si fuera un color, un paisaje, una comida, una película...? La creatividad se ponía de parte de los más osados y permitía que nuestra imaginación volara de la mano de unas comparaciones que, en ocasiones, eran bastante locas y, casi siempre, conseguían despertar nuestra risa. El peso de esas preguntas corría a cargo de los invitados que participaban en uno de esos concursos a los que el espectador juega desde casa.

    Colaboradores

    Como en un late night de los triunfan en la parrilla, '¡Hola Raffaella' no sólo se sostenía en la figura de su presentadora, sino que contaba con una buena recua de colaboradores que hacían de las secciones algo mucho más ameno y variado. Todos recordamos a la divertida (y en aquel entonces, provocativa) Loles León, que mostraba su vis cómica sin tapujos.

    Otro de los fijos era Marianico el Corto, por aquel entonces, uno de los humoristas más habituales de galas y saraos catódicos, que siempre se las apañaba para contar chistes que hacían troncharse al público. Por último, no podemos dejar de mencionar a otro fijo de esta producción, el hipnotizador Tony Kamo, que nos dejaba con la boca abierta en una etapa televisiva en la que la inocencia como espectadores siempre jugaba a favor.

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    'La hormiga Ferdy', Nostalgia TV

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    Ferdy

    La nostalgia es un sentimiento muy de domingo: en cuanto llega este día ya estamos sintiendo morriña por el finde que se va. Por eso en ¡Vaya Tele! dedicamos este día a rememorar nuestros recuerdos televisivos; algunos, escondidos en algún recóndito lugar de nuestra memoria. Ni siquiera somos conscientes de que están ahí, porque nunca volvemos a pensar en ellos.

    Pero basta una canción para reavivarlos. Sí, puede que muchos no sepáis quién es 'La hormiga Ferdy' porque ni siquiera habíais nacido, criaturas. Pero los de la Generación Bola de Cristal -va por nosotros- canturreábamos cada sábado, después del telediario, esta melodía...

    Un personaje casi centenario

    "Ferdy es valiente, Ferdy, inteligente, tiene gran valor, (Ferdy es valienteee)

    Es el más querido, Ferdy, por sus amigos, él es el mejor (el mejooooor)"

    El daño ya está hecho: no os la podréis quitar de la cabeza en una semana. Muchos habréis descubierto que os la sabíais, palabra por palabra. Pero vuestro recuerdo del "simpático" personaje va a cambiar, os lo aseguro. Los que no sabéis nada de Ferdy os estaréis imaginando la típica serie blanca y ñoña. La historia de unos insectos que son amigos, viven el el bosque y se ayudan los unos a los otros. Básicamente ese sería el storyline.

    Pero Ferdy era mucho más subversivo que todo eso, como veréis. Antes, repasemos la historia del personaje, que no nació como serie animada, sino como protagonista de una viñeta en una revista checa en 1927. Se llamaba Ferda y sus historias eran para adultos. En 1933, con la guerra como tema principal de sus metáforas gráficas, Ferda pasó a publicarse en un periódico. En 1936 su creador, el ilustrador Ondřej Sekora, lo adaptó al público infantil en una serie de libros.

    Y entonces le llegó la fama: película con marionetas, historias narradas para gramófono... Y, con casi 60 años, su propio show en televisión o una representación musical en la Ópera de Praga. Fueron los alemanes y no los checos los que en 1984 adaptaron el personaje a serie infantil de 26 capítulos y la llamaron Ferdinand ('Die grosse Abenteuer des kleinen Ferdinand'). A España llegó como 'La hormiga Ferdy' cinco años después para sustituir a un mítico: 'Isidoro'. Por supuesto, en TVE, porque aparte de algunas autonómicas, no había otra cosa: primero en la 1 y, en 1990, en La2.

    ¿De qué iba Ferdy?

    Ferdy es una hormiga macho, "alegre y servicial". Vive en el bosque, junto a otros insectos perfectamente organizados en una microsociedad, que contaba, incluso, con su propia policía. Su medio perro medio mariquita Fisgón, su mejor amigo, el escarabajo Torpón, su caballo-saltamontes o la araña Arámbula eran otros de los protagonistas. Ferdy y el resto -o al menos esa era la intención al convertirla en serie infantil- nos enseñaban los típicos buenos valores: respeto, amistad, solidaridad...

    Pero habría que añadir algunos matices a este argumento. Sí, era la historia de unos bichos y su día a día en el bosque. Sí, transmitía buenos valores. Pero también tenía un lado Thug Life que jamás entendí cuando era pequeña; momentos en los que Ferdy se ponía macarra. Cierto que ayudaba a sus amigos y con su servicio de reparación de electrodomésticos, que, en contra de toda lo que la economía nos ha enseñado sobre oferta y demanda tenía éxito, prestaba un servicio a esta pequeña sociedad (porque nunca se le vio cobrar por ello).

    Hasta aquí todo bien. Pero cuando la supervivencia estaba en juego, o a veces por muchísimo menos, Ferdy recurría a métodos poco ortodoxos. Por eso es tan irónico que el ABC recogiera así la noticia de su estreno: "Este tipo de dibujos parece responder a los deseos de la Comisión de Control Parlamentario de RTVE, que se ha mostrado partidaria de evitar los mensajes violentos e insolidarios en los programas infantiles". Juzguen ustedes mismos. Esto es lo que hace Ferdy con tipejos como Óscar, el caracol, que roncan demasiado fuerte.

    Ferdy Bomba Tengo una idea: metámosle esta bomba en su concha para que salga corriendo y se largue de aquí

    Al bueno de 'Bob Esponja', por muchísimo menos que esto le acusaron de exaltación del terrorismo. Imaginaos si esos que se chivaron de Bob vieran esta escena o el uso y abuso de tabaco, alcohol y benzodiacepina (sedantes varios) de la araña Arámbula (todo por los ronquidos).

    Ferdy Drogas El botiquín de Arámbula la araña

    Sin embargo, Ferdy y sus amigos no eran los malos. Las malas eran las libélulas. Que, por cierto, además trabajaban como aviones (Libélulas Líneas Aéras) que comunicaban el aeropuerto con distintas zonas de este micromundo. Tampoco eran la única amenaza: repito, no iba de unos amiguitos que vivían en paz y en armonía; a veces se querían comer los unos a los otros, como es natural. "A todos nos llega nuestra hora", reconocen en un episodio. Rodeado de insectos más grandes que tú y otros enemigos, eso puede ser en cualquier momento.

    Menos mal que de vez en cuando Ferdy lanzaba un mensaje pacifista como "no podemos permitir que se ahogue" después de enredarle las alas a una libélula y tirarla a una charca. Pero cuando se trataba de sobrevivir, Ferdy no siempre mostraba piedad: reduce a su némesis, el oso hormiguero, atando su lengua a un tronco (sí, al parecer lo de enredar era su marca personal).

    Pese a que nos la venden como un personaje alegre viviendo mil aventuras también tenía muchos momentos depresivos. Ferdy estaba enamorado de Gwendolin, una mariquita rubia, egoísta y presumida que le humillaba constantemente dejándole claro que estaba fuera de su liga mientras él se desvivía por ella. Y lo asumía con resignación, como un deber: "Las cosas que tiene uno que hacer por complacer a una dama".

    A nivel de calidad artística, no es muy diferente del resto de dibujos de la época. Por temática y "escenarios", es fácil relacionarlos con otros como 'La abeja Maya' o 'Belfy y Lillibit'. Eso sí, el doblaje es bastante lamentable y la mayoría de las veces ni siquiera mueven la boca cuando hablan. Bendita inocencia la nuestra, que nos parecía todo bien.

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