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'Batman', Nostalgia TV

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Batmanyrobin

Batman es, ahora mismo, sinónimo de la oscuridad en los superhéroes, de justicieros torturados que asumen la labor de limpiar su ciudad de criminales porque lo consideran su deber, pero es un deber que pesa enormemente sobre sus cabezas. El hombre murciélago ha podido volverse un caballero oscuro muy serio, pero en sus primeras encarnaciones televisivas estaba más cerca del 'The Flash' de The CW que de 'Batman v Superman'.

En 1966, ABC estrenaba 'Batman', una serie que, inicialmente, había sido pensada para ser un serial de aventuras juveniles del sábado por la mañana, como 'Adventures of Superman', con George Reeves, en CBS, pero que ABC prefirió pasar al prime time y darle un tono similar al de las series de espías que estaban de moda en la época. Ahí está la clave de este 'Batman'; no se tomaba a sí mismo demasiado en serio.

'Batman', todo por la diversión

No es que fuera 'Superagente 86', pero este 'Batman' retenía las constantes no sólo de los cómics de la época, sino que era mucho más una comedia que un drama. Estuvo nominada, de hecho, al Emmy a mejor comedia en 1966. La sobreimpresión de las onomatopeyas cada vez que Batman y Robin se liaban a puñetazos con algún villano, la narración en off y su "a la misma Bat-hora en el mismo Bat-canal"... Cincuenta años después, todo nos parece muy kistch y risible, pero entonces nadie pensaba que estaba haciendo una versión de 'Hamlet' con mallas.

Su sintonía ya indicaba que era una serie para toda la familia y muy orientada a los niños, con mensajes a veces sobre la importancia de ponerse el cinturón de seguridad, por ejemplo, y también intentaba enganchar al público con cliffhangers constantes. Que solían consistir en alguno de los héroes a merced del villano de turno, en una situación que parecía completamente desesperada.

'Batman' apostaba por la diversión para toda la familia, sin tomarse nunca a sí misma demasiado en serio

'Batman' seguía casi siempre un esquema muy establecido para sus episodios, de media hora. Un villano aparecía en Gotham y sobrepasaba la capacidad de la policía, que utilizaba un teléfono rojo para pedir ayuda a Batman. Ahí veíamos como Bruce Wayne y Dick Grayson bajaban a la Batcueva por unas barras como las de los bomberos, se metían en el Batmóvil y se iban a investigar el caso y, al final, se peleaban con el malo y lo derrotaban. Todo regado por brillantes colores, música optimista y una colección de actores bastante notable.

Quien se hizo más famoso de todos fue Adam West, totalmente encasillado como ese Bruce Wayne/Batman un poco camp y caracartón, pero geneeraciones de niños pasaron a idolatrar también a Julie Newmar como Catwoman, a Burt Ward como Robin, Frank Gorshin como Enigma, César Romero como el Joker o actores bien conocidos por los aficionados al cine como Burgess Meredith (Pingüino) o los tres que se rotaron para dar vida a Mr. Freeze: George Sanders, Otto Preminger y Eli Wallach. Además, durante la tercera temporada, 'Batman' tuvo a auna actriz negra dando vida a Catwoman, Eartha Kitt, algo poco habitual en la época.

Un éxito duradero

Batman66

'Batman' fue un gran éxito desde el principio. Durante sus dos primeras temporadas, ABC la emitía dos días por semana (en parte, porque eran los únicos huecos libres en su parrilla), lo que favorecía que todos sus episodios fueran dobles (de ahí sus cliffhangers finales). Incluso llegó a tener versión en cine entre la primera y la segunda temporada, una película que, en realidad, se había concebido para que se estrenara antes y, de algún modo, sirviera para familiarizar a la audiencia con la serie. También se pensó como promoción de 'Batman' fuera de Estados Unidos.

Aquellas dos primeras temporadas, con su tono de los seriales cinematográficos de los 40, no sólo convirtieron la serie en un fenómeno popular, sino que fueron sus puntos más altos. Curiosamente, las audiencias decayeron enormemente en la tercera temporada, y ni la introducción de Batgirl ayudó a parar ese declive. Los episodios de aquella temporada pasaron a ser autoconclusivos y a emitirse sólo un día a la semana, y también fueron volviéndose cada vez más absurdos y alocados, y con mayores referencias a lo que estaba de moda a finales de los 60.

via GIPHY

'Batman' acabaría cancelada al final de aquel año. La NBC hizo un intento por rescatarla, sólo para descubrir que los platós de rodaje habían sido desmantelados, así que las aventuras del hombre murciélago en televisión se quedaron ahí. Al menos, en acción real, porque en dibujos animados volverían por todo lo alto con 'Batman, la serie animada'.

La serie de 1966 puede verse ahora como demasiado naif, sobre todo teniendo en cuenta la relevancia que se le da a que las historias de superhéroes sean oscuras e intensas, pero su legado se mantiene, aunque sea en forma de memes de Batman y Robin huyendo a la carrera de todo tipo de amenazas. La clave de lo que hacía a 'Batman' ser como era la daba la propia película de 1966, al empezar con este rótulo en pantalla:

"A ellos, a los amantes de la aventura, amantes del escapismo puro, del entretenimiento sin adulterar, amantes de lo ridículo y lo raro, a los amantes de la diversión en todas partes... Esta película está dedicada respetuosamente a ellos".

Como curiosidad, el doblaje español de la serie tenía una nota destacable: la voz de Batman la ponía Constantino Romero.

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'Hércules: sus viajes legendarios', Nostalgia TV

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Herc Main

Nuestro Nostalgia TV nos sirve para recordar todas esas series con las que hemos crecido y que nos han educado en la pasión seriéfila. Y hemos visto de todo: drama, romance, terror, thriller... Hasta una serie que coge como punto de partida los mitos griegos y romanos y los reconvierte en capítulos muy parecidos a los de 'El equipo A'. ¿No os lo podéis imaginar? Así era 'Hércules: sus viajes legendarios'.

El origen

Todos sabemos quién es Sam Raimi, el responsable de 'Posesión infernal' y de grandes contenidos audiovisuales como las sagas de 'Spiderman'. En televisión, por supuesto, también ha hecho sus pinitos. Y no hablamos de la maravillosa 'Spartacus', sino de una gran oportunidad que se presentó a principios de los 90, cuando pudo crear cinco telefilmes con la figura de Hércules como protagonista.

Junto a su socio Robert Tapert, Universal les encargó cinco historias para las que contaron con el actor Kevin Sorbo (quien repetiría en la serie) y que, según cuenta la leyenda detrás de la serie, fue escogido por su físico, por recordar a los productores ejecutivos a Joe Montana, el jugador de fútbol americano que se convirtió en un héroe para su país.

El éxito de los telefilmes generó el siguiente paso: una serie de televisión que contó con 6 temporadas y 111 capítulos, que se estrenó en 1995 y que, en nuestro país, pudimos ver en TVE a partir de 1997, en una emisión de esas machaconas en las que la repetición de episodios es un bucle en el que es mejor no preguntar por la continuidad y otras sutilezas.

¿Mitología romana?

Iolaus 2

Si nos ponemos a definir una serie como 'Hércules', las palabras más sencillas que nos vienen a la mente son: "es la adaptación de las aventuras del personaje de la mitología romana". Pues, en fin, esto es tan verdad como mentira y si habéis visto la serie seguro que sabéis a qué me refiero. Hércules es uno de los personajes más importantes de la tradición clásica, pues es un semidiós, dotado de una gran fuerza y otras virtudes, sí.

Pero de ahí, a decir que esta serie nos contaba la mitología clásica hay un trecho muy largo y con muchas curvas. Para empezar, se mezclaban la tradición romana y griega a placer, uniendo nombres de personajes que pertenecen a cosmogonías diferentes. Salían todos los dioses, los héroes, las leyendas... y podíamos ver en ellos un reconocimiento de la historiografía, pero las aventuras y los personajes aparecían sin ton ni son, y sin respetar sus orígenes.

Entendámonos, esta serie no quería ilustrarnos sobre la religión clásica, sino aprovechar unos básicos conocimientos generales y un potencial dramático y de acción enormes para llevarnos a aventuras de 40 minutos con las que disfrutar plenamente sin plantearnos ninguna cuestión histórica. A esta parte tan lúdica contribuían todos los efectos especiales y los monstruos de serie B que nos acompañaban, un deleite para los seguidores más kitsch.

Aventuras y personajes

Hercules

Así, las tramas de cada episodio nos contaban la llegada de Hércules y su compañero Iolaus a un poblado en el que una cuestión sobrenatural (pero tratada desde la normalidad del que vive con ello) complicaba la vida de los habitantes. También había una trama "horizontal" que nos hablaba de las venganzas que Hera, la esposa de Zeus, iniciaba contra Hércules por ser éste hijo del dios con la humana Alcmene.

En fin, los personajes tampoco eran ninguna maravilla narrativa así con recovecos, matices, luces y sombras. Teníamos a Hércules que, básicamente, era perfecto, y a su escudero Iolaus que era un poco menos perfecto pero que junto a Hércules aprendía lo poco que le hacía falta para crecer. Después, había un sinfín de secundarios que, con el paso de los capítulos, volvían a aparecer y que protagonizaban muchas escenas cómicas y divertidas, generaban nuevos conflictos y daban vidilla a una serie en la que no faltaba ni un ingrediente.

'Hércules, sus viajes legendarios' no es la mejor serie de la historia, ni lo pretendía. No respetaba las épocas ni las referencias históricas, contaba con personajes planos, cuadriculados, con malos muy atroces y monstruos de toda índole. Y aún así, consiguió ganarse un hueco en nuestros corazones. Y es que muchas veces, la pasión y vitalidad que despierta una ficción puede más que todos los elementos de engranaje que queramos incluir.

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'Rex, un policía diferente', Nostalgia TV

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RexUnPoliciaDiferente

Igual que hay días que están hechos para pasarlos frente a la televisión, con el cerebro en punto muerto, hay series hechas para esos días. Probablemente no fuerais muchos los que siguierais 'Rex, un policía diferente' como auténticos fans, sin perderos un capítulo. Pero todos hemos caído en ella alguna vez, víctimas del zapping y del aburrimiento dominical. Antena 3 y después Telecinco cubrieron con ella muchas tardes de fin de semana.

Porque 'Rex' era facilona y no sólo por su naturaleza procedimental. También narrativamente. Los momentos cómicos de Rex en los que demostraba sus habilidades y vacilaba a toda la oficina o todos esos gags perpetuando el estereotipo del policía devorador de donuts aligeraban la carga dramática y le daban ese punto de humor llano. Pero el drama estuvo presente desde el mismo momento de la presentación del "personaje".

Rex y sus amigos (y enemigos)

A poco que os gusten los perros sentiréis empatía por 'Rex' desde el minuto uno de la serie. En el episodio piloto estrenado en 1994 en la televisión alemana, ya nos roba el corazón cuando le vemos llorar junto al cuerpo abatido de su compañero durante una persecución policial.

Así nace la amistad/camaradería laboral entre Rex y su nuevo compañero, a partir de ese momento protagonista durante tres temporadas, Richard Moser (Tobias Moretti), que se vuelca en salvar al perro, hundido en una depresión: se niega a comer ni a beber. Pero, como ya habréis adivinado, al final es Rex quien salva a Moser, que también está pasando lo suyo emocionalmente porque como buen personaje de serie policíaca, está divorciado, se alimenta de comida basura y su vida sentimental es un caos.

Es una bonita relación simbiótica la que tienen can y policía: trabajan juntos, viven juntos y el perro se dedica a gastar bromas a todo el mundo o a cortarle el rollo a Richard cuando liga. Pero desde el cariño. Hasta que esta amistad se trunca en la cuarta temporada y Rex se ve forzado a cambiar de compañero. Otra vez.

Y diréis: ¿cómo consiguen salvarle de nuevo, con lo mal que lo pasó la primera vez? Porque Alexander Brandtner (Gedeon Burkhard), su nuevo compañero, había perdido a su perro en una operación. Los caminos de la vida son inescrutables. En la octava temporada Rex estrena nuevo socio/entrenador, pero sin trauma de por medio. Aunque en realidad hace tiempo que ni siquiera es Rex. Su hijo tomó el relevo en la serie. Pero nosotros, claro, ni nos enteramos. También fue el prota de la secuela, 'Rex: el regreso' y de la tv-movie, Baby-Rex.

Otros perros televisivos

No es el único perro al que la televisión ha convertido en estrella. El elegante collie llamado Lassie también era la auténtica protagonista en la serie a la que daba nombre. Se estrenó en 1954 (la original), pero en casi 20 años en el aire en los que pasó del blanco y negro al color, suponemos que también hubo otras Lassies.

Otros quizás no fueran tan inteligentes ni tuvieran un papel tan destacado; ni siquiera eran perros de verdad... pero fueron las mascotas de toda una generación, como Sprocket ('Fraggel Rock') o Don Pelanas ('Dabadabadá'). A nivel regional, os diré que teníamos una más: Babalà, el perro de 'A la Babalà', después 'Babalà Club', el magazine infantil de Canal 9 presentado (al principio) por María Abradelo, nuestra particular Leticia sabater.

El que estaba tan bien entrenado como Rex era Cook, a.k.a. Valentín en 'Aquí no hay quien viva', Camilo en 'La que se avecina' y Pancho, en su propia película o en los anuncios de Lotería Nacional. Qué triste casualidad que ahora que hablo de él descubro en esta noticia de El Mundo que murió esta misma semana.

Pero para no quedarnos con este mal rollo, os dejo con un recuerdo mucho más feliz: la bizarra relación de Jake y Stella en 'Modern Family'. Por cierto... ¿alguien se había dado cuenta de que la sustituyeron por otra en la cuarta temporada? Afortunadamente Briggite (así se llama) no ha muerto, sino que ha cambiado de representante.

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'Avatar, la leyenda de Aang', Nostalgia TV

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Avatar

A principios de la década de 2000, la cadena Nickelodeon buscaba una serie de aventuras y magia que aunara de algún modo las sagas de Harry Potter y 'El Señor de los Anillos', pero orientada a un público más infantil. La idea que Bryan Konietzko y Michael DiMartino presentaron iba un poco más allá de lo que la cadena buscaba, y daría pie a una de las series de animación de más éxito de los últimos tiempos.

'Avatar. La leyenda de Aang' ('Avatar. The last airbender') llevaba a los espectadores a un mundo cuidadosamente construido en el que algunas personas desarrollaban la capacidad de manejar alguno de los cuatro elementos fundamentales, el agua, la tierra, el fuego y el aire. Esos maestros se agrupaban en naciones de cada elemento y, en cada generación, nacía uno que tenía la capacidad de controlar los cuatro. Esa persona era el avatar, y su misión era mantener el equilibro en el mundo.

Las aventuras infantiles de 'Avatar'

'Avatar. La leyenda de Aang' se estrenó en Nickelodeon en 2005 y fue un gran éxito desde el primer momento. Arrancaba mostrando ese mundo en guerra por el ansia expansionista de la Nación del Fuego, y con el avatar desaparecido. Éste es un joven maestro del aire llamado Aang, que se pasa años congelado en un iceberg hasta que lo rescatan dos miembros de la Tribu del Agua, Katara y Sokka. Acompañado por ellos, Aang emprende un viaje para dominar los otros tres elementos y, así, enfrentarse finalmente a Ozai, el Señor del Fuego.

'Avatar' tiene tres temporadas, o "libros", en las que vemos no sólo los viajes de los tres protagonistas, sino la persecución de Aang a cargo de Zuko, hijo del Señor del Fuego, expulsado de su tierra, que cree que podrá regresar triunfalmente si es capaz de apresar al avatar. La serie establece cierto paralelismo entre las peripecias vitales de Zuko y Aang, que tienen que averiguar qué tipo de personas quieren ser, y están llamados a ser, antes de poder asumir sus destinos. Y lo hace de una manera muy entretenida y ligera.

O ligera al principio, porque algo que 'Avatar' hace con mucha destreza es ir añadiendo algunos toques un poco más serios y un poco más adultos, como si dijéramos, conforme avanzan sus temporadas. Al fin y al cabo, la Nación del Fuego exterminó a todos los maestros del aire para intentar acabar con el avatar, y cada vez que Aang hace pleno uso de sus poderes se convierte en un ente tan fuerte, que hasta puede dar un poco de miedo.

Pero esos tonos están debajo de aventuras en las que se aprecia que Aang, Katara y Sokka son todavía unos niños. La idea inicial de Konietzko y DiMartino de que la "magia" de su mundo fuera mucho más tangible, que fuera una habilidad que se tiene que aprender a utilizar como si fuera un arte marcial, y lo envolvieron todo en claras influencias de la filosofía oriental y de la animación japonesa. La sombra de las películas del Studio Ghibli (especialmente, 'La princesa Mononoke') se nota claramente en 'Avatar'.

Películas y secuelas

Korra

Como decíamos, 'Avatar. La leyenda de Aang' fue un enorme éxito para Nickelodeon entre 2005 y 2008, y hasta llegó a ganar un premio Peabody. Así que no era extraño que Hollywood quisiera aprovecharlo transformando la serie en una película de acción real. 'Airbender: El último guerrero', de M. Night Shyamalan, no fue, sin embargo, del gusto de prácticamente nadie. Fue acusada de whitewashing al buscar actores caucásicos para papeles que, en la serie, eran personajes inuit u orientales, y la historia dejaba de lado el mensaje de tolerancia y equilibro de la serie en favor de aventuras de acción y efectos especiales.

La influencia de los animes y de Hayao Miyazaki se nota mucho en 'Avatar. La leyenda de Aang'

Pero aunque la película resultara un fracaso, Nickelodeon quería seguir viviendo un poco más en el mundo de 'Avatar' y, en 2012, Konietzko y DiMartino estrenaron una secuela de la serie, 'La leyenda de Korra', cuya protagonista era la siguiente en la línea de los avatares, una adolescente un poco mayor que Aang y que vivía en un mundo un poco más urbano. La serie profundizaba más en el mundo presentado en 2005 y, al elevar la edad de sus protagonistas, se permitía lanzarlos a unas aventuras un poco más serias.

Los dos títulos, 'Avatar. La leyenda de Aang' y 'La leyenda de Korra', conforman uno de los universos de aventuras infantiles-juveniles mejor construidos de los últimos tiempos, llenos de personajes memorables y con una animación de primer nivel, sobre todo en la segunda serie. Además, las dos han continuado en cómics y videojuegos, y sus fans despliegan en internet un gran talento para las ilustraciones y, por supuesto, los fanfics.

En ¡Vaya Tele! | Nostalgia TV

'Agujetas de color de rosa', Nostalgia TV

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Agujetas Logo

Los que hayáis visto esta telenovela, o simplemente un anuncio de la misma, puede que sufráis ese misterioso hechizo que tienen las canciones pegadizas y quizá, cuando habéis leído el título del artículo de hoy no habéis podido evitar cantar: "Agujetas de color de rosa y un sombrero grande y feo...". Esta canción nos marcó y también la telenovela de la que vamos a hablar: 'Agujetas de color de rosa'.

Telenovela infantil

La telenovela es el género por excelencia de una parte de la televisión hispanoamericana. No, no es cierto, porque los ingleses han tenido, tienen y tendrán culebrones, los americanos también y nosotros, cuando hemos podido rentabilizar una serie de taitantos capítulos lo hemos hecho de mil amores. Pero sí es cierto que en países como Venezuela, México o Colombia han hecho un arte de esta palabra.

Se trata de series familiares, con secretos oscuros y sórdidos, paternidades no reveladas, buenos que sufren mucho y malos a los que su ira no deja ni respirar. Y hay de muchos tipos. También para niños, jóvenes y adolescentes. En los últimos años, nos hemos rendido a fenómenos como 'Rebelde Way', 'Patito feo' o 'Violetta', pero si hay una telenovela que marcara las sobremesas de muchos de nosotros, ésa fue 'Agujetas de color de rosa' que se emitió en 1994 por TVE.

Patinaje artístico, el invitado sorpresa

La trama en sí misma no tiene mucho de particular y, seguramente, os recuerde a muchas historias de este tipo. Nuestros protagonistas son la familia Armendares que nada más arrancar la serie sufren un zasca de los buenos: el padre de familia muere y la buena situación económica en la que viven se desvanece. Y todo por culpa de la madre del padre muerto, o sea, de la abuela, que los odia a todos, nuera y nietos, y al abogado que supuestamente debe defender los intereses de los Armendares pero que juega sucio posicionándose a favor de la abuela.

Y luego hay dos niveles de tramas: las adolescentes y las adultas, aunque su desarrollo suele ir unido y pasar por las mismas paradas: todo se comportan igual y se dejan llevar por el amor y todo lo que éste puede traer de bueno. Hay celos, envidias y demás. Sólo una cosa puede diferenciar los dos mundos: los adolescentes conservan intactos sus sueños y eso les hace avanzar y ser personajes proactivos.

Protas

Pero 'Agujetas de color de rosa' tenía una cosa especial. Su protagonista quería ser patinadora sobre hielo y este deporte, de hecho, fue uno de los grandes alicientes para ver la serie, pues nos permitía disfrutar de otras tramas derivadas de la competición, el éxito, los accidentes y las piruetas que brillaban bajo la luz de los focos.

Personajes recordados

La protagonista de la historia era Paola, a la que daba vida la actriz Natalia Esperón, quien llevaba esas agujetas (qué risa cuando descubrimos que querían decir "cordones") y quien parecía tenerlo todo para triunfar. Se enamoraba de un apuesto muchacho: Martín Dávila, en la piel del que se ponía un actor con el sonoro nombre de Flavio César.

Otro de los puntos fuertes de la serie era, de hecho, la carrera artística de su prota masculino. Martín quería ser músico, cantante, y su ambición, junto a la de Paola, nos daban momentos tiernos y alegres. No todo el mundo era bueno, claro está, aunque recordemos que al ser una telenovela juvenil, no había acciones demasiado horribles (si no os parece que provocar un accidente del que tu mejor amiga queda en silla de ruedas es algo bastante tremendo) y todos los malos, antes o después recibían su castigo.

No podemos olvidar la participación de la estupendísima Angélica María, toda una de las grandes damas de la telenovela mexicana, que daba vida a esa matriarca Armendares que lo daba todo por sacar a sus hijos adelante.

La canción

Casi más famosa que la propia telenovela fue la sintonía que acompañaba a la serie y de la que no podemos dejar de hablar. Se trata de una versión que cantó el grupo Curvas peligrosas pero que se remonta a un tema en inglés de 1959: 'Pink Shoelaces', que interpretaba Dodie Stevens. La banda sonora original de la serie estuvo protagonizada por éste y otros temas que cantaban los actores y algunas celebridades juveniles de la época y fue todo un éxito de ventas.

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'Gente joven', Nostalgia TV

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Gentejoven_Nostalgiatv

Nuestra sección de los domingos viaja hoy a un tiempo muy muy lejano: la televisión de las dos cadenas. Y más aún, al inicio de la transición. 'Gente joven' se estrenaba en un momento convulso de nuestra historia: el mismo año que moría Franco. Empezó un domingo, pero iba variando de día de emisión durante los trece años que estuvo en antena, desde 1975 hasta 1987.

Así que si pensabais que 'OT' o 'Tú sí que vales' habían inventado algo, estáis muy equivocados. Desde que existe la televisión, existen los talents: 'Salto a la fama' (1963) fue el primero. Pero vendrían muchos después. 'OT' volvió a poner el género de moda, y la fórmula iba variando, mientras se buscaban nuevas formas de explotarla: cantar, bailar, cocinar...

Un programa para los jóvenes

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Los jóvenes talentos. Porque los jóvenes espectadores no tendrían mucho interés en ver cantar a María del Monte o ver bailar jotas. Otra cosa es que no tuvieran más donde elegir. 'Gente joven' fue un escaparate para muchísimos artistas; un laboratorio de nuevos talentos. Unos cantaban, otros bailaban. Y en cada disciplina también había categorías: canción ligera (que no era en absoluta ligera), canción española, baile flamenco, regional... Hasta una competición de tunas. La categoría variedades equivalía a una versión sintetizada de 'El Semáforo', otro programa con el que TVE que encontró la forma de darle una nueva lectura a una vieja idea.

Comparte la mecánica habitual de los talents de hoy en día: el jurado (menos circense), la competición hasta la final y el ganador al que después le llueven los contratos discográficos. La única diferencia es que eso no eran parte del premio. Los que valían, acababan triunfando. Y la prueba es que OT sólo dio un par de hitazos. De 'Gente joven' han salido muchos artistas que después han tenido largas carreras musicales.

La esencia es la misma, eso sí: espectáculo, competición y sueños. Sólo que entonces todo era mucho más auténtico: hasta esa cabecera con sabor funky (que fue variando con el paso de los años, como el decorado, los presentadores o los rótulos) se tocaba y cantaba -por El Trío La la la- in situ. Y los artistas contaban con una orquesta para dar mucho más lustre a su actuación.

Cantera de talentos

Por el plató de 'Gente joven' en Prado del Rey (a veces también itinerante) pasaron artistas que llegarían a ser muy famosos, pero que entonces eran completos desconocidos. El programa se puede atribuir el mérito de haber contribuido a la formación de Mecano. Al concurso se presentó Jose María Cano con su guitarra y una versión de un tema de Aute; Ana Torroja hacía los coros y Nacho Cano aún no había descubierto los teclados y se limitaba a acompañar con una segunda guitarra. Pero después de presentarse en sociedad, formaron uno de los grupos con más trayectoria del pop español.

La lista es larga, tanto entre los participantes como los artistas invitados, que acababan de empezar su carrera y allí se hicieron más populares: Francisco, la bailaora Sara Baras, María del Monte o Isabel Pantoja en la categoría de canción española o el que luego sería el único cantante español de la formación Il Divo. Otros que no han sido tan populares pese a tener una gran trayectoria artística -original, eso sí- como Curro Savoy: el único hombre capaz de silbar con reverb. Y hacia dentro. Hizo del silbido su profesión, trabajando en multitud de películas como silbador (tal cual) y silbaba como nadie la mítica banda sonora de El bueno, el feo y el malo.

Además del propio logro de permanecer trece años en antena, consiguió una media de ocho millones de espectadores, aunque es cierto que no había más competencia que el segundo canal. Pero algunas semanas llegó a números más altos que el 'Un, dos, tres' y otros buques insignia de la cadena, como 'Informe semanal'. Por no hablar de haber sido el principal inspirador de otros que repitieron éxito y que fueron, en su momento, fenómenos de audiencia y de popularidad: todos sufrimos aquella Navidad con el villancico de los triunfitos y Rosa, esa anónima pollera, se convirtió en Rosa I de España y VII de Eurovisión.

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'Don Quijote de la Mancha', Nostalgia TV

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Quijote

Este año se conmemora el IV centenario de la muerte de uno de nuestros autores más importantes, influyentes y universales. Miguel de Cervantes poco podía imaginar que cuando escribió 'Don Quijote de la Mancha' dejaría para la posteridad una obra que ha marcado un antes y un después para la historia de la literatura. Y que la televisión no ha dudado en inmortalizar.

Una producción con historia

Llevar la obra de Cervantes a todo tipo de público siempre ha sido una aspiración par los responsables de los estamentos de cultura de nuestro país. Las adaptaciones para cine o televisión se han producido y, estamos seguros, se seguirán produciendo. Pero, en 1979, se vivió un momento clave para este mundo, pues se estrenó una versión catódica de 'Don Quijote de la Mancha' de dibujos animados pensada para niños.

En 1978 se ideó este impresionante proyecto. El objetivo era crear una obra de divulgación que permitiera que los más pequeños pudieran acercarse a una de las obras más fundamentales de nuestra tradición gracias a la simpática trasposición en figuras animadas. Así, la empresa Cruz Delgado-José Romagosa empezó a preparar un formato para el que se contaron con asesores en literatura como Guillermo Díaz-Paja y Manuel Criado.

Los detalles de producción nos hablan del mimo y cuidado con que se trabajó esta serie. Hubo cien dibujantes para plasmar la obra cervantina pero también todo lo que de visual tenía que ofrecer la imagen. No servía cualquier cosa. Ángel S. Chicharro fue el encargado de viajar hasta los lugares que habitó Quijote para aprender sobre las características de la zona y captar cada detalle del paisaje, que luego serían trasladados con fidelidad al papel.

Las dificultades de una adaptación

Rodilla

La producción contó con 39 capítulos que adaptaban el trabajo de Cervantes no sólo a las características del target: el público infantil; sino que también tenían en cuenta la época: la evolución de la televisión española era muy fuerte tras la transición a la democracia y se necesitaba un lenguaje que fuera capaz de conectar con los tiempos actuales y que brindara dinamismo y agilidad al producto televisivo.

Pero, de igual manera, se habían de mantener las referencias lingüísticas, sociales... que no hicieran perder la riqueza que Cervantes quiso dar a su obra, un gran ejemplo de la vida de su tiempo. Equilibrar ambos mundos se logró también gracias a lo grandioso que tiene el libro, como las aventuras figuradas en la mente alucinada de nuestro protagonista, que son una maravilla creativa, llenas de imaginación y de buen humor, también fundamental para conectar con el público.

El reparto de actores que pusieron las voces a esta mítica serie es de ésos que hacen afición, con Fernando Fernán-Gómez como Alonso Quijano y nuestro Chanquete (Antonio Ferrandis), como el fiel escudero Sancho Panza. Y la intervención de grandes actores de la época, del teatro y el cine, con un gran recorrido que les hacía sentir la importancia de esa adaptación, aunque fuera para niños.

Luces y sombras

Sancho

'Don Quijote de la Mancha' se vio en 1979 y, después, en varias reposiciones que lo acercaron a los niños de la época. Para nosotros, era estupendo poder ver una serie concebida para ser entretenida y divertida pero a la que le veíamos ya esos deseos de divulgación, de enseñarnos una parte fundamental de la tradición literaria.

En general, la crítica aplaudió la adaptación y valoró el esfuerzo creativo de una serie que fue exportada a 130 países de Europa, América y Asia. Un gran éxito fue también, sin duda, su banda sonora, que seguro muchos tenéis aún en vuestra cabeza, porque es de ésas pegadizas de verdad. Fue interpretada por la Orquesta Sinfónica de RTVE y popularizada por una versión comercial que cantó el grupo infantil Botones.

La producción también vivió sus problemas. Debido al gran volumen de trabajo que la obra necesitaba, los plazos de entrega en el proceso de producción empezaron a no cumplirse. Por lo que se tuvo que contratar a más personal que encareció los costes finales. En fin, para los espectadores, lo importante es el recuerdo de esta obra y el homenaje a todos los que pensaban que hacer animación para televisión podía tener un instrumento tan bello como la obra del Quijote.

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'Operación Triunfo', Nostalgia TV

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Operaciontriunfo

Pocos programas de entretenimiento ha habido tan exitosos en la televisión española como 'Operación Triunfo'. La respuesta nacional a 'Popstars' o 'American Idol' irrumpió como un vendaval en TVE en 2001, poniendo patas arriba las audiencias e introduciendo en España el concepto del talent show. El año anterior, Telecinco había logrado un fenómeno impresionante con el estreno de 'Gran Hermano', y nadie quería quedarse sin su propio reality show.

Concursos de cantantes, de todos modos, siempre ha habido en la televisión española. Desde aquellos certámenes radiofónicos de mediados del siglo XX, en televisión era habitual encontrar programas en los que aspirantes a cantantes podían mostrar su talento, con la confianza de que algún productor musical se fijaría en ellos. Sin embargo, 'Operación Triunfo' iba un paso más allá al introducir el lado de telerrealidad de la academia en la que convivían todos los participantes.

'Operación Triunfo', el fenómeno

La productora Gestmusic fue la encargada de poner en pie 'Operación Triunfo', que se estrenó en el otoño de 2001. El funcionamiento del programa era bastante sencillo. 16 participantes pasaban a vivir en la academia del espacio, donde cada semana preparaban varias canciones que debían defender en la gala televisada. Ahí, había siempre cuatro concursantes que el jurado conisderaba que habían sido los peores. Un era salvado por los profesores de la academia y otro, por sus compañeros, y la audiencia decidía después, entre los dos restantes, cuál de ellos abandonaba el programa.

Como en todo buen reality show, el casting era muy importante para que coenctara de aquella manera con el público. Las inseguridades de Rosa López (y su vozarrón), el potencial de estrella de David Bisbal, David Bustamante Chenoa, Manu Tenorio, Gisela... Los participantes en aquella primera edición de 'Operación Triunfo' se convirtieron de la noche a la mañana en famosos de un nivel, que no habrían podido conseguir dedicándose sólo a la música. El premio de las tres primeras ediciones, que emitió TVE, era representar a España en el Festival de Eurovisión, pero para cuando llegaba ese momento, 'Operación Triunfo' ya había superado con creces todas las expectativas.

Los consejos de Ángel Llácer y Nina en la academia, las críticas durante las galas de Pilar Tabares (que luego asumiría Risto Mejide con el cambio de cadena), los discos que salían todas las semanas con las versiones que se habían cantado en cada gala (y que copaban los primeros puestos de las listas de ventas), los resúmenes por las tardes de lo que había dado de sí la academia esa semana... 'Operación Triunfo' retomó el enorme éxito de 'Gran Hermano' y le añadió una dimensión un poco más amable; sus concursantes no sólo se dedicaban a pasar el rato encerrados en casa, sino que demostraban tener talento para la música.

Un éxito entre cadenas

En La 1, 'Operación triunfo' superó habitualmente en su primera edición el 35% de share, y en las siguientes dos temporadas, el éxito no se frenó, incluso aunque el fenómeno generado alrededor de la actuacion eurovisiva de Rosa no volvió a repetirse. No era extraño que Telecinco se hiciera con el programa en la cuarta edición, en 2005, colocando al frente a Jesús Vázquez y manteniéndolo en antena hasta 2011, con una pequeña interrupción en 2009.

En Telecinco, el público siguió apoyando 'Operación Triunfo' de manera masiva. La primera temporada emitida en esa cadena superó el 37% de share de media, pero las restantes fueron perdiendo espectadores poco a poco, hasta el 18,7% de cuota de pantalla de la séptima temporada. El formato estaba agotándose. La puntilla definitiva fue la edición de 2011, con Pilar Rubio como presentadora, que fue un cúmulo de errores que llevó a la cadena a acortar la duración de la temporada y a echar el cierre definitivo a la academia.

El legado de 'Operación Triunfo'

Los 15 años que han pasado desde el estreno del programa permiten poner un poco en perspectiva lo que el fenómeno de 'Operación triunfo' aportó a la televisión española. Programas similares han aparecido unos cuantos. Algunos pasaron sin pena ni gloria, como 'Estudio de actores', y otros retocaron lo justo el formato para triunfar, aunque fuera brevemente, como 'Fama, ¡a bailar!'. la tormenta perfecta de la novedad, de un casting muy acertado y de un público que estaba listo para acoger un espacio así no pudo repetirse al mismo nivel, así que no es raro que los concursantes de la primera edición aún sean muy conocidos.

El lado de reality le granjeó críticas en su momento, aunque era un lado mucho más amable que el de 'Gran Hermano', y también hubo cierta polémica por su dominio de las listas de ventas de discos. El éxito se trasladó hasta a un documental, 'OT. La película', dirigido por Paco Plaza y Jaume Balagueró, que mostraba los entresijos de la gira que dieron los concursantes al terminar la primera temporada del programa. Acabó siendo un fenómeno muy generacional.

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'¡Hola Raffaella!', Nostalgia TV

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Los domingos son los días perfectos para dar rienda suelta a los recuerdos. En nuestro Nostalgia TV nos gusta atesorar momentos vividos con entusiasmo en torno a esa caja que emite luces y colores, sonidos deslumbrantes que nos hacen sentirnos dentro de su mágico juego. ¿Queréis acompañarnos por este viaje al pasado?

Hola TVE

Estamos en 1992 y TVE busca un programa espectáculo que pueda emitir por la noche. 'Un, dos, tres...' ha cerrado temporada y sus decorados se encuentran vacíos. Así, se dio la oportunidad a un formato que había triunfado en Italia y cuyo modelo se trasladó a nuestro país de la mano de Sergio Japino. El 8 de mayo se estrena '¡Hola Raffaella!', un espacio que esperaba contar con diez emisiones y cuyo éxito hizo que se prolongara más y más, hasta 1994.

'¡Hola Raffaella' era un clásico show de variedades en el que teníamos ingredientes de sobra conocidos para el receptor de la época. Se trataba de un programa en directo, con unas gradas bien rebosantes de público entregado, por el que desfilaban famosos de toda índole que participaban de la actividad del programa con muy buen humor. Teníamos música, magia, humor... y un fabulosa presentadora.

El mérito de la Carra

De repente, descubrimos que la cantante de 'Hay que venir al sur' no sólo era una maga de fuerza incontestable en un escenario, que nos hacía sacudir las caderas al ritmo de sus frenéticas melodías. También era una conductora poderosa, que sabía transmitir su carisma con cada uno de sus invitados.

Holaraffaela

Y todo ello, gracias a una cualidad que nunca puede faltar a quien quiera tener la responsabilidad de estar frente a las cámaras. Su cercanía con el espectador nos empujó a adorarla en esta nueva faceta en la que la veíamos como alguien natural, amable, espontáneo, cariñoso... con esta cosa de los presentadores de la tele a los que nos gustaría poder considerar nuestros amigos.

Si fuera

'¡Hola Raffaella!' era un espacio con famosos, con entrevistas, con música, humor... todos los géneros que pueden deleitar al público. Pero, seguramente, si por algo se hizo inmensamente poular fue por aquel concurso en el que los espectadores debían adivinar un personaje famoso a través de peculiares pistas.

¿Qué sería si fuera un color, un paisaje, una comida, una película...? La creatividad se ponía de parte de los más osados y permitía que nuestra imaginación volara de la mano de unas comparaciones que, en ocasiones, eran bastante locas y, casi siempre, conseguían despertar nuestra risa. El peso de esas preguntas corría a cargo de los invitados que participaban en uno de esos concursos a los que el espectador juega desde casa.

Colaboradores

Como en un late night de los triunfan en la parrilla, '¡Hola Raffaella' no sólo se sostenía en la figura de su presentadora, sino que contaba con una buena recua de colaboradores que hacían de las secciones algo mucho más ameno y variado. Todos recordamos a la divertida (y en aquel entonces, provocativa) Loles León, que mostraba su vis cómica sin tapujos.

Otro de los fijos era Marianico el Corto, por aquel entonces, uno de los humoristas más habituales de galas y saraos catódicos, que siempre se las apañaba para contar chistes que hacían troncharse al público. Por último, no podemos dejar de mencionar a otro fijo de esta producción, el hipnotizador Tony Kamo, que nos dejaba con la boca abierta en una etapa televisiva en la que la inocencia como espectadores siempre jugaba a favor.

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'La hormiga Ferdy', Nostalgia TV

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Ferdy

La nostalgia es un sentimiento muy de domingo: en cuanto llega este día ya estamos sintiendo morriña por el finde que se va. Por eso en ¡Vaya Tele! dedicamos este día a rememorar nuestros recuerdos televisivos; algunos, escondidos en algún recóndito lugar de nuestra memoria. Ni siquiera somos conscientes de que están ahí, porque nunca volvemos a pensar en ellos.

Pero basta una canción para reavivarlos. Sí, puede que muchos no sepáis quién es 'La hormiga Ferdy' porque ni siquiera habíais nacido, criaturas. Pero los de la Generación Bola de Cristal -va por nosotros- canturreábamos cada sábado, después del telediario, esta melodía...

Un personaje casi centenario

"Ferdy es valiente, Ferdy, inteligente, tiene gran valor, (Ferdy es valienteee)

Es el más querido, Ferdy, por sus amigos, él es el mejor (el mejooooor)"

El daño ya está hecho: no os la podréis quitar de la cabeza en una semana. Muchos habréis descubierto que os la sabíais, palabra por palabra. Pero vuestro recuerdo del "simpático" personaje va a cambiar, os lo aseguro. Los que no sabéis nada de Ferdy os estaréis imaginando la típica serie blanca y ñoña. La historia de unos insectos que son amigos, viven el el bosque y se ayudan los unos a los otros. Básicamente ese sería el storyline.

Pero Ferdy era mucho más subversivo que todo eso, como veréis. Antes, repasemos la historia del personaje, que no nació como serie animada, sino como protagonista de una viñeta en una revista checa en 1927. Se llamaba Ferda y sus historias eran para adultos. En 1933, con la guerra como tema principal de sus metáforas gráficas, Ferda pasó a publicarse en un periódico. En 1936 su creador, el ilustrador Ondřej Sekora, lo adaptó al público infantil en una serie de libros.

Y entonces le llegó la fama: película con marionetas, historias narradas para gramófono... Y, con casi 60 años, su propio show en televisión o una representación musical en la Ópera de Praga. Fueron los alemanes y no los checos los que en 1984 adaptaron el personaje a serie infantil de 26 capítulos y la llamaron Ferdinand ('Die grosse Abenteuer des kleinen Ferdinand'). A España llegó como 'La hormiga Ferdy' cinco años después para sustituir a un mítico: 'Isidoro'. Por supuesto, en TVE, porque aparte de algunas autonómicas, no había otra cosa: primero en la 1 y, en 1990, en La2.

¿De qué iba Ferdy?

Ferdy es una hormiga macho, "alegre y servicial". Vive en el bosque, junto a otros insectos perfectamente organizados en una microsociedad, que contaba, incluso, con su propia policía. Su medio perro medio mariquita Fisgón, su mejor amigo, el escarabajo Torpón, su caballo-saltamontes o la araña Arámbula eran otros de los protagonistas. Ferdy y el resto -o al menos esa era la intención al convertirla en serie infantil- nos enseñaban los típicos buenos valores: respeto, amistad, solidaridad...

Pero habría que añadir algunos matices a este argumento. Sí, era la historia de unos bichos y su día a día en el bosque. Sí, transmitía buenos valores. Pero también tenía un lado Thug Life que jamás entendí cuando era pequeña; momentos en los que Ferdy se ponía macarra. Cierto que ayudaba a sus amigos y con su servicio de reparación de electrodomésticos, que, en contra de toda lo que la economía nos ha enseñado sobre oferta y demanda tenía éxito, prestaba un servicio a esta pequeña sociedad (porque nunca se le vio cobrar por ello).

Hasta aquí todo bien. Pero cuando la supervivencia estaba en juego, o a veces por muchísimo menos, Ferdy recurría a métodos poco ortodoxos. Por eso es tan irónico que el ABC recogiera así la noticia de su estreno: "Este tipo de dibujos parece responder a los deseos de la Comisión de Control Parlamentario de RTVE, que se ha mostrado partidaria de evitar los mensajes violentos e insolidarios en los programas infantiles". Juzguen ustedes mismos. Esto es lo que hace Ferdy con tipejos como Óscar, el caracol, que roncan demasiado fuerte.

Ferdy Bomba Tengo una idea: metámosle esta bomba en su concha para que salga corriendo y se largue de aquí

Al bueno de 'Bob Esponja', por muchísimo menos que esto le acusaron de exaltación del terrorismo. Imaginaos si esos que se chivaron de Bob vieran esta escena o el uso y abuso de tabaco, alcohol y benzodiacepina (sedantes varios) de la araña Arámbula (todo por los ronquidos).

Ferdy Drogas El botiquín de Arámbula la araña

Sin embargo, Ferdy y sus amigos no eran los malos. Las malas eran las libélulas. Que, por cierto, además trabajaban como aviones (Libélulas Líneas Aéras) que comunicaban el aeropuerto con distintas zonas de este micromundo. Tampoco eran la única amenaza: repito, no iba de unos amiguitos que vivían en paz y en armonía; a veces se querían comer los unos a los otros, como es natural. "A todos nos llega nuestra hora", reconocen en un episodio. Rodeado de insectos más grandes que tú y otros enemigos, eso puede ser en cualquier momento.

Menos mal que de vez en cuando Ferdy lanzaba un mensaje pacifista como "no podemos permitir que se ahogue" después de enredarle las alas a una libélula y tirarla a una charca. Pero cuando se trataba de sobrevivir, Ferdy no siempre mostraba piedad: reduce a su némesis, el oso hormiguero, atando su lengua a un tronco (sí, al parecer lo de enredar era su marca personal).

Pese a que nos la venden como un personaje alegre viviendo mil aventuras también tenía muchos momentos depresivos. Ferdy estaba enamorado de Gwendolin, una mariquita rubia, egoísta y presumida que le humillaba constantemente dejándole claro que estaba fuera de su liga mientras él se desvivía por ella. Y lo asumía con resignación, como un deber: "Las cosas que tiene uno que hacer por complacer a una dama".

A nivel de calidad artística, no es muy diferente del resto de dibujos de la época. Por temática y "escenarios", es fácil relacionarlos con otros como 'La abeja Maya' o 'Belfy y Lillibit'. Eso sí, el doblaje es bastante lamentable y la mayoría de las veces ni siquiera mueven la boca cuando hablan. Bendita inocencia la nuestra, que nos parecía todo bien.

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'Batman', Nostalgia TV

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Batmanyrobin

Batman es, ahora mismo, sinónimo de la oscuridad en los superhéroes, de justicieros torturados que asumen la labor de limpiar su ciudad de criminales porque lo consideran su deber, pero es un deber que pesa enormemente sobre sus cabezas. El hombre murciélago ha podido volverse un caballero oscuro muy serio, pero en sus primeras encarnaciones televisivas estaba más cerca del 'The Flash' de The CW que de 'Batman v Superman'.

En 1966, ABC estrenaba 'Batman', una serie que, inicialmente, había sido pensada para ser un serial de aventuras juveniles del sábado por la mañana, como 'Adventures of Superman', con George Reeves, en CBS, pero que ABC prefirió pasar al prime time y darle un tono similar al de las series de espías que estaban de moda en la época. Ahí está la clave de este 'Batman'; no se tomaba a sí mismo demasiado en serio.

'Batman', todo por la diversión

No es que fuera 'Superagente 86', pero este 'Batman' retenía las constantes no sólo de los cómics de la época, sino que era mucho más una comedia que un drama. Estuvo nominada, de hecho, al Emmy a mejor comedia en 1966. La sobreimpresión de las onomatopeyas cada vez que Batman y Robin se liaban a puñetazos con algún villano, la narración en off y su "a la misma Bat-hora en el mismo Bat-canal"... Cincuenta años después, todo nos parece muy kistch y risible, pero entonces nadie pensaba que estaba haciendo una versión de 'Hamlet' con mallas.

Su sintonía ya indicaba que era una serie para toda la familia y muy orientada a los niños, con mensajes a veces sobre la importancia de ponerse el cinturón de seguridad, por ejemplo, y también intentaba enganchar al público con cliffhangers constantes. Que solían consistir en alguno de los héroes a merced del villano de turno, en una situación que parecía completamente desesperada.

'Batman' apostaba por la diversión para toda la familia, sin tomarse nunca a sí misma demasiado en serio

'Batman' seguía casi siempre un esquema muy establecido para sus episodios, de media hora. Un villano aparecía en Gotham y sobrepasaba la capacidad de la policía, que utilizaba un teléfono rojo para pedir ayuda a Batman. Ahí veíamos como Bruce Wayne y Dick Grayson bajaban a la Batcueva por unas barras como las de los bomberos, se metían en el Batmóvil y se iban a investigar el caso y, al final, se peleaban con el malo y lo derrotaban. Todo regado por brillantes colores, música optimista y una colección de actores bastante notable.

Quien se hizo más famoso de todos fue Adam West, totalmente encasillado como ese Bruce Wayne/Batman un poco camp y caracartón, pero geneeraciones de niños pasaron a idolatrar también a Julie Newmar como Catwoman, a Burt Ward como Robin, Frank Gorshin como Enigma, César Romero como el Joker o actores bien conocidos por los aficionados al cine como Burgess Meredith (Pingüino) o los tres que se rotaron para dar vida a Mr. Freeze: George Sanders, Otto Preminger y Eli Wallach. Además, durante la tercera temporada, 'Batman' tuvo a auna actriz negra dando vida a Catwoman, Eartha Kitt, algo poco habitual en la época.

Un éxito duradero

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'Batman' fue un gran éxito desde el principio. Durante sus dos primeras temporadas, ABC la emitía dos días por semana (en parte, porque eran los únicos huecos libres en su parrilla), lo que favorecía que todos sus episodios fueran dobles (de ahí sus cliffhangers finales). Incluso llegó a tener versión en cine entre la primera y la segunda temporada, una película que, en realidad, se había concebido para que se estrenara antes y, de algún modo, sirviera para familiarizar a la audiencia con la serie. También se pensó como promoción de 'Batman' fuera de Estados Unidos.

Aquellas dos primeras temporadas, con su tono de los seriales cinematográficos de los 40, no sólo convirtieron la serie en un fenómeno popular, sino que fueron sus puntos más altos. Curiosamente, las audiencias decayeron enormemente en la tercera temporada, y ni la introducción de Batgirl ayudó a parar ese declive. Los episodios de aquella temporada pasaron a ser autoconclusivos y a emitirse sólo un día a la semana, y también fueron volviéndose cada vez más absurdos y alocados, y con mayores referencias a lo que estaba de moda a finales de los 60.

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'Batman' acabaría cancelada al final de aquel año. La NBC hizo un intento por rescatarla, sólo para descubrir que los platós de rodaje habían sido desmantelados, así que las aventuras del hombre murciélago en televisión se quedaron ahí. Al menos, en acción real, porque en dibujos animados volverían por todo lo alto con 'Batman, la serie animada'.

La serie de 1966 puede verse ahora como demasiado naif, sobre todo teniendo en cuenta la relevancia que se le da a que las historias de superhéroes sean oscuras e intensas, pero su legado se mantiene, aunque sea en forma de memes de Batman y Robin huyendo a la carrera de todo tipo de amenazas. La clave de lo que hacía a 'Batman' ser como era la daba la propia película de 1966, al empezar con este rótulo en pantalla:

"A ellos, a los amantes de la aventura, amantes del escapismo puro, del entretenimiento sin adulterar, amantes de lo ridículo y lo raro, a los amantes de la diversión en todas partes... Esta película está dedicada respetuosamente a ellos".

Como curiosidad, el doblaje español de la serie tenía una nota destacable: la voz de Batman la ponía Constantino Romero.

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'Hércules: sus viajes legendarios', Nostalgia TV

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Nuestro Nostalgia TV nos sirve para recordar todas esas series con las que hemos crecido y que nos han educado en la pasión seriéfila. Y hemos visto de todo: drama, romance, terror, thriller... Hasta una serie que coge como punto de partida los mitos griegos y romanos y los reconvierte en capítulos muy parecidos a los de 'El equipo A'. ¿No os lo podéis imaginar? Así era 'Hércules: sus viajes legendarios'.

El origen

Todos sabemos quién es Sam Raimi, el responsable de 'Posesión infernal' y de grandes contenidos audiovisuales como las sagas de 'Spiderman'. En televisión, por supuesto, también ha hecho sus pinitos. Y no hablamos de la maravillosa 'Spartacus', sino de una gran oportunidad que se presentó a principios de los 90, cuando pudo crear cinco telefilmes con la figura de Hércules como protagonista.

Junto a su socio Robert Tapert, Universal les encargó cinco historias para las que contaron con el actor Kevin Sorbo (quien repetiría en la serie) y que, según cuenta la leyenda detrás de la serie, fue escogido por su físico, por recordar a los productores ejecutivos a Joe Montana, el jugador de fútbol americano que se convirtió en un héroe para su país.

El éxito de los telefilmes generó el siguiente paso: una serie de televisión que contó con 6 temporadas y 111 capítulos, que se estrenó en 1995 y que, en nuestro país, pudimos ver en TVE a partir de 1997, en una emisión de esas machaconas en las que la repetición de episodios es un bucle en el que es mejor no preguntar por la continuidad y otras sutilezas.

¿Mitología romana?

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Si nos ponemos a definir una serie como 'Hércules', las palabras más sencillas que nos vienen a la mente son: "es la adaptación de las aventuras del personaje de la mitología romana". Pues, en fin, esto es tan verdad como mentira y si habéis visto la serie seguro que sabéis a qué me refiero. Hércules es uno de los personajes más importantes de la tradición clásica, pues es un semidiós, dotado de una gran fuerza y otras virtudes, sí.

Pero de ahí, a decir que esta serie nos contaba la mitología clásica hay un trecho muy largo y con muchas curvas. Para empezar, se mezclaban la tradición romana y griega a placer, uniendo nombres de personajes que pertenecen a cosmogonías diferentes. Salían todos los dioses, los héroes, las leyendas... y podíamos ver en ellos un reconocimiento de la historiografía, pero las aventuras y los personajes aparecían sin ton ni son, y sin respetar sus orígenes.

Entendámonos, esta serie no quería ilustrarnos sobre la religión clásica, sino aprovechar unos básicos conocimientos generales y un potencial dramático y de acción enormes para llevarnos a aventuras de 40 minutos con las que disfrutar plenamente sin plantearnos ninguna cuestión histórica. A esta parte tan lúdica contribuían todos los efectos especiales y los monstruos de serie B que nos acompañaban, un deleite para los seguidores más kitsch.

Aventuras y personajes

Hercules

Así, las tramas de cada episodio nos contaban la llegada de Hércules y su compañero Iolaus a un poblado en el que una cuestión sobrenatural (pero tratada desde la normalidad del que vive con ello) complicaba la vida de los habitantes. También había una trama "horizontal" que nos hablaba de las venganzas que Hera, la esposa de Zeus, iniciaba contra Hércules por ser éste hijo del dios con la humana Alcmene.

En fin, los personajes tampoco eran ninguna maravilla narrativa así con recovecos, matices, luces y sombras. Teníamos a Hércules que, básicamente, era perfecto, y a su escudero Iolaus que era un poco menos perfecto pero que junto a Hércules aprendía lo poco que le hacía falta para crecer. Después, había un sinfín de secundarios que, con el paso de los capítulos, volvían a aparecer y que protagonizaban muchas escenas cómicas y divertidas, generaban nuevos conflictos y daban vidilla a una serie en la que no faltaba ni un ingrediente.

'Hércules, sus viajes legendarios' no es la mejor serie de la historia, ni lo pretendía. No respetaba las épocas ni las referencias históricas, contaba con personajes planos, cuadriculados, con malos muy atroces y monstruos de toda índole. Y aún así, consiguió ganarse un hueco en nuestros corazones. Y es que muchas veces, la pasión y vitalidad que despierta una ficción puede más que todos los elementos de engranaje que queramos incluir.

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'Rex, un policía diferente', Nostalgia TV

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RexUnPoliciaDiferente

Igual que hay días que están hechos para pasarlos frente a la televisión, con el cerebro en punto muerto, hay series hechas para esos días. Probablemente no fuerais muchos los que siguierais 'Rex, un policía diferente' como auténticos fans, sin perderos un capítulo. Pero todos hemos caído en ella alguna vez, víctimas del zapping y del aburrimiento dominical. Antena 3 y después Telecinco cubrieron con ella muchas tardes de fin de semana.

Porque 'Rex' era facilona y no sólo por su naturaleza procedimental. También narrativamente. Los momentos cómicos de Rex en los que demostraba sus habilidades y vacilaba a toda la oficina o todos esos gags perpetuando el estereotipo del policía devorador de donuts aligeraban la carga dramática y le daban ese punto de humor llano. Pero el drama estuvo presente desde el mismo momento de la presentación del "personaje".

Rex y sus amigos (y enemigos)

A poco que os gusten los perros sentiréis empatía por 'Rex' desde el minuto uno de la serie. En el episodio piloto estrenado en 1994 en la televisión alemana, ya nos roba el corazón cuando le vemos llorar junto al cuerpo abatido de su compañero durante una persecución policial.

Así nace la amistad/camaradería laboral entre Rex y su nuevo compañero, a partir de ese momento protagonista durante tres temporadas, Richard Moser (Tobias Moretti), que se vuelca en salvar al perro, hundido en una depresión: se niega a comer ni a beber. Pero, como ya habréis adivinado, al final es Rex quien salva a Moser, que también está pasando lo suyo emocionalmente porque como buen personaje de serie policíaca, está divorciado, se alimenta de comida basura y su vida sentimental es un caos.

Es una bonita relación simbiótica la que tienen can y policía: trabajan juntos, viven juntos y el perro se dedica a gastar bromas a todo el mundo o a cortarle el rollo a Richard cuando liga. Pero desde el cariño. Hasta que esta amistad se trunca en la cuarta temporada y Rex se ve forzado a cambiar de compañero. Otra vez.

Y diréis: ¿cómo consiguen salvarle de nuevo, con lo mal que lo pasó la primera vez? Porque Alexander Brandtner (Gedeon Burkhard), su nuevo compañero, había perdido a su perro en una operación. Los caminos de la vida son inescrutables. En la octava temporada Rex estrena nuevo socio/entrenador, pero sin trauma de por medio. Aunque en realidad hace tiempo que ni siquiera es Rex. Su hijo tomó el relevo en la serie. Pero nosotros, claro, ni nos enteramos. También fue el prota de la secuela, 'Rex: el regreso' y de la tv-movie, Baby-Rex.

Otros perros televisivos

No es el único perro al que la televisión ha convertido en estrella. El elegante collie llamado Lassie también era la auténtica protagonista en la serie a la que daba nombre. Se estrenó en 1954 (la original), pero en casi 20 años en el aire en los que pasó del blanco y negro al color, suponemos que también hubo otras Lassies.

Otros quizás no fueran tan inteligentes ni tuvieran un papel tan destacado; ni siquiera eran perros de verdad... pero fueron las mascotas de toda una generación, como Sprocket ('Fraggel Rock') o Don Pelanas ('Dabadabadá'). A nivel regional, os diré que teníamos una más: Babalà, el perro de 'A la Babalà', después 'Babalà Club', el magazine infantil de Canal 9 presentado (al principio) por María Abradelo, nuestra particular Leticia sabater.

El que estaba tan bien entrenado como Rex era Cook, a.k.a. Valentín en 'Aquí no hay quien viva', Camilo en 'La que se avecina' y Pancho, en su propia película o en los anuncios de Lotería Nacional. Qué triste casualidad que ahora que hablo de él descubro en esta noticia de El Mundo que murió esta misma semana.

Pero para no quedarnos con este mal rollo, os dejo con un recuerdo mucho más feliz: la bizarra relación de Jake y Stella en 'Modern Family'. Por cierto... ¿alguien se había dado cuenta de que la sustituyeron por otra en la cuarta temporada? Afortunadamente Briggite (así se llama) no ha muerto, sino que ha cambiado de representante.

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'Avatar, la leyenda de Aang', Nostalgia TV

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Avatar

A principios de la década de 2000, la cadena Nickelodeon buscaba una serie de aventuras y magia que aunara de algún modo las sagas de Harry Potter y 'El Señor de los Anillos', pero orientada a un público más infantil. La idea que Bryan Konietzko y Michael DiMartino presentaron iba un poco más allá de lo que la cadena buscaba, y daría pie a una de las series de animación de más éxito de los últimos tiempos.

'Avatar. La leyenda de Aang' ('Avatar. The last airbender') llevaba a los espectadores a un mundo cuidadosamente construido en el que algunas personas desarrollaban la capacidad de manejar alguno de los cuatro elementos fundamentales, el agua, la tierra, el fuego y el aire. Esos maestros se agrupaban en naciones de cada elemento y, en cada generación, nacía uno que tenía la capacidad de controlar los cuatro. Esa persona era el avatar, y su misión era mantener el equilibro en el mundo.

Las aventuras infantiles de 'Avatar'

'Avatar. La leyenda de Aang' se estrenó en Nickelodeon en 2005 y fue un gran éxito desde el primer momento. Arrancaba mostrando ese mundo en guerra por el ansia expansionista de la Nación del Fuego, y con el avatar desaparecido. Éste es un joven maestro del aire llamado Aang, que se pasa años congelado en un iceberg hasta que lo rescatan dos miembros de la Tribu del Agua, Katara y Sokka. Acompañado por ellos, Aang emprende un viaje para dominar los otros tres elementos y, así, enfrentarse finalmente a Ozai, el Señor del Fuego.

'Avatar' tiene tres temporadas, o "libros", en las que vemos no sólo los viajes de los tres protagonistas, sino la persecución de Aang a cargo de Zuko, hijo del Señor del Fuego, expulsado de su tierra, que cree que podrá regresar triunfalmente si es capaz de apresar al avatar. La serie establece cierto paralelismo entre las peripecias vitales de Zuko y Aang, que tienen que averiguar qué tipo de personas quieren ser, y están llamados a ser, antes de poder asumir sus destinos. Y lo hace de una manera muy entretenida y ligera.

O ligera al principio, porque algo que 'Avatar' hace con mucha destreza es ir añadiendo algunos toques un poco más serios y un poco más adultos, como si dijéramos, conforme avanzan sus temporadas. Al fin y al cabo, la Nación del Fuego exterminó a todos los maestros del aire para intentar acabar con el avatar, y cada vez que Aang hace pleno uso de sus poderes se convierte en un ente tan fuerte, que hasta puede dar un poco de miedo.

Pero esos tonos están debajo de aventuras en las que se aprecia que Aang, Katara y Sokka son todavía unos niños. La idea inicial de Konietzko y DiMartino de que la "magia" de su mundo fuera mucho más tangible, que fuera una habilidad que se tiene que aprender a utilizar como si fuera un arte marcial, y lo envolvieron todo en claras influencias de la filosofía oriental y de la animación japonesa. La sombra de las películas del Studio Ghibli (especialmente, 'La princesa Mononoke') se nota claramente en 'Avatar'.

Películas y secuelas

Korra

Como decíamos, 'Avatar. La leyenda de Aang' fue un enorme éxito para Nickelodeon entre 2005 y 2008, y hasta llegó a ganar un premio Peabody. Así que no era extraño que Hollywood quisiera aprovecharlo transformando la serie en una película de acción real. 'Airbender: El último guerrero', de M. Night Shyamalan, no fue, sin embargo, del gusto de prácticamente nadie. Fue acusada de whitewashing al buscar actores caucásicos para papeles que, en la serie, eran personajes inuit u orientales, y la historia dejaba de lado el mensaje de tolerancia y equilibro de la serie en favor de aventuras de acción y efectos especiales.

La influencia de los animes y de Hayao Miyazaki se nota mucho en 'Avatar. La leyenda de Aang'

Pero aunque la película resultara un fracaso, Nickelodeon quería seguir viviendo un poco más en el mundo de 'Avatar' y, en 2012, Konietzko y DiMartino estrenaron una secuela de la serie, 'La leyenda de Korra', cuya protagonista era la siguiente en la línea de los avatares, una adolescente un poco mayor que Aang y que vivía en un mundo un poco más urbano. La serie profundizaba más en el mundo presentado en 2005 y, al elevar la edad de sus protagonistas, se permitía lanzarlos a unas aventuras un poco más serias.

Los dos títulos, 'Avatar. La leyenda de Aang' y 'La leyenda de Korra', conforman uno de los universos de aventuras infantiles-juveniles mejor construidos de los últimos tiempos, llenos de personajes memorables y con una animación de primer nivel, sobre todo en la segunda serie. Además, las dos han continuado en cómics y videojuegos, y sus fans despliegan en internet un gran talento para las ilustraciones y, por supuesto, los fanfics.

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'Agujetas de color de rosa', Nostalgia TV

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Agujetas Logo

Los que hayáis visto esta telenovela, o simplemente un anuncio de la misma, puede que sufráis ese misterioso hechizo que tienen las canciones pegadizas y quizá, cuando habéis leído el título del artículo de hoy no habéis podido evitar cantar: "Agujetas de color de rosa y un sombrero grande y feo...". Esta canción nos marcó y también la telenovela de la que vamos a hablar: 'Agujetas de color de rosa'.

Telenovela infantil

La telenovela es el género por excelencia de una parte de la televisión hispanoamericana. No, no es cierto, porque los ingleses han tenido, tienen y tendrán culebrones, los americanos también y nosotros, cuando hemos podido rentabilizar una serie de taitantos capítulos lo hemos hecho de mil amores. Pero sí es cierto que en países como Venezuela, México o Colombia han hecho un arte de esta palabra.

Se trata de series familiares, con secretos oscuros y sórdidos, paternidades no reveladas, buenos que sufren mucho y malos a los que su ira no deja ni respirar. Y hay de muchos tipos. También para niños, jóvenes y adolescentes. En los últimos años, nos hemos rendido a fenómenos como 'Rebelde Way', 'Patito feo' o 'Violetta', pero si hay una telenovela que marcara las sobremesas de muchos de nosotros, ésa fue 'Agujetas de color de rosa' que se emitió en 1994 por TVE.

Patinaje artístico, el invitado sorpresa

La trama en sí misma no tiene mucho de particular y, seguramente, os recuerde a muchas historias de este tipo. Nuestros protagonistas son la familia Armendares que nada más arrancar la serie sufren un zasca de los buenos: el padre de familia muere y la buena situación económica en la que viven se desvanece. Y todo por culpa de la madre del padre muerto, o sea, de la abuela, que los odia a todos, nuera y nietos, y al abogado que supuestamente debe defender los intereses de los Armendares pero que juega sucio posicionándose a favor de la abuela.

Y luego hay dos niveles de tramas: las adolescentes y las adultas, aunque su desarrollo suele ir unido y pasar por las mismas paradas: todo se comportan igual y se dejan llevar por el amor y todo lo que éste puede traer de bueno. Hay celos, envidias y demás. Sólo una cosa puede diferenciar los dos mundos: los adolescentes conservan intactos sus sueños y eso les hace avanzar y ser personajes proactivos.

Protas

Pero 'Agujetas de color de rosa' tenía una cosa especial. Su protagonista quería ser patinadora sobre hielo y este deporte, de hecho, fue uno de los grandes alicientes para ver la serie, pues nos permitía disfrutar de otras tramas derivadas de la competición, el éxito, los accidentes y las piruetas que brillaban bajo la luz de los focos.

Personajes recordados

La protagonista de la historia era Paola, a la que daba vida la actriz Natalia Esperón, quien llevaba esas agujetas (qué risa cuando descubrimos que querían decir "cordones") y quien parecía tenerlo todo para triunfar. Se enamoraba de un apuesto muchacho: Martín Dávila, en la piel del que se ponía un actor con el sonoro nombre de Flavio César.

Otro de los puntos fuertes de la serie era, de hecho, la carrera artística de su prota masculino. Martín quería ser músico, cantante, y su ambición, junto a la de Paola, nos daban momentos tiernos y alegres. No todo el mundo era bueno, claro está, aunque recordemos que al ser una telenovela juvenil, no había acciones demasiado horribles (si no os parece que provocar un accidente del que tu mejor amiga queda en silla de ruedas es algo bastante tremendo) y todos los malos, antes o después recibían su castigo.

No podemos olvidar la participación de la estupendísima Angélica María, toda una de las grandes damas de la telenovela mexicana, que daba vida a esa matriarca Armendares que lo daba todo por sacar a sus hijos adelante.

La canción

Casi más famosa que la propia telenovela fue la sintonía que acompañaba a la serie y de la que no podemos dejar de hablar. Se trata de una versión que cantó el grupo Curvas peligrosas pero que se remonta a un tema en inglés de 1959: 'Pink Shoelaces', que interpretaba Dodie Stevens. La banda sonora original de la serie estuvo protagonizada por éste y otros temas que cantaban los actores y algunas celebridades juveniles de la época y fue todo un éxito de ventas.

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'Gente joven', Nostalgia TV

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Gentejoven_Nostalgiatv

Nuestra sección de los domingos viaja hoy a un tiempo muy muy lejano: la televisión de las dos cadenas. Y más aún, al inicio de la transición. 'Gente joven' se estrenaba en un momento convulso de nuestra historia: el mismo año que moría Franco. Empezó un domingo, pero iba variando de día de emisión durante los trece años que estuvo en antena, desde 1975 hasta 1987.

Así que si pensabais que 'OT' o 'Tú sí que vales' habían inventado algo, estáis muy equivocados. Desde que existe la televisión, existen los talents: 'Salto a la fama' (1963) fue el primero. Pero vendrían muchos después. 'OT' volvió a poner el género de moda, y la fórmula iba variando, mientras se buscaban nuevas formas de explotarla: cantar, bailar, cocinar...

Un programa para los jóvenes

Gentejoven_Bailes

Los jóvenes talentos. Porque los jóvenes espectadores no tendrían mucho interés en ver cantar a María del Monte o ver bailar jotas. Otra cosa es que no tuvieran más donde elegir. 'Gente joven' fue un escaparate para muchísimos artistas; un laboratorio de nuevos talentos. Unos cantaban, otros bailaban. Y en cada disciplina también había categorías: canción ligera (que no era en absoluta ligera), canción española, baile flamenco, regional... Hasta una competición de tunas. La categoría variedades equivalía a una versión sintetizada de 'El Semáforo', otro programa con el que TVE que encontró la forma de darle una nueva lectura a una vieja idea.

Comparte la mecánica habitual de los talents de hoy en día: el jurado (menos circense), la competición hasta la final y el ganador al que después le llueven los contratos discográficos. La única diferencia es que eso no eran parte del premio. Los que valían, acababan triunfando. Y la prueba es que OT sólo dio un par de hitazos. De 'Gente joven' han salido muchos artistas que después han tenido largas carreras musicales.

La esencia es la misma, eso sí: espectáculo, competición y sueños. Sólo que entonces todo era mucho más auténtico: hasta esa cabecera con sabor funky (que fue variando con el paso de los años, como el decorado, los presentadores o los rótulos) se tocaba y cantaba -por El Trío La la la- in situ. Y los artistas contaban con una orquesta para dar mucho más lustre a su actuación.

Cantera de talentos

Por el plató de 'Gente joven' en Prado del Rey (a veces también itinerante) pasaron artistas que llegarían a ser muy famosos, pero que entonces eran completos desconocidos. El programa se puede atribuir el mérito de haber contribuido a la formación de Mecano. Al concurso se presentó Jose María Cano con su guitarra y una versión de un tema de Aute; Ana Torroja hacía los coros y Nacho Cano aún no había descubierto los teclados y se limitaba a acompañar con una segunda guitarra. Pero después de presentarse en sociedad, formaron uno de los grupos con más trayectoria del pop español.

La lista es larga, tanto entre los participantes como los artistas invitados, que acababan de empezar su carrera y allí se hicieron más populares: Francisco, la bailaora Sara Baras, María del Monte o Isabel Pantoja en la categoría de canción española o el que luego sería el único cantante español de la formación Il Divo. Otros que no han sido tan populares pese a tener una gran trayectoria artística -original, eso sí- como Curro Savoy: el único hombre capaz de silbar con reverb. Y hacia dentro. Hizo del silbido su profesión, trabajando en multitud de películas como silbador (tal cual) y silbaba como nadie la mítica banda sonora de El bueno, el feo y el malo.

Además del propio logro de permanecer trece años en antena, consiguió una media de ocho millones de espectadores, aunque es cierto que no había más competencia que el segundo canal. Pero algunas semanas llegó a números más altos que el 'Un, dos, tres' y otros buques insignia de la cadena, como 'Informe semanal'. Por no hablar de haber sido el principal inspirador de otros que repitieron éxito y que fueron, en su momento, fenómenos de audiencia y de popularidad: todos sufrimos aquella Navidad con el villancico de los triunfitos y Rosa, esa anónima pollera, se convirtió en Rosa I de España y VII de Eurovisión.

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'Don Quijote de la Mancha', Nostalgia TV

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Quijote

Este año se conmemora el IV centenario de la muerte de uno de nuestros autores más importantes, influyentes y universales. Miguel de Cervantes poco podía imaginar que cuando escribió 'Don Quijote de la Mancha' dejaría para la posteridad una obra que ha marcado un antes y un después para la historia de la literatura. Y que la televisión no ha dudado en inmortalizar.

Una producción con historia

Llevar la obra de Cervantes a todo tipo de público siempre ha sido una aspiración par los responsables de los estamentos de cultura de nuestro país. Las adaptaciones para cine o televisión se han producido y, estamos seguros, se seguirán produciendo. Pero, en 1979, se vivió un momento clave para este mundo, pues se estrenó una versión catódica de 'Don Quijote de la Mancha' de dibujos animados pensada para niños.

En 1978 se ideó este impresionante proyecto. El objetivo era crear una obra de divulgación que permitiera que los más pequeños pudieran acercarse a una de las obras más fundamentales de nuestra tradición gracias a la simpática trasposición en figuras animadas. Así, la empresa Cruz Delgado-José Romagosa empezó a preparar un formato para el que se contaron con asesores en literatura como Guillermo Díaz-Paja y Manuel Criado.

Los detalles de producción nos hablan del mimo y cuidado con que se trabajó esta serie. Hubo cien dibujantes para plasmar la obra cervantina pero también todo lo que de visual tenía que ofrecer la imagen. No servía cualquier cosa. Ángel S. Chicharro fue el encargado de viajar hasta los lugares que habitó Quijote para aprender sobre las características de la zona y captar cada detalle del paisaje, que luego serían trasladados con fidelidad al papel.

Las dificultades de una adaptación

Rodilla

La producción contó con 39 capítulos que adaptaban el trabajo de Cervantes no sólo a las características del target: el público infantil; sino que también tenían en cuenta la época: la evolución de la televisión española era muy fuerte tras la transición a la democracia y se necesitaba un lenguaje que fuera capaz de conectar con los tiempos actuales y que brindara dinamismo y agilidad al producto televisivo.

Pero, de igual manera, se habían de mantener las referencias lingüísticas, sociales... que no hicieran perder la riqueza que Cervantes quiso dar a su obra, un gran ejemplo de la vida de su tiempo. Equilibrar ambos mundos se logró también gracias a lo grandioso que tiene el libro, como las aventuras figuradas en la mente alucinada de nuestro protagonista, que son una maravilla creativa, llenas de imaginación y de buen humor, también fundamental para conectar con el público.

El reparto de actores que pusieron las voces a esta mítica serie es de ésos que hacen afición, con Fernando Fernán-Gómez como Alonso Quijano y nuestro Chanquete (Antonio Ferrandis), como el fiel escudero Sancho Panza. Y la intervención de grandes actores de la época, del teatro y el cine, con un gran recorrido que les hacía sentir la importancia de esa adaptación, aunque fuera para niños.

Luces y sombras

Sancho

'Don Quijote de la Mancha' se vio en 1979 y, después, en varias reposiciones que lo acercaron a los niños de la época. Para nosotros, era estupendo poder ver una serie concebida para ser entretenida y divertida pero a la que le veíamos ya esos deseos de divulgación, de enseñarnos una parte fundamental de la tradición literaria.

En general, la crítica aplaudió la adaptación y valoró el esfuerzo creativo de una serie que fue exportada a 130 países de Europa, América y Asia. Un gran éxito fue también, sin duda, su banda sonora, que seguro muchos tenéis aún en vuestra cabeza, porque es de ésas pegadizas de verdad. Fue interpretada por la Orquesta Sinfónica de RTVE y popularizada por una versión comercial que cantó el grupo infantil Botones.

La producción también vivió sus problemas. Debido al gran volumen de trabajo que la obra necesitaba, los plazos de entrega en el proceso de producción empezaron a no cumplirse. Por lo que se tuvo que contratar a más personal que encareció los costes finales. En fin, para los espectadores, lo importante es el recuerdo de esta obra y el homenaje a todos los que pensaban que hacer animación para televisión podía tener un instrumento tan bello como la obra del Quijote.

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Cuando 'Batman' no se tomaba tan en serio a sí mismo: la mítica serie de los 60 era una adaptación "para los amantes del escapismo puro"

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Cuando 'Batman' no se tomaba tan en serio a sí mismo: la mítica serie de los 60 era una adaptación

Batman es, ahora mismo, sinónimo de la oscuridad en los superhéroes, de justicieros torturados que asumen la labor de limpiar su ciudad de criminales porque lo consideran su deber, pero es un deber que pesa enormemente sobre sus cabezas. El hombre murciélago ha podido volverse un caballero oscuro muy serio, pero en sus primeras encarnaciones televisivas estaba más cerca del 'The Flash' de The CW que de 'Batman v Superman'.

En 1966, ABC estrenaba 'Batman', una serie que, inicialmente, había sido pensada para ser un serial de aventuras juveniles del sábado por la mañana, como 'Adventures of Superman', con George Reeves, en CBS, pero que ABC prefirió pasar al prime time y darle un tono similar al de las series de espías que estaban de moda en la época. Ahí está la clave de este 'Batman'; no se tomaba a sí mismo demasiado en serio.

'Batman', todo por la diversión

No es que fuera 'Superagente 86', pero este 'Batman' retenía las constantes no sólo de los cómics de la época, sino que era mucho más una comedia que un drama. Estuvo nominada, de hecho, al Emmy a mejor comedia en 1966. La sobreimpresión de las onomatopeyas cada vez que Batman y Robin se liaban a puñetazos con algún villano, la narración en off y su "a la misma Bat-hora en el mismo Bat-canal"... Cincuenta años después, todo nos parece muy kistch y risible, pero entonces nadie pensaba que estaba haciendo una versión de 'Hamlet' con mallas.

La sintonía del opening ya indicaba que era una serie para toda la familia y muy orientada a los niños, con mensajes a veces sobre la importancia de ponerse el cinturón de seguridad, por ejemplo, y también intentaba enganchar al público con cliffhangers constantes. Que solían consistir en alguno de los héroes a merced del villano de turno, en una situación que parecía completamente desesperada.

'Batman' seguía casi siempre un esquema muy establecido para sus episodios, de media hora. Un villano aparecía en Gotham y sobrepasaba la capacidad de la policía, que utilizaba un teléfono rojo para pedir ayuda a Batman. Ahí veíamos como Bruce Wayne y Dick Grayson bajaban a la Batcueva por unas barras como las de los bomberos, se metían en el Batmóvil y se iban a investigar el caso y, al final, se peleaban con el malo y lo derrotaban. Todo regado por brillantes colores, música optimista y una colección de actores bastante notable.

Batman66

Quien se hizo más famoso de todos fue Adam West, totalmente encasillado como ese Bruce Wayne/Batman un poco camp y caracartón, pero generaciones de niños pasaron a idolatrar también a Julie Newmar como Catwoman, a Burt Ward como Robin, Frank Gorshin como Enigma, César Romero como el Joker o actores bien conocidos por los aficionados al cine como Burgess Meredith (Pingüino) o los tres que se rotaron para dar vida a Mr. Freeze: George Sanders, Otto Preminger y Eli Wallach. Además, durante la tercera temporada, 'Batman' tuvo a una actriz negra dando vida a Catwoman, Eartha Kitt, algo poco habitual en la época.

Un éxito duradero

'Batman' fue un gran éxito desde el principio. Durante sus dos primeras temporadas, ABC la emitía dos días por semana (en parte, porque eran los únicos huecos libres en su parrilla), lo que favorecía que todos sus episodios fueran dobles (de ahí sus cliffhangers finales). Incluso llegó a tener versión en cine entre la primera y la segunda temporada, una película que, en realidad, se había concebido para que se estrenara antes y, de algún modo, sirviera para familiarizar a la audiencia con la serie. También se pensó como promoción de 'Batman' fuera de Estados Unidos.

Aquellas dos primeras temporadas, con su tono de los seriales cinematográficos de los 40, no sólo convirtieron la serie en un fenómeno popular, sino que fueron sus puntos más altos. Curiosamente, las audiencias decayeron enormemente en la tercera temporada, y ni la introducción de Batgirl ayudó a parar ese declive. Los episodios de aquella temporada pasaron a ser autoconclusivos y a emitirse sólo un día a la semana, y también fueron volviéndose cada vez más absurdos y alocados, y con mayores referencias a lo que estaba de moda a finales de los 60.

'Batman' acabaría cancelada al final de aquel año. La NBC hizo un intento por rescatarla, sólo para descubrir que los platós de rodaje habían sido desmantelados, así que las aventuras del hombre murciélago en televisión se quedaron ahí. Al menos, en acción real, porque en dibujos animados volverían por todo lo alto con 'Batman, la serie animada'.

La serie de 1966 puede verse ahora como demasiado naif, sobre todo teniendo en cuenta la relevancia que se le da a que las historias de superhéroes sean oscuras e intensas, pero su legado se mantiene, aunque sea en forma de memes, como la imagen de Batman y Robin huyendo a la carrera de todo tipo de amenazas. La clave de lo que hacía a 'Batman' ser como era la daba la propia película de 1966, al empezar con este rótulo en pantalla:

"A ellos, a los amantes de la aventura, amantes del escapismo puro, del entretenimiento sin adulterar, amantes de lo ridículo y lo raro, a los amantes de la diversión en todas partes... Esta película está dedicada respetuosamente a ellos".

Como curiosidad, el doblaje español de la serie tenía una nota destacable: la voz de Batman la ponía Constantino Romero.

'Rurouni Kenshin': la emocionante serie del guerrero samurái, basada en una historia real, es una opción ideal para adentrarse en el fascinante mundo del anime

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'Rurouni Kenshin': la emocionante serie del guerrero samurái, basada en una historia real, es una opción ideal para adentrarse en el fascinante mundo del anime

A veces me cuesta creer que hubo una época (oscura, lo sé) de mi vida en la que madrugaba los sábados y los domingos para ver 'Rurouni Kenshin, El Guerrero Samurai' en Canal+. Pero entonces vuelvo a ojear el manga, vuelvo a ver algún episodio u OVA de la serie y entiendo por qué. Porque es uno de los mejores manganimes que ha dado la titánica industria japonesa, porque es uno de los más influyentes y exitosos y porque marcó un hito en los noventa.

Kenshin es una serie que pone de manifiesto un fenómeno muy peculiar. Personalmente lo considero el anime que me hizo entrar en el universo otaku; la serie me llevó a comprar los tomos y el manga me llevó a querer descubrir otros mangas. ¿Por qué? ¿Por qué Kenshin y no los chorrocientos episodios de 'La Familia Crece', todas las coletillas de 'Bola de Dragón', las interminables transformaciones de 'Sailor Moon' o el imperecedero opening de 'Los Caballeros del Zodiaco'? Me aventuraría a decir que estos animes que vi a edades algo más tempranas los consideraba como parte de la infancia, como parte de esa lista de dibus que seguía diariamente (siempre fuimos seriéfilos de alguna manera), a pesar de que tenían un estilo claramente distinto al resto pero común entre sí.

Fue Kenshin quien me abrió el apetito de saber, leer y ver más. Es curioso porque 'Rurouni Kenshin' es un shonen con todas las letras, un manga dirigido al público masculino y joven, con una estructura de villanos cada vez más fuertes que obligan a sus protagonistas a mejorar su técnica para seguir saliendo victoriosos. Vamos, el arquetipo de anime del que ahora huyo despavorida. Pero Kenshin tenía algo especial. Tenía una ternura y una emotividad muy presentes en la historia, y había periodos de la historia que casi encajaban más en el género del slice of life; de la cotidianidad.

Una serie histórica...

Kenshin solía ser Battosai el asesino, un implacable samurai que durante la Era Edo pone su katana al servicio de los Ishin Shishi, los patriotas de la restauración. Durante el Bakumatsu se convierte en un famoso y temido asesino, pero una vez llega la Era Meiji toma una determinación.

El personaje real en el que está basado Kenshin fue eliminado por la propia monarquía por la que había peleado, ya que le consideraban demasiado peligroso y despiadado; aquí, y por motivos que poco a poco se van descubriendo en la serie, decide no volver a matar nunca más. Se agencia una espada de filo invertido y vaga por ahí cual ronin.

La historia arranca en el año 11 de la Era Meiji, cuando Kenshin llega a Tokio y conoce a Kaoru, una muchacha huérfana y muy cabezota que regenta un dojo en peligro. Como no podía ser de otra forma, Kenshin ayuda y ella le ofrece quedarse hasta que le apetezca. Nuestro pelirrojo y afeminado protagonista quiere llevar una vida tranquila, pero desgraciadamente su pasado y su fama le ponen a él y a sus nuevos amigos constantemente en peligro.

...y emotiva

El contexto histórico (1880 aproximadamente) fue probablemente uno de sus grandes atractivos. Las tradiciones, los samurai y sus técnicas locas de lucha, las ciudades y pueblos rurales que visitaban y la cultura tradicional nipona en general no sólo eran llamativas de cara al éxito internacional, sino que también fue un factor importante para su éxito en casa.

kenshin vagabundo

Además de la ambientación, podría entrar a destacar la calidad del dibujo y la animación, los personajes icónicos y carismáticos que protagonizaban la historia y/o aparecían constantemente en la historia o de su humor tontorrón pero tremendamente efectivo que lograba arrancar unas cuantas sonrisas en cada episodio. Sin embargo, el otro factor que convierte a 'Rirouni Kenshin' en uno de los más memorables y especiales manganimes de la historia (#grandilocuencia) es su capacidad para la emoción.

Prácticamente todos los personajes de la serie (siempre existen esos terciarios accesorios que no necesitan profundidad) tenían un trasfondo dramático que movía sus acciones. Kenshin era el primero con un equipaje muy pesado, pero Watsuki encontraba siempre un elemento diferencial y sentimental que nos enganchaba a los personajes, sus dilemas y su dolor, villanos incluidos.

Las otras versiones de 'Rurouni Kenshin'

Como decía, 'Rurouni Kenshin' fue un manga de Nobuhiro Watsuki publicado en Shonen Jump entre 1994 y 1999. Contó con 22 tomos en que posteriormente serían adaptados a un anime. Como es habitual en estos casos, la serie arrancó con el manga en marcha (1996) por lo que la historia pronto alcanzaría a la publicación, forzando que el estudio tomase una decisión. Afortunadamente, en el caso de Kenshin no decidieron hacer relleno como tal, sino que a partir del episodio 63 la serie tomó su propio rumbo y continuó con su historia hasta el final en el episodio 95.

kenshin vagabundo

En 1999, un año después de que finalizase la emisión del anime, el estudio DEEN produjo un OVA (episodios directos a vídeo) titulado 'Tsuiokuhen' ('Recuerdos' en España) que se centraba en los fragmentos del manga que relataban el pasado de Kenshin como Battosai y el origen de su cicatriz en forma de cruz. Este OVA contaba con diseño elegante y adulto y un tono oscuro y trágico; es recordado por la mayoría de fans como lo mejor que se ha hecho en animación sobre el personaje.

Tres años después se produciría otro OVA. 'Seisohen' adaptaba aquellos tomos finales del manga que quedaron sin contar y que concentra en poco tiempo la historia de Kenshin con otro de los grandes villanos de la historia, Enishi. Además de esto, la serie ha tenido una reciente adaptación a imagen real en una épica e impresionante trilogía (imprescindible para los que os guste Kenshin y/o los samuráis) y una película de animación de 1997.

Lo más reciente del personaje –obviando la reedición redibujada del manga para que Watsuki siga viviendo de su único éxito- fue un remake del anime que contaba la saga de Kyoto desde otro punto de vista, el de Misao. Así vendían las dos partes con las que contaba, pero lo cierto es que 'Rurouni Kensin: Kyoto Shin-Hen' (2011) no aportaba demasiado y tenía una animación tan mediocre que pasó muy desapercibida.

En cualquier caso se entiende que sigan intentando sacar tajada de 'Rurouni Kenshin'. Ha sido un anime indiscutiblemente influyente, exitoso internacionalmente y que sigue estando en los corazoncitos de aquellos que la vivimos en su momento, y como tal comprendo que quieran hacer partícipe (y absorber) a las nuevas generaciones.

'Avatar, la leyenda de Aang': una maravillosa aventura fantástica con influencia anime que dio origen a uno de los grandes fracasos de Shyamalan y que se puede ver en Netflix

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'Avatar, la leyenda de Aang': una maravillosa aventura fantástica con influencia anime que dio origen a uno de los grandes fracasos de Shyamalan y que se puede ver en Netflix

A principios de la década de 2000, la cadena Nickelodeon buscaba una serie de aventuras y magia que aunara de algún modo las sagas de Harry Potter y 'El Señor de los Anillos', pero orientada a un público más infantil. La idea que Bryan Konietzko y Michael DiMartino presentaron iba un poco más allá de lo que la cadena buscaba, y daría pie a una de las series de animación de más éxito de los últimos tiempos.

Disponible actualmente en Netflix, 'Avatar. La leyenda de Aang' ('Avatar. The last airbender') llevaba a los espectadores a un mundo cuidadosamente construido en el que algunas personas desarrollaban la capacidad de manejar alguno de los cuatro elementos fundamentales, el agua, la tierra, el fuego y el aire. Esos maestros se agrupaban en naciones de cada elemento y, en cada generación, nacía uno que tenía la capacidad de controlar los cuatro. Esa persona era el avatar, y su misión era mantener el equilibro en el mundo.

Las aventuras infantiles de 'Avatar'

'Avatar. La leyenda de Aang' se estrenó en Nickelodeon en 2005 y fue un gran éxito desde el primer momento. Arrancaba mostrando ese mundo en guerra por el ansia expansionista de la Nación del Fuego, y con el avatar desaparecido. Éste es un joven maestro del aire llamado Aang, que se pasa años congelado en un iceberg hasta que lo rescatan dos miembros de la Tribu del Agua, Katara y Sokka. Acompañado por ellos, Aang emprende un viaje para dominar los otros tres elementos y, así, enfrentarse finalmente a Ozai, el Señor del Fuego.

'Avatar' tiene tres temporadas, o "libros", en las que vemos no sólo los viajes de los tres protagonistas, sino la persecución de Aang a cargo de Zuko, hijo del Señor del Fuego, expulsado de su tierra, que cree que podrá regresar triunfalmente si es capaz de apresar al avatar. La serie establece cierto paralelismo entre las peripecias vitales de Zuko y Aang, que tienen que averiguar qué tipo de personas quieren ser, y están llamados a ser, antes de poder asumir sus destinos. Y lo hace de una manera muy entretenida y ligera.

O ligera al principio, porque algo que 'Avatar' hace con mucha destreza es ir añadiendo algunos toques un poco más serios y un poco más adultos, como si dijéramos, conforme avanzan sus temporadas. Al fin y al cabo, la Nación del Fuego exterminó a todos los maestros del aire para intentar acabar con el avatar, y cada vez que Aang hace pleno uso de sus poderes se convierte en un ente tan fuerte, que hasta puede dar un poco de miedo.

Pero esos tonos están debajo de aventuras en las que se aprecia que Aang, Katara y Sokka son todavía unos niños. La idea inicial de Konietzko y DiMartino es que la "magia" de su mundo fuera mucho más tangible, que fuera una habilidad que se tiene que aprender a utilizar como si fuera un arte marcial, y lo envolvieron todo en claras influencias de la filosofía oriental y de la animación japonesa. La sombra de las películas del estudio Ghibli (especialmente, 'La princesa Mononoke') se nota claramente en 'Avatar'.

Películas y secuelas: de Shyamalan a Korra

Como decíamos, 'Avatar: La leyenda de Aang' fue un enorme éxito para Nickelodeon entre 2005 y 2008, y hasta llegó a ganar un premio Peabody. Así que no era extraño que Hollywood quisiera aprovecharlo transformando la serie en una película de acción real. 'Airbender: El último guerrero' ('The Last Airbender') no fue, sin embargo, del gusto de prácticamente nadie. La película de M. Night Shyamalan fue acusada de whitewashing al buscar actores caucásicos para papeles que, en la serie, eran personajes inuit u orientales, y la historia dejaba de lado el mensaje original de tolerancia y equilibro en favor de aventuras de acción y efectos especiales.

Korra

Aunque la película resultara un fracaso, Nickelodeon quería seguir viviendo un poco más en el mundo de 'Avatar' y, en 2012, Konietzko y DiMartino estrenaron una secuela de la serie, 'La leyenda de Korra', cuya protagonista era la siguiente en la línea de los avatares, una adolescente un poco mayor que Aang y que vivía en un mundo un poco más urbano. La serie profundizaba más en el mundo presentado en 2005 y, al elevar la edad de sus protagonistas, se permitía lanzarlos a unas aventuras un poco más serias.

Los dos títulos, 'Avatar. La leyenda de Aang' y 'La leyenda de Korra', conforman uno de los universos de aventuras infantiles-juveniles mejor construidos de los últimos tiempos, llenos de personajes memorables y con una animación de primer nivel, sobre todo en la segunda serie. Además, las dos han continuado en cómics y videojuegos, y sus fans despliegan en internet un gran talento para las ilustraciones y, por supuesto, los fanfics.

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